Libby llegó al refugio con un bulto del tamaño de una pelota de voleibol en el hombro derecho. La pit bull de 5 años preocupó mucho al personal de la Sociedad Humanitaria de Tacoma y el Condado de Pierce, que temía que se tratara de un cáncer de huesos.
Sin embargo, no fue ninguna sorpresa que la pit bull de «espíritu cariñoso» encontrara la felicidad y un nuevo hogar para siempre con uno de los suyos.
Libby fue encontrada por un buen samaritano en Tacoma, Washington, y el 17 de agosto el Control de Animales de Tacoma la llevó al equipo del refugio, donde las radiografías confirmaron sus temores.
Se trataba de «un tumor masivo en el hueso de la parte superior de la pata que causaba una inflamación reactiva que le hinchó el hombro hasta alcanzar el tamaño de una pelota de voleibol», explicó a The Epoch Times Lindsey Heaney, Directora de Comunicaciones del refugio. La dejó «casi inmóvil por el dolor».
Tras enviar un comunicado de prensa sobre Libby el 21 de agosto, la Sociedad Humanitaria anunció que su «historia se extendió por toda la comunidad» y «cientos de donantes solidarios entraron en acción, incapaces de quedarse de brazos cruzados mientras la dulce pit bull sufría».
Gracias a regalos y donaciones benéficas, la organización pudo colaborar con veterinarios expertos del Hospital de Mascotas Blue Pearl, y se practicó una cirugía vital a Libby.
«Debido al grado de malestar que Libby estaba experimentando y al tamaño del tumor, se completó una amputación de la extremidad torácica derecha», dijo Heaney al periódico. «Se amputó la pata delantera de Libby y la masa de 3 kilos, que supone casi una cuarta parte de su peso corporal, que tanta agonía le causaba».
A pesar del éxito de la operación, los expertos descubrieron que Libby seguía padeciendo un agresivo cáncer de huesos y que el tiempo de vida que le quedaba era limitado. Sin embargo, al equipo de la Sociedad Humanitaria no le sorprendió lo que ocurrió a continuación.
Una de las técnicas que había asistido en el cuidado de Libby, afirmaron, le había echado un vistazo y se había enamorado inmediatamente.
«Hay algo en sus ojos que pide amor y seguridad», dijo el técnico en un comunicado. «No podía apartar la mirada de eso».
La técnica dio entonces el siguiente paso acogiendo a la pitbull para ayudarla en su recuperación. Y una vez que Libby recibió el alta médica, la mujer adoptó a la perra como suya.
«Ver que cualquier mascota de nuestro refugio encuentra un hogar cariñoso es muy gratificante», nos dijo Heaney. «Pero ser testigo de cómo una mascota como Libby, con necesidades médicas complejas, encuentra un hogar cariñoso para vivir sus años dorados es realmente conmovedor».
Al conseguir una nueva familia, la pitbull también recibió un nuevo nombre: Wiggles. Sus nuevos dueños querían un nombre «acorde con su personalidad alegre y contoneante», dijo Heaney.
En la actualidad, según el refugio, Wiggles pasa los días jugando con su nuevo hermano perruno, acurrucándose con su hermana humana y disfrutando de merecidas siestas en el sofá, envuelta en acogedoras mantas de forro polar.
«Aunque no sabemos cuánto tiempo le queda, sabemos que pasará sus días restantes rodeada de amor y comodidad», dijo la Sociedad Humanitaria, «gracias a la amabilidad de nuestra comunidad».
Una de las organizaciones de bienestar animal más antiguas del país, la Sociedad Humanitaria de Tacoma y el Condado de Pierce cuida de unos 10,000 animales cada año.
Wiggles encontró un nuevo hogar, pero «el trabajo nunca se detiene», dijo Heaney. «Todos los días llegan animales a nuestro refugio que necesitan cuidados y rehabilitación intensiva».
El comunicado de prensa sobre Libby del pasado agosto también mencionaba que otros 21 animales aparecieron poco después que ella. «Entre ellos había dos periquitos, cinco salamanquesas, un dragón barbudo, ocho serpientes, cuatro conejos y un gatito», afirmaban.
Menos de 24 horas después, 18 gatos fueron llevados al refugio por Control Animal del condado de Pierce. Habían estado viviendo entre excrementos y orina con poca interacción con la gente», dice el comunicado. «Todos los gatos llegaron al refugio sucios y temerosos».
El personal proporcionó a los animales atención individual, comida y atención médica.
«La atención médica crítica para perros como Libby y las admisiones a gran escala del control de animales es el aspecto más costoso del presupuesto del refugio, con un total de más de 4.5 millones de dólares cada año», dijo Ashley Taulbee, jefa de filantropía de la Sociedad Humanitaria para Tacoma y el Condado de Pierce. «Cada dólar ayuda a hacer posible esta labor de salvar vidas».
Tras la adopción de la pitbull Libby, la organización publicó en Facebook que es un mito que los pitbulls sean antipáticos: «Muchos perros tipo pitbull son amistosos y cariñosos; todo depende de cada perro.»
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