Tómese un momento para despejar su mente. Libérese del parloteo de la duda y la obsesión, y quédese quieto.
La meditación es algo sencillo, pero practicarla puede ser todo un reto. En un mundo repleto de distracciones, desarrollar la capacidad de mantener la mente despejada durante cualquier tramo de tiempo requiere un constante esfuerzo. Pero los que practican esta misteriosa disciplina dicen que vale la pena hacerlo.
Durante mucho tiempo, el objetivo de la meditación ha sido la iluminación, pero el listón no suele ser tan alto. Hoy en día, la meditación suele recomendarse como un método libre de drogas para relajarse, reducir el estrés y mejorar la concentración mental. Varios estudios corroboran los beneficios de la meditación en la salud. Algunos médicos la recomiendan.
Pero la motivación para meditar va mucho más allá del alcance de la ciencia moderna. Para Nicole Fiene, una representante de ventas de Massapequa, Nueva York, la meditación le permitió encontrar un vacío en lo más profundo de su alma que nunca había podido llenar.
«Estaba en un ciclo constante y aparentemente interminable de sentirse insatisfecha con todo lo que hacía», dijo Fiene. «Vivía una vida hermosa, llena de aventuras divertidas y amistades especiales, siempre viajando a nuevos lugares, conociendo gente nueva y probando cosas diferentes. Pero por dentro, nada era suficiente; siempre quería más».
Fiene dijo que en lugar de sentirse inspirada, su constante búsqueda de emociones la dejaba agotada. Dependía en gran medida de múltiples sustancias para pasar el día.
Pero cuando llegó el COVID-19 el año pasado, Fiene se vio obligada a cambiar su rutina. Al estar encerrada, toda la actividad y la distracción a la que estaba acostumbrada ya no estaba disponible. Como resultado, ya no pudo esconderse de los sentimientos dolorosos que había reprimido antes.
«Una parte de mí sabía que la razón por la que estaba pasando por tanto dolor era porque lo que estaba a punto de suceder para mí sería extraordinario», dijo. «Sabía que si iba a arreglar esto, tenía que llegar a la raíz, y sabía que lo que estaba experimentando era espiritual».
Fiene no tenía ni idea de por dónde empezar, pero la dirección llegó al día siguiente. Hablando por teléfono con una compañera de trabajo, Fiene le confesó su malestar emocional y espiritual durante el cierre, y que estaba buscando algo para superarlo. Su colega le recomendó que probara una práctica de meditación llamada Falun Dafa. Fiene encontró instrucciones para realizar esta práctica en Internet. Lo intentó y enseguida se sintió mejor.
«Sentí una circulación de energía por todos mis brazos y, por primera vez en mucho tiempo, tuve una sensación de paz y seguridad inmensa», dijo Fiene. «No sabía nada de la práctica, pero en mi corazón sabía que esto era lo que iba a sacarme de la oscuridad mental que estaba sufriendo».
Raíces en China
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una práctica de meditación arraigada en la tradición budista. Además de la clásica meditación sentada, también incluye cuatro ejercicios lentos de meditación de pie. Los ejercicios son fáciles de aprender, pero los que los practican dicen que aportan una profunda paz.
«A veces, después de meditar, siento esa energía tranquilizadora alrededor de mi cuerpo y mi mente, y va unida a la amabilidad y la calma», dijo Fiene.
Hoy en día, Falun Dafa se practica en más de 80 países, pero se hizo pública primero en China, un lugar con una larga tradición de ejercicios lentos y meditativos conocidos como qigong (práctica que refina energía).
Ya sea en parques en grupos grandes o en casa, los chinos han practicado varios tipos de qigong durante siglos. El Tai chi es quizás el más conocido. El Falun Dafa era prácticamente desconocido hasta principios de la década de los 90s, pero se dice que existe desde la antigüedad. Según el fundador de Falun Dafa, Li Hongzhi, antes de modificarla ligeramente e introducirla al público en China, era una práctica que se transmitía de maestro a alumno.
Li dio conferencias sobre Falun Dafa en un puñado de ciudades chinas durante algunos años, y el interés en la práctica se extendió, principalmente de persona a persona.
De hecho, se hizo muy popular rápidamente. En 1999, Falun Dafa ya se había convertido en la práctica de qigong más grande y de más rápido crecimiento en China. Según el régimen chino, se estimaba que 70 millones de personas practicaban Falun Dafa, incluidos algunos miembros de alto rango del régimen. Era evidente por qué era tan atractiva: las clases eran gratuitas y abiertas a todo el mundo, y los testimonios de experiencias positivas aumentaban el interés de la gente. Muchos manifestaron que la práctica de Falun Dafa les había permitido mejorar significativamente su salud y su estado de ánimo.
Jane Pang recuerda haber aprendido Falun Dafa por primera vez en China hace 25 años. Hoy en día, es directora de una escuela, tiene 45 años y vive en Toronto. Por aquella época, asistía a una universidad china, donde de vez en cuando practicaba qigong con un grupo de amigos en su tiempo libre. Cuando uno de sus compañeros de qigong le presentó Falun Dafa en 1996, Pang supo que había encontrado algo especial.
«Practiqué qigong, pero no se parece en nada a Falun Dafa», dijo Pang. «[Dafa] me dio mucha paz interior inmediatamente».
El mayor cambio que notó Pang al principio de la práctica fue la calma. Era una estudiante muy aplicada, pero se estresaba mucho por toda la presión a la que estaba sometida, y estaba llena de ansiedad. La meditación de Falun Dafa le ayudó a controlar su ansiedad.
«La meditación me ayuda físicamente», dijo. «Cada vez controlo más mi cuerpo físico. Puedo calmarme y relajarme. No me preocupan los resultados. Creo que eso es un gran cambio para mí».
Al principio, el régimen chino estaba contento con los beneficios que personas como Pang experimentaban con la práctica de Falun Dafa. Incluso algunos funcionarios señalaron que podía ahorrar dinero en gastos de salud. Un funcionario de la Comisión Nacional de Deportes de China dijo a U.S. News and World Report que la influencia de Falun Dafa podría ahorrar a cada persona 1000 yuanes al año en gastos médicos, y los beneficios podrían acumularse.
«Si 100 millones de personas lo practican, se ahorran 100,000 millones de yuanes al año en gastos médicos», dijo el funcionario.
Pero en 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) cambió de opinión. De repente, a los altos cargos les preocupó que Falun Dafa se hiciera demasiado popular y temieron que un segmento tan grande de la población se involucrara en una actividad ajena al control del comunismo. Tal vez lo más importante es que Falun Dafa estaba profundamente arraigado en la cultura tradicional china, algo que el PCCh había intentado destruir desde la fundación del régimen en 1949. El PCCh había convertido al socialismo y al ateísmo en la religión del Estado.
Se le ordenó a la gente quemar los libros de Falun Dafa, se prohibió realizar los ejercicios y se llevó a cabo una gran campaña de propaganda para difamar la práctica a través de los medios de comunicación del país, todo esto bajo el estricto control del Estado.
Miles de practicantes de Falun Dafa acudieron a la capital china para apelar lo que consideraron una decisión errónea del PCCh. En 1999, Pang se dirigió a Beijing para convencer a las autoridades de que Falun Dafa era bueno, que no era algo político ni una amenaza para el régimen. Era algo que había que agradecer. Como muchos otros practicantes en China en aquella época, Pang pensó que si la gente en el poder podía escuchar su experiencia positiva, cambiaría de opinión.
«Queríamos que supieran que no había por qué preocuparse», dijo Pang. «Pensé que si iba allá y compartía mi historia, les ayudaría a entender qué es Falun Dafa».
Sin embargo, este tipo de peticiones tan solo parecieron intensificar la determinación del régimen para erradicar la práctica. Después de llegar a Beijing para apelar, Pang y otros practicantes fueron encarcelados. Pang relató que la secuestraron en la calle, la subieron a un autobús y la llevaron a varios centros de detención durante los días siguientes. La torturaron, la hicieron padecer hambre y le negaron el acceso al baño. Además, no sabía dónde estaba.
«Estaba muy, muy asustada», dijo Pang. «Quería despedirme de mis familiares. Sentía que en cualquier momento podía morir. Y si me mataban, mi familia nunca sabría cómo había muerto».
Después de ser procesada en cinco o seis centros de detención diferentes, finalmente Pang fue trasladada a un campo de trabajo donde pasó los dos años siguientes. La experiencia fue planeada para que prisioneros como Pang dejaran de practicar Falun Dafa. Sin embargo, esto hizo que aumentara su perseverancia.
«Incluso si solo tenía uno o dos minutos para mí, cerraba los ojos y hacía la meditación. Intentaba conseguir algo de paz interior», dijo Pang. «Mi cuerpo físico se estaba deteriorando por las torturas, pero mentalmente no me derrumbaba. La meditación me ayudó mucho durante una situación tan difícil».
Obteniendo una mejor salud, y perspectiva mejor
Falun Dafa (www.falundafa.org y www.faluninfo.net) comparte elementos similares con el budismo y el taoísmo, pero también tiene características únicas. Además de proporcionar métodos para despejar la mente y mover la energía por el cuerpo, también le enseña a los practicantes a elevar su carácter. Esto significa esforzarse por ser una buena persona en todas las situaciones de la vida. Los tres principios básicos de Falun Dafa son la Verdad, la Benevolencia y la Tolerancia.
Los que viven según estos principios dicen que tienen el poder de superar prácticamente cualquier cosa. Pang dijo que incluso en la actualidad todavía siente una profunda sensación de protección.
«Pase lo que pase en la vida, no pueden tocar su corazón. Puede ser una situación extrema, pero uno se siente tranquilo porque se siente protegido», dijo Pang. «He podido pasar muchas situaciones difíciles gracias a la práctica de meditación de Falun Dafa. Me he beneficiado desde el primer día».
Falun Dafa surgió en China, pero la practican personas de todo el mundo. Una de ellas es Tabitha Smile, de 45 años. En 2014, Smile era madre soltera de dos adolescentes y trabajaba en una empresa cuando pensó en buscar una práctica de meditación.
Smile tenía algunos conocimientos previos sobre las prácticas de meditación que se encuentran en Asia debido al tiempo que pasó en el Extremo Oriente. Pasó muchos de sus años de formación en Japón, y también visitó Corea y Taiwán.
Pero descubrió Falun Dafa en una sala ubicada encima de una tienda Whole Foods en Portland, Oregón, donde se reunió con un pequeño grupo local para aprender los ejercicios. Dijo que había un ambiente informal en el que se sintió cómoda para ir a su propio ritmo. Pero enseguida notó profundos beneficios.
«La primera vez que hice los ejercicios de Falun Dafa en grupo, pude sentir el suave calor y las vibraciones en todo mi cuerpo. Me sentí muy ligera y maravillosa, y supe que había encontrado una práctica verdadera».
«Durante las semanas siguientes a mi práctica, sentí un tipo de vibración giratoria en todo mi cuerpo», dijo.
En pocos meses, el dolor de espalda crónico de Smile desapareció, y un problema en la piel que la había atormentado durante años finalmente desapareció.
«También sentí un incremento en la energía», dijo.
Si no conoce la cultura china, gran parte de la filosofía de Falun Dafa le puede parecer extraña al principio. Las conversaciones sobre canales de energía, el poder del silencio interior y la acumulación de la virtud como sustancia física real hacen parte de la cultura tradicional asiática. Pero los occidentales interesados pueden encontrar una conexión con estos conceptos.
Los que practican Falun Dafa suelen asegurar que lo encontraron en un momento crucial de sus vidas. Joseph Gigliotti, quiropráctico de 29 años, conoció Falun Dafa hace casi siete años, mientras estudiaba en la facultad de quiropráctica.
«Fue en una época en la que empecé a ver que tenía que trabajar seriamente en mi carácter. Estaba buscando una auténtica disciplina espiritual que me ayudara a madurar y a ser mejor persona», dijo Gigliotti. «Cuando un amigo me habló de esta práctica, inmediatamente supe que era única, auténtica y muy poderosa».
Gigliotti había luchado antes con la ansiedad y la depresión, pero dijo que por medio de Falun Dafa, estos problemas simplemente se desvanecieron.
«En ese omento nunca hubiera podido imaginar los cambios que se producirían en mí», dijo. «Falun Dafa ha dejado una marca permanente en lo que soy, y ha transformado todas mis relaciones».
Actualmente, Gigliotti dice que la meditación se ha convertido en una parte integral de su vida. Le ha enseñado a pensar primero en los demás y a mirar hacia dentro cada vez que afronta una prueba difícil.
«En muchos sentidos, esta práctica me ha salvado la vida», dijo Gigliotti. «No sería quien soy sin ella. Es muy agradable poder sentarse y calmar la mente».
«Mientras medito, siento como si fuera una ducha para mi mente y mi cuerpo. Puede ser muy agradable. A veces también puede ser un reto y me ayuda a templarme».
Un valioso descubrimiento
Muchos practicantes de Falun Dafa dicen que atesoran la práctica por el periplo, por la búsqueda que hicieron para encontrarla. Pero a veces la práctica los encuentra a ellos.
Eso fue lo que le sucedió a Syl Lebar, profesora de música y fotógrafa de 63 años. En 2004, Lebar estaba buscando información sobre un tipo de tai chi conocido como «wu», pero por alguna razón, los resultados de su búsqueda le llevaban a Falun Dafa.
«Cada vez que buscaba, Google solo me mostraba páginas y páginas de Falun Dafa. Ya había escuchado hablar de ella, pero no era lo que estaba buscando en ese momento. Lo intenté una segunda vez, y ocurría lo mismo. Hice un tercero intento, y aún así fueron los mismos resultados», dijo Lebar.
Al principio se molestó, pero decidió ver de qué se trataba Falun Dafa. Encontró el texto principal de la práctica, «Zhuan Falun», en Internet. Después de leer unas pocas páginas, se interesó.
«Antes de darme cuenta, estaba en el tercer capítulo. No podía dejar de leerlo», dijo Lebar. «Cuando me fui a la cama, de repente se me ocurrió que no era una casualidad los resultados que salieron cuando estaba buscando el tai chi de estilo wu. Alguien me estaba guiando hacia allí. Sonreí cuando me di cuenta lo que había sucedido. Dafa es lo que estaba buscando toda mi vida».
Con el tiempo, Lebar vio beneficios que atribuyó directamente a su práctica de Falun Dafa. Su salud mejoró. Desarrolló una perspectiva más positiva, y le resultó más fácil manejar todos los pequeños desafíos de la vida.
«Todo en mi vida diaria parecía tomar una dirección desconocida para mejorar. La meditación que acompaña a la enseñanza me puso en un estado de paz interior que no había sentido antes, ni siquiera con otros sistemas de cultivación», dijo Lebar. «La relación con mis familiares cercanos y lejanos también mejoró».
Lebar dice que sacó mucho provecho de otros sistemas de meditación que practicó en el pasado, pero que no se comparan con lo que logró con Falun Dafa.
«No podría imaginar la vida sin esta», dijo.
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