Los republicanos del Senado están en camino de detener un acuerdo fronterizo bipartidista antes de una votación clave.
El líder de la minoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, anunció lo inevitable el 6 de febrero: el acuerdo bipartidista sobre fronteras e inmigración está muerto en el Senado.
«No tenemos ninguna posibilidad real de hacer una ley», dijo a los periodistas tras los almuerzos semanales del caucus.
La votación para iniciar el debate sobre el proyecto de ley —un proyecto de ley suplementario de USD 118.000 millones que también incluye una amplia gama de gastos de seguridad nacional, incluida la financiación para Israel, Ucrania y Taiwán— está prevista para el 7 de febrero. Se necesita un mínimo de 60 senadores para que la votación prospere.
Según una lista recopilada por The Hill, al menos 19 republicanos se han opuesto públicamente al acuerdo, junto con dos demócratas.
En una declaración del 4 de febrero, tras la publicación del texto suplementario, McConnell pidió a los senadores que abordaran los problemas y aprobaran la legislación.
«La soberanía de Estados Unidos está siendo puesta a prueba aquí en casa, y nuestra credibilidad está siendo puesta a prueba por adversarios envalentonados en todo el mundo», dijo.
«Los retos a los que nos enfrentamos no se resolverán por sí solos, ni nuestros adversarios esperarán a que Estados Unidos reúna la determinación necesaria para hacerles frente. El Senado debe considerar cuidadosamente la oportunidad que se nos presenta y prepararse para actuar.»
En su declaración, McConnell denunció las políticas fronterizas de la administración Biden, incluida la revocación del requisito de la administración Trump de que los solicitantes de asilo permanezcan en México mientras se revisan sus casos.
«La negativa de la administración Biden a asegurar la frontera creó una crisis sin precedentes, y las urgentes consecuencias humanitarias y de seguridad afectan a todos los estados», dijo.
«Es hora de obligar al presidente a empezar a limpiar su desastre y equipar a los futuros líderes con un sistema que funcione y nuevas herramientas de emergencia para restaurar el orden».
El suplemento incluye USD 60.000 millones asignados a Ucrania, USD 14.100 millones a Israel y USD 20.000 millones para aplicar medidas de seguridad fronteriza.
El líder de la mayoría en el Senado, Dick Durbin (D-Ill.), expresó lo que calificó de «profunda decepción».
«Tenemos un problema al que se enfrenta nuestra nación. Los republicanos nos retaron a abordarlo», dijo a los periodistas.
«Trabajamos de buena fe para encontrar una solución. En el último minuto, Donald Trump nos sacó la alfombra a todos».
«Creo que es imposible para ellos explicar por qué se alejaron de un acuerdo bipartidista para hacer que Estados Unidos sea más seguro», agregó Durbin. «Y la situación fronteriza obviamente necesita atención en este momento».
En busca de políticas fronterizas más estrictas
Las disputas sobre la seguridad fronteriza ocuparon la mayor parte del tiempo de los negociadores, ya que los republicanos trataban de obtener concesiones más estrictas en materia de seguridad fronteriza y los demócratas buscaban disposiciones menos estrictas.
Negociado por los senadores James Lankford ( R-Okla.), Chris Murphy (D-Conn.), y Kyrsten Sinema (I-Ariz.), el paquete —si se aprueba— representaría la mayor legislación fronteriza en décadas.
El proyecto de ley otorga una nueva autoridad de emergencia al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para restringir los cruces fronterizos si se produce una media de 4000 encuentros diarios durante una semana.
Si se alcanza este umbral, el secretario del DHS podría cerrar la frontera denegando a los inmigrantes ilegales la posibilidad de solicitar asilo.
Pero si la media de encuentros alcanza los 5000 al día durante una semana determinada, el secretario del DHS estará obligado a cerrar la frontera. El acuerdo también limita la autoridad de libertad condicional del presidente, un poder que le da la capacidad de permitir la entrada de más inmigrantes ilegales en el país.
El acuerdo eleva el listón legal para el examen inicial de las solicitudes de asilo. También aceleraría el tiempo de tramitación del asilo, que pasaría de muchos años a seis meses.
El paquete tampoco incluye la restauración de la política de permanencia en México del expresidente Donald Trump, que muchos republicanos han dicho a The Epoch Times que es imprescindible.
El presidente Trump, el favorito en las primarias presidenciales del Partido Republicano, se ha manifestado en contra del suplemento.
En una declaración tras la publicación del texto, el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, lo calificó de «paso monumental hacia el fortalecimiento de la seguridad nacional de Estados Unidos en el extranjero y a lo largo de nuestras fronteras».
«Se trata de una de las leyes más necesarias e importantes que el Congreso ha presentado en años para garantizar la prosperidad y la seguridad futuras de Estados Unidos», afirmó Schumer.
El 6 de febrero, Schumer expresó su oposición a tratar individualmente los temas del suplemento.
«Siempre he dicho que debemos avanzar sobre una base bipartidista para aprobar asistencia crítica para Israel y para evitar que Putin invada Ucrania, entregar ayuda humanitaria a los palestinos inocentes en Gaza, reforzar nuestro ejército y fortalecer a nuestros aliados en el Indo-Pacífico y, por supuesto, asegurar nuestra frontera», dijo.
«He dejado claro al presidente Johnson que la única manera de conseguir todas estas cosas es a través del bipartidismo».
No obstante, además de los republicanos de la Cámara de Representantes, incluido el presidente de la Cámara, Mike Johnson (R-La.), los republicanos del Senado se oponen en general a la medida.
Durante una reunión a puerta cerrada del Partido Republicano en el Senado el 5 de febrero, McConnell recomendó a los senadores que votaran no en la votación de aprobación, según una fuente del Senado.
«Creo que la propuesta está muerta», dijo el senador republicano Roger Wicker a la prensa tras salir de la reunión.
Incluso Lankford sugirió que podría votar en contra en la votación de procedimiento si sus colegas no estaban listos.
«Así que no es la aprobación final», dijo. «Es el punto de partida».
«No puedo apoyar un proyecto de ley que no asegura la frontera, proporciona abogados financiados por los contribuyentes a los inmigrantes ilegales y da miles de millones a los grupos radicales de fronteras abiertas. Yo soy un no», escribió el senador Steve Daines ( R-Mont.) en la plataforma de medios sociales X.
Daines pidió al presidente Joe Biden, que apoya el acuerdo, que utilice su actual autoridad ejecutiva para asegurar la frontera.
«A lo largo de este proceso, he dicho que estaba escuchando y esperando una solución, pero para mi decepción, este proyecto de ley no da en el blanco», escribió el senador Roger Marshall (R-Kan.) en X.
El senador John Boozman (R-Ark.) dijo a The Epoch Times que está en contra del proyecto de ley dado el par de días para leerlo antes de la votación de procedimiento.
No obstante, el senador Lindsey Graham (R-S.C.) dijo a los periodistas que si alguien tiene objeciones al proyecto de ley debe proponer correcciones. Graham dijo que aún no ha decidido de qué lado se situará durante la votació
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