Los republicanos de la Cámara de Representantes anunciaron esta semana que están trabajando en una nueva legislación que aumentaría las medidas económicas punitivas contra China por sus continuos esfuerzos de espionaje en Estados Unidos.
El representante Randy Weber (R-Texas) dijo que el nuevo proyecto de ley sobre el espionaje chino pretende reforzar lo que los republicanos consideraron como puntos débiles en las políticas de la Administración Biden sobre China.
«No hace falta ser un genio para darse cuenta de que los chinos no son nuestros amigos», dijo Weber durante una entrevista el 8 de septiembre con NTD, un medio de comunicación asociado de The Epoch Times.
«China nos ha estado robando cosas durante mucho tiempo… [y] Biden no hará nada para intentar frenarlos».
Weber señaló que, a pesar de la dura retórica sobre China, no es el pueblo chino el que intenta socavar a Estados Unidos, sino el Partido Comunista Chino (PCCh), que actualmente gobierna China como un estado de partido único.
«China siempre ha sido un mal actor desde que el Partido Comunista tomó el control», dijo Weber.
«Nosotros [el GOP] no tenemos ninguna queja contra el pueblo chino. Tenemos un montón de gente china buena viviendo aquí. Es el Partido Comunista Chino contra el que tenemos la queja».
Las declaraciones coincidieron con las realizadas por el congresista Michael McCaul (R-Texas) el 8 de septiembre en una conferencia de prensa, en la que pretendía esbozar la plataforma del Partido Republicano hacia China en caso de que el partido recuperara la mayoría en el Congreso tras las elecciones de mitad de mandato de noviembre.
«[Biden] detuvo la Iniciativa China que la Administración Trump comenzó», dijo McCaul.
«¿Adivinen qué? El espionaje no ha desaparecido».
La Iniciativa China era un programa del Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) contra el espionaje que buscaba contrarrestar los esfuerzos del PCCh para robar investigación y tecnología.
El gobierno de Biden puso fin al programa en febrero, citando la preocupación por la discriminación racial de los chinos. Una investigación interna del Departamento de Justicia no encontró pruebas de discriminación, pero aun así puso fin al programa para evitar lo que denominó una «percepción perjudicial» de parcialidad.
El representante Ralph Norman (R-S.C.) también habló con NTD sobre los últimos esfuerzos legislativos del Partido Republicano para contrarrestar al PCCh.
«Las empresas chinas están robando nuestras propiedades intelectuales», dijo Norman.
«Lo que hace este proyecto de ley es poner nuevas sanciones a China [como castigo por ese robo]».
Norman dijo que se involucró más con el tema del espionaje chino hace algunos años después de investigar los Institutos Confucio.
Los Institutos Confucio, ahora denominados Centros de Intercambio y Cooperación Lingüística, son programas de divulgación cultural financiados por el PCCh y descritos por Beijing como «una parte importante del dispositivo de propaganda de China en el extranjero» y se cree que también funcionan como centros de espionaje del régimen en el exterior.
Aunque se han cerrado unos 40 centros en Estados Unidos, muchos de ellos siguen funcionando en universidades americanas, y algunas universidades han sustituido el instituto por un programa con otro nombre, pero aún financiado por el PCCh.
«Me involucré hace tres o cuatro años con el Instituto Confucio, señalando que era otra forma de que China robara nuestras propiedades intelectuales y lo hiciera a costa del contribuyente estadounidense», dijo Norman.
«[Este proyecto de ley] prohíbe a las universidades recibir subvenciones de la NSF, la Fundación Nacional de la Ciencia, que trabaja con China. E impide que las empresas utilicen nuestros dólares federales para ampliar sus negocios en China».
Los detalles de la legislación propuesta por el Partido Republicano para contrarrestar al PCCh todavía se están elaborando. Aun así, Norman dijo que confía en la capacidad del partido para cumplir con lo prometido y que las políticas deberían haberse presentado hace tiempo.
«[El PCCh] no es amigo de Estados Unidos», dijo Norman. «Esto debería haber ocurrido hace mucho tiempo».
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