El Reino Unido ha expulsado a tres espías chinos que se hacían pasar por periodistas, según un reportaje del Telegraph que cita a un alto funcionario gubernamental no identificado.
El reportaje se dio a conocer un día después de que el regulador de transmisiones del Reino Unido, Ofcom, revocara la licencia de una red de televisión china. Tras la revocación, Beijing presentó una queja oficial a los informes de la BBC sobre el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), también conocido como el nuevo coronavirus.
Según el reportaje de Telegraph, una fuente gubernamental de alto nivel dijo que los tres espías trabajaban para tres medios de comunicación chinos, que no fueron nombrados.
Los espías se vieron obligados a regresar a China después de que el MI5 descubrió que eran oficiales de inteligencia del Ministerio de Seguridad del Estado de Beijing, según el Telegraph.
The Epoch Times no ha podido confirmar las afirmaciones hechas en el reportaje. Por su parte, el Ministerio del Interior no ha respondido a una solicitud de comentarios.
No está claro cuándo fueron expulsados los infiltrados.
Las preocupaciones por la influencia y el espionaje del PCCh en el Reino Unido han ido aumentando en los últimos años, particularmente entre algunos diputados conservadores.
Se espera que el gobierno actualice las leyes sobre espionaje cuando acabe la primavera.
El regulador de radiodifusión, Ofcom, revocó el jueves la licencia de China Global Television Network (CGTN) con el argumento de que la estación está “controlada por un organismo que, en última instancia, está controlado por el Partido Comunista Chino”. Las leyes de radiodifusión del Reino Unido no permiten licencias para medios controlados por organismos políticos.
En cuestión de horas, los funcionarios de Beijing presentaron una denuncia ante la BBC, acusándola de emitir «noticias falsas» en sus informes sobre cómo el PCCh había encubierto la pandemia y los orígenes del virus del PCCh.
El viernes, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, criticó el fallo de Ofcom por «politizar un punto técnico» y advirtió que China se reserva el derecho de responder a la revocatoria de la licencia.
Según la ONG de derechos humanos Safeguard Defenders, la CGTN y su homóloga CCTV, han transmitido, en numerosas ocasiones, grabaciones de “confesiones forzadas” de individuos retenidos por el Estado bajo coacción. La ONG dijo que la transmisión de estos materiales equivale a la difusión de mentiras y a una «distorsión conocida e intencionada de los hechos», en violación de las reglas de Ofcom sobre imparcialidad y precisión.
El experiodista británico Peter Humphrey, una de las cuatro víctimas de confesiones forzadas que la ONG representa, dijo el jueves a The Epoch Times que la medida “sin precedentes” de Ofcom fue un “momento de triunfo”.
Humphrey, quien dirigía una empresa de auditorías corporativas en China, fue retenido por el PCCh supuestamente por comprar y vender datos personales, acusaciones que él niega. Dijo que la policía estatal china lo drogó, lo ató a una silla de metal en una pequeña jaula y lo obligó a «confesar» al obligarlo a leer una declaración escrita previamente.
“La revocación de la licencia [a CGTN] es un momento de triunfo, no solo para mí, sino también para todas las demás víctimas de este tipo de abuso”, dijo Humphrey. “Es una bofetada para la dictadura en Beijing”.
Dijo que Ofcom tiene más acciones en trámite contra la cadena CGTN.
“Aún se esperan sanciones en relación con mi denuncia personal contra CGTN, y las denuncias de Simon Cheng y Angela Gui, sobre las cuales muy, muy pronto se emitirán los fallos finales”, dijo.
Lily Zhou y John Smithies contribuyeron a este artículo.
Con información de Reuters.
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