Opinión
¿Fue un remordimiento de conciencia lo que llevó a la Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, a decirle al mundo en «Good Morning America» el 7 de enero que el 75 por ciento de las muertes por COVID-19 ocurrieron entre personas con cuatro o más comorbilidades?
Si no lo fue, debería haberlo sido.
¿Cuatro o más? ¿Cuál habría sido el porcentaje para aquellos con solo dos o más comorbilidades? ¿Ochenta y cinco? ¿Noventa y cinco? ¿Noventa y ocho?
No podría ser más obvio que COVID-19 era un peligro grave, sobre todo para aquellos que estaban muy enfermos en primer lugar. Los obesos también tenían problemas, aunque eso rara vez se menciona porque no es políticamente correcto. Y, por desgracia, a veces los recién vacunados.
Para eso, todos tuvimos que ser vacunados, enmascarados, encerrados y aislados durante dos años. ¿Y dicen que el 6 de enero es un escándalo?
Las corporaciones globales han participado en esta locura por sus propias razones hambrientas de poder, despidiendo a sus empleados no vacunados. Nuestras grandes instituciones médicas se han comportado de manera aberrante, a menudo motivadas por la codicia o el miedo a perder los subsidios del gobierno.
Pero lo peor de todo, con mucho, es lo que se ha hecho a los niños estadounidenses como resultado. Los últimos dos años—y continúan ahora en muchos lugares—han sido el peor caso de abuso infantil en la historia humana.
Desafortunadamente, eso no es tan hiperbólico como parece. Piense en los números y el tamaño de las poblaciones implicadas.
El retraso generalizado y la neurosis concomitante de los jóvenes estadounidenses, de hecho millones en todo el mundo, porque han pasado sus primeros años de desarrollo usando mascarillas y separados unos de otros, atrapados en sus hogares, mirando pantallas de computadora, se sentirán en las próximas décadas.
Los suicidios y las ideas suicidas han aumentado entre los jóvenes. ¿Qué dice eso sobre su futuro, sin mencionar el nuestro? Se avecina una generación de toxicómanos.
Que muchos hayan sido vacunados sin razón es aún más escandaloso. Afortunadamente, los padres están comenzando a resistirse a esta vacunación masiva, ya que las advertencias sobre las consecuencias de las vacunas de ARNm se están haciendo públicas, entre otros, por el estimable Dr. Robert Malone, el verdadero inventor de la tecnología.
¿Quién es el responsable de todo esto? Muchas fuentes—las grandes farmacéuticas, los CDC, la Organización Mundial de la Salud y otras agencias gubernamentales y cuasi gubernamentales y el Partido Demócrata entre ellas, sin mencionar su portavoz incuestionable: los grandes medios de comunicación—pero todos sabemos quién es el número uno.
Malone, en un correo electrónico reciente de su subbase, nos alerta sobre la información más reciente sobre esta persona o, como él dice, «más pruebas condenatorias sobre el papel de [el Dr. Anthony] Fauci en todo este lío».
“[Washington, DC, 10 de enero de 2022] Project Veritas ha obtenido sorprendentes documentos nunca antes vistos sobre los orígenes de la COVID-19, la investigación de ganancia de función, las vacunas, los posibles tratamientos que han sido suprimidos y el esfuerzo del gobierno para ocultar todo esto».
“Los documentos en cuestión provienen de un informe de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, más conocida como DARPA, que estaban ocultos en un disco compartido de alto secreto».
“DARPA es una agencia del Departamento de Defensa de EE. UU. a cargo de facilitar la investigación en tecnología con posibles aplicaciones militares».
“Project Verita ha obtenido un reporte aparte dirigido al Inspector General del Departamento de Defensa escrito por el Comandante del Cuerpo de Marines de EE. UU., Joseph Murphy, exmiembro de DARPA.
“El informe establece que EcoHealth Alliance se acercó a DARPA en marzo de 2018, en busca de financiación para realizar una investigación de ganancia de función de los coronavirus transmitidos por murciélagos. La propuesta, denominada Proyecto Defuse, fue rechazada por DARPA por preocupaciones de seguridad y la noción de que viola la base de moratoria de la investigación de ganancia de función.
“Según los documentos, el NIAID [Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas], bajo la dirección del Dr. Fauci, siguió adelante con la investigación en Wuhan, China, y en varios sitios de EE. UU.”
Lea el resto en el sitio web de Project Veritas. Vale la pena señalar que PV—a diferencia de The New York Times y The Washington Post durante años en cosas como la colusión entre Trump y Rusia—rara vez se ha demostrado que está equivocado. En este caso, han presentado los documentos.
Es probable que, cuando, como dicen, «esta guerra sangrienta termine», el nombre de Fauci será infame en la historia, si es que no lo es ya por el libro de Robert F. Kennedy Jr.
Mientras tanto, Alex Berenson, en los invaluables correos electrónicos de su subbase, informa lo siguiente: «Los datos internos del hospital confirman un gran aumento en los pacientes con efectos secundarios de las vacunas en 2021:»
“Varias personas con acceso a diferentes bases de datos proporcionaron las cifras, con la condición de que permanezcan en el anonimato, ya que las bases de datos son privadas y confidenciales. Todas las bases de datos mostraron un aumento similar, que va desde cuatro veces hasta más de diez veces.
“El aumento es paralelo al aumento masivo de daños y muertes por vacunas informadas a VAERS, el Sistema federal de informes de eventos adversos a las vacunas, en 2021. El año pasado se enviaron más de 740,000 informes de VAERS, en comparación con 50,000 en 2020. De los informes de 2021, 700,000 estaban relacionados con COVID».
No es una gran tendencia, se puede decir. Yo no me apresuraría a aplicarme ese refuerzo.
Por ahora, podemos agradecer a Walensky, con remordimiento de conciencia o no, por abrir un poco la puerta del lado del gobierno. Tal vez debería abrirla un poco más.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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