Los familiares de los niños asesinados en la escuela primaria Sandy Hook de Connecticut hace años anunciaron el 15 de febrero un acuerdo de 73 millones de dólares con la empresa Remington Arms.
Un acuerdo «ha sido formalizado entre las partes», dijeron los abogados de las familias, que demandaron a Remington en 2015, en una presentación ante el tribunal.
El acuerdo no se detalló en los documentos judiciales, pero las familias y sus abogados dijeron que era de 73 millones de dólares.
David y Francine Wheeler se unieron a otras ocho familias en la demanda contra Remington, que comercializó y vendió el rifle estilo Bushmaster AR-15, que las autoridades dicen que Adam Lanza utilizó para matar a 26 niños y adultos en la escuela preparatoria de Newtown en 2012.
Los empleados de Remington sabían que la venta del rifle y de otros similares suponía que «individuos no aptos para manejar estas armas tuvieran acceso a ellas» y que la potencia del Bushmaster «permite a un individuo en posesión del arma infligir una carnicería civil sin parangón», según la demanda.
«Una de las razones por las que Ben no está aquí es porque algunas personas tomaron la decisión, impulsadas por un mayor deseo de beneficios y el miedo a una cuota de mercado cada vez menor, de centrar su publicidad en los hombres jóvenes, para venderles su producto, el producto de consumo más letal de forma intencionada que nuestra especie ha ideado jamás», dijo David Wheeler en una conferencia de prensa el martes.
Remington había argumentado que era inmune a las demandas debido a la Ley de Comercio Legal de Armas, pero finalmente decidió llegar a un acuerdo para evitar que el caso llegara a juicio.
Remington presentó una oferta de acuerdo de 33 millones de dólares a mediados de 2021. No quedó claro de inmediato por qué la cantidad final fue más del doble. Remington y los abogados que representan a la empresa y otros acusados no respondieron a las solicitudes de comentarios.
En noviembre de 2021, Remington presentó documentos en su defensa.
Josh Koskoff, uno de los abogados del demandante, dijo a los medios de comunicación en un comunicado que el gran acuerdo logra el objetivo de ayudar a prevenir «el próximo Sandy Hook».
«Esta victoria debería servir de llamada de atención no solo a la industria de las armas, sino también a las compañías de seguros y bancarias que la apoyan. Para la industria de las armas, es hora de dejar de comercializar imprudentemente todas las armas para todas las personas y para todos los usos y, en cambio, preguntarse cómo la comercialización puede reducir el riesgo en lugar de cortejarlo. Para las industrias de los seguros y la banca, es hora de reconocer el coste financiero de asegurar a las empresas que elevan las ganancias mediante incrementar el riesgo. Nuestra esperanza es que esta victoria sea la primera piedra en la avalancha que obligue a ese cambio», dijo.
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