Un grupo de más de 50 republicanos de la Cámara de Representantes acusó al presidente Joe Biden de convertir la frontera entre Estados Unidos y México en un «juego político», después de que firmara una serie de órdenes ejecutivas que desmantelaron las medidas de seguridad fronteriza de la administración Trump.
En una carta (pdf) dirigida al presidente el martes, el grupo de 51 republicanos liderados por el representante Chip Roy (R-Texas), sugirió que el presidente está siendo cegado por la «ideología», al tiempo que advirtieron de una creciente «crisis» de migración ilegal en la frontera sur.
En su primer día en el cargo, Biden firmó órdenes ejecutivas y emitió memorandos para suspender temporalmente las deportaciones de extranjeros ilegales, revertir la prohibición del expresidente Donald Trump de viajar desde países propensos al terrorismo, detener la construcción del muro fronterizo, dejar de incorporar personas al programa «Permanecer en México», preservar y fortificar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), y dar a conocer un amplio paquete de inmigración al Congreso que incluye la amnistía para millones de solicitantes de asilo e inmigrantes ilegales.
Los fiscales generales de Arizona y Texas demandaron a Biden por un memorando de la administración que ordenaba congelar la mayoría de las deportaciones durante 100 días. Un juez federal bloqueó temporalmente la orden el 26 de enero.
La administración Biden también propuso un plan para legalizar a unos 11 millones de extranjeros ilegales que viven en Estados Unidos, algo que prometió durante su campaña.
«Es preocupante ver que su administración percibe nuestros problemas de seguridad fronteriza como un juego político en lugar de la gravísima amenaza que las fronteras abiertas suponen para los estadounidenses y los inmigrantes que intentan venir aquí», afirma la carta.
En ella se citan datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que muestran un aumento de los intentos de cruzar la frontera sur de forma ilegal, incluso en zonas como Arizona que «quedaron completamente muertas» bajo la administración Trump.
«La CBP no ha visto números como estos desde el punto álgido de la crisis migratoria en el verano de 2019», dijeron los legisladores. «La CBP ya se ha encontrado con más de 200,000 migrantes ilegales desde octubre y los números están aumentando. Para el contexto, en los primeros tres meses del año fiscal 2020, la CBP se encontró con 128,347».
El jefe adjunto del condado de Pinal, Arizona —a 90 minutos de distancia en automóvil de México— dijo a Townhall la semana pasada que la situación en la frontera sur de Estados Unidos está empeorando tras el cambio de administración y sus políticas.
El jefe adjunto de sheriff Matthew Thomas, dijo que la crisis en la frontera había empezado a resurgir hacia finales de 2020, pues los carteles de tráfico de personas y de drogas esperaban que Biden tuviera una actitud de «no intervención» con respecto a la situación fronteriza.
«A pesar de estas cifras crecientes, en su primer día como presidente, firmó múltiples órdenes ejecutivas (OE) destinadas a desmantelar la seguridad de nuestras fronteras—revocando las políticas de la administración Trump que estaban funcionando como se pretendía para detener el flujo de la migración ilegal», escribieron los republicanos de la Cámara.
«Estamos una vez más al borde de una enorme crisis humanitaria, poniendo en peligro las vidas de los migrantes y de los oficiales de la policía a manos de los violentos cárteles que su administración ha empoderado aún más», dice la carta.
La carta solicita que el presidente ordene al secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, que informe a los legisladores de la Cámara sobre la «creciente crisis de la inmigración ilegal».
Los legisladores también instaron a Biden a no revocar la orden de salud pública del Título 42 —una política utilizada por la administración Trump que permite que los migrantes sean devueltos rápidamente— advirtiendo que si lo hace, el «flujo ilegal diario se convertirá en catastrófico de la noche a la mañana».
«Esto no es un juego político—le imploramos que no deje que la ideología ciegue a su administración ante la necesidad de asegurar la frontera, defender a los estadounidenses y evitar otra crisis humanitaria que empodere a los cárteles», agregaron los legisladores.
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