En una audiencia celebrada en el Congreso, los representantes cuestionaron la nueva norma del presidente Joe Biden que define las Aguas de Estados Unidos (WOTUS) en el marco de la Ley de Aguas Limpias, una regulación que enfrenta a muchos agricultores, ganaderos y otros terratenientes con muchos ecologistas y burócratas federales.
La reunión congregó a miembros del Subcomité de Recursos Hídricos y Medio Ambiente del Comité de Transporte e Infraestructuras, dirigido ahora por el representante David Rouzer (R-N.C.).
“No hay mayor ejemplo de extralimitación burocrática bajo la Ley de Agua Limpia que la pesadilla regulatoria de cumplir y comprender la definición de ‘Agua de Estados Unidos’”, dijo Rouzer durante el evento del 8 de febrero.
Rouzer, el presidente del Comité de Transporte, Sam Graves (R-Mo.), y aproximadamente 140 miembros de la Cámara emitieron una resolución conjunta de desaprobación el 2 de febrero con respecto a la regla WOTUS de la administración Biden.
Shelley Moore Capito (R-W.Va.) encabezó a los 49 republicanos del Senado en la emisión de una legislación idéntica ese mismo día.
Si ambas cámaras aprueban sus respectivas resoluciones con una mayoría de dos tercios, la norma WOTUS de Biden de enero de 2023 podría ser derogada incluso si él intenta vetarla, una perspectiva que se ve ensombrecida para los republicanos por el dominio demócrata en el Senado y la escasa mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
Los republicanos dicen que la nueva regla de Biden hace retroceder a WOTUS en el tiempo, a un estándar más expansivo como el establecido por el expresidente Barack Obama.
Algunos defensores del medio ambiente sienten que encaja con el espíritu de la Ley de Agua Limpia original. Las enmiendas a esa ley de 1972 proporcionaron la autoridad federal inicial sobre las «aguas de Estados Unidos», definidas como «aguas navegables».
El WOTUS 2020 de Trump es “demasiado laxo”
Argumentan que la regla WOTUS 2020 del expresidente Donald Trump, emitida por la Agencia de Protección Ambiental y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, es demasiado laxa. Por un lado, no incluye arroyos efímeros, aguas subterráneas u otros humedales.
“Si la regla de 2020 hubiera tomado en serio la ciencia de la calidad del agua, habría reconocido la importancia de proteger los humedales y los pequeños arroyos para proteger la calidad del agua en todas partes”, dijo Dave Owen, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California, en un testimonio escrito para la audiencia.
La regla de Trump fue anulada por un juez de Arizona en agosto de 2021 antes de ser restaurada por la Corte Suprema en abril de 2022.
Biden, por su parte, tomó cartas en el asunto durante su primer día en el cargo, comprometiéndose en una orden ejecutiva a cambiar la norma de Trump.
Los opositores a la regla de Biden creen que es demasiado amplia y afirman que es parte de una tendencia general del gobierno federal a acumular demasiado poder.
“El Congreso era muy consciente de la importancia ecológica de los humedales, pero como se reconoció en el informe final de 1973, de la Comisión Nacional del Agua autorizada por el Congreso, el Congreso dejó la regulación de los humedales y las aguas aisladas a los estados”, dijo Susan Parker Bodine, socia de Earth & Water Law, en su testimonio escrito.
“Las agencias están tratando de codificar la autoridad para expandir su jurisdicción con determinaciones caso por caso por parte del personal de campo y obtener deferencia judicial para esas acciones”, agregó más tarde.
El ranchero Garrett Hawkins de la Oficina Agrícola de Missouri explicó por qué cree que la regla de Biden podría resultar demasiado onerosa para la agricultura estadounidense.
“En gran parte de nuestras tierras agrícolas más productivas (es decir, áreas con mucha lluvia), sería extremadamente difícil evitar por completo los pequeños humedales, los drenajes efímeros y las zanjas dentro y alrededor de los campos agrícolas al aplicar productos de protección de cultivos y fertilizantes”, dijo en un testimonio escrito.
“Y, sin embargo, también se podrían requerir permisos para esas actividades, e incluso la deposición accidental sería ilegal, incluso cuando esas áreas estén completamente secas y sean aún más difíciles de diferenciar del resto de los campos”.
La “Regla del agua sucia” de Trump frente al ‘Woke-US’ de Biden
La regla WOTUS 2020 de Trump fue criticada por el miembro de mayor rango del Subcomité de Agua, la representante Grace Napolitano (D-Calif.), quien la calificó como la “regla del agua sucia”.
“Reconocemos que proteger nuestras comunidades, nuestras fuentes de agua potable y nuestro medio ambiente tiene un costo. Sin embargo, creemos que este costo debe ser asumido por aquellos que buscan contaminar nuestras vías fluviales o llenar nuestros humedales para su propio beneficio personal, en lugar de transferir ese costo al estadounidense promedio o a los estados río abajo”, dijo.
El representante John Garamendi (D-Calif.), ranchero por derecho propio, le preguntó a Hawkins cómo los ganaderos de Missouri regularían las aguas en sus propiedades.
«En Missouri estamos muy cómodos con la autoridad reguladora en nuestro Departamento de Recursos Naturales y el ejemplo de federalismo cooperativo que vemos bajo la Ley de Agua Limpia», dijo Hawkins, y agregó que las «líneas brillantes» de la regla de la era Trump trajeron una certeza que era bienvenida.
Garamendi dijo que se necesita claridad en la ley. “De lo contrario, será de ida y vuelta para siempre, a medida que sucedan los vientos cambiantes del Congreso y la presidencia”, dijo.
El representante Derrick Van Orden (R-Wis.), un Navy SEAL retirado, apodó la regla WOTUS de Biden como “Woke-US”. Dijo que sería más difícil para los agricultores de su distrito del Alto Medio Oeste continuar con su propia administración ambiental, la cual involucra pequeños estanques en sus tierras.
“Si la Woke-US entra en vigencia, estos agricultores detendrán estas prácticas, ya que sus estanques se convertirán en vías navegables y estarán sujetos a regulaciones federales draconianas. Y lo que esto significa es que todos estos subproductos agrícolas ingresarán a las cuencas hidrográficas y terminarán en el río Mississippi. Esa es exactamente la consecuencia opuesta prevista de esta tonta regulación”, dijo.
“¿Cuándo fue la última vez que pisó estiércol en una pequeña granja familiar?” le preguntó a Owen, el profesor de derecho de California.
“Esta no es la última vez, pero, aunque crecí en los suburbios, éramos la única casa en el suburbio de Boston que recibía entregas regulares de estiércol de caballo para el jardín de mi madre”, respondió Owen.
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