El representante Brian Babin (R-Texas) dijo el viernes que la retórica del presidente Joe Biden estaba alimentando lo que describió como una crisis humanitaria y de seguridad nacional en la frontera entre Estados Unidos y México.
Tras asumir el cargo, el presidente Joe Biden se apresuró a poner fin a algunas políticas fronterizas de su predecesor, propuso una vía de acceso a la ciudadanía para millones de personas que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos y prometió en una orden ejecutiva «crear un sistema de asilo humano».
Aunque la Administración Biden ha insistido en que los aspirantes a inmigrantes deben seguir el proceso legal para entrar en el país y que la frontera no se ha abierto de par en par, como algunos sostienen, el reciente aumento de la inmigración ilegal sugiere que es así como lo están interpretando muchos.
En los últimos días, el número de niños y familias atrapados intentando entrar ilegalmente en Estados Unidos desde México ha crecido hasta magnitudes no vistas desde antes de la pandemia. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza ha observado un aumento de más del 100 por cien, mes a mes, en dos categorías de inmigrantes ilegales: las unidades familiares y los menores no acompañados.
Babin dijo a «American Thought Leaders» de The Epoch Times que «cientos de países están enviando gente a Estados Unidos gracias a estas promesas».
«Vengan aquí, pongan un pie dentro y serán admitidos», dijo Babin, caracterizando la idea central de los mensajes de la Administración Biden sobre la inmigración. «Y eventualmente estarás en un camino hacia la ciudadanía y recibirás una educación (…) recibirás un seguro médico gratuito, incluso recibirás cheques de estímulo», añadió.
La Administración Biden anunció el 12 de febrero que los solicitantes de asilo que esperan en México mientras sus casos se tramitan, podrían ser liberados en Estados Unidos mientras se lleva a cabo dicho proceso. El cambio de política se extiende solo a unos 26,000 solicitantes de asilo con casos activos bajo la política de «Permanecer en México» del expresidente Donald Trump, que Biden revirtió. A fecha del lunes, 2114 personas del programa habían sido admitidas en Estados Unidos en los puestos fronterizos de San Diego y de las ciudades texanas de El Paso y Brownsville.
Pero muchos migrantes interpretaron el anuncio de febrero como que la frontera estaba «abierta» y se apresuraron con la esperanza de ser admitidos en Estados Unidos, según Edgar Benjamín Paz, un hondureño cuya tienda de campaña familiar se encuentra entre las centenares de carpas que han llenado todos los lugares de una plaza mexicana en Tijuana, cerca del cruce fronterizo más concurrido entre Estados Unidos y México.
Algunos republicanos han puesto de relieve la oleada fronteriza y culpan a Biden.
«Esta crisis ha sido creada por las políticas presidenciales de esta nueva administración», dijo el lunes el líder de la Minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.), mientras encabezaba una amplia delegación del Partido Republicano en El Paso, Texas. «No hay otra forma de explicarla, (…) [es] una crisis en la frontera de Biden».
Varios funcionarios de la Administración Biden se han opuesto a las afirmaciones de que sus políticas han conducido a una reducción de la seguridad fronteriza.
«La frontera es segura y la frontera no está abierta», dijo el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, a los miembros del Congreso durante una audiencia el miércoles. La Casa Blanca también ha pedido a la gente que no realice cruces fronterizos ilegales.
Mayorkas, en una entrevista el jueves en CBS News, dijo: «No es seguro emprender el viaje, no es seguro en una época de pandemia llegar a la frontera. Las familias y los adultos solteros están siendo expulsados. Vamos a reconstruir, si se me permite, una forma segura y ordenada para que soliciten ayuda humanitaria bajo las leyes de nuestro país».
Biden, en una entrevista esta semana con ABC News, dijo que su mensaje a los migrantes era: «No abandonen su pueblo o ciudad o comunidad».
Mayorkas también se ha mostrado incómodo ante las sugerencias de que la frontera sur está en crisis, y la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, ha tratado de evitar el uso del término.
Babin insistió en la entrevista en que se trata, efectivamente, de una crisis, «y creo que es un abuso de la gente hacer una ruta migratoria que está llena de peligros», dijo. Habló de «crímenes y atrocidades indecibles» cometidos por personas que se aprovechan de los migrantes vulnerables en la región fronteriza.
«He visto cosas que se llaman árboles de la violación», dijo Babin, refiriéndose al fenómeno de los árboles y arbustos a lo largo de la frontera que se encuentran cubiertos con ropa interior de mujeres.
Brendan Lenihan, abogado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Arizona y exagente de este organismo, recordó en un artículo para The American Scholar que se encontró con un «árbol de la violación» mientras patrullaba.
«Esta vez, me encontré con un árbol mezquite aterciopelado cubierto de ropa interior femenina», escribió. «La Patrulla Fronteriza los llama ‘árboles de la violación’. Es difícil saber si estos adornos meramente simbolizan la vulnerabilidad de la mujer en este lugar o son trofeos reales de la violencia sexual. En cualquier caso, las mujeres que comprenden los riesgos de este desierto a veces ingieren píldoras del día de después incluso antes de intentar cruzar», escribió.
Babin dijo que, según sus estimaciones, alrededor de un tercio de las mujeres y niños que intentan cruzar la frontera ilegalmente son víctimas de abusos sexuales.
«Y los aspectos humanitarios de esto no solo para el pueblo estadounidense, sino para estos pobres migrantes que vienen haciendo un viaje de 1000 millas, a veces de 10,000 millas para entrar en este país, con estas promesas, y siendo abusados por los cárteles y quién sabe quién en el camino hasta aquí…», dijo Babin.
Dijo que la retórica y las políticas de la Administración Biden en materia de inmigración también «permitieron y dieron poder a los cárteles mexicanos de la droga que se están haciendo asquerosamente ricos» tanto por el contrabando de personas a Estados Unidos como por el tráfico de drogas.
«Si no pagas a los cárteles, o si intentas entrar sin pagar a los cárteles, tu vida está en peligro», dijo Babin. «Con estos cárteles no se puede jugar. Y han sido definitivamente empoderados por la gente de las fronteras abiertas en el Partido Demócrata, y especialmente por la retórica del presidente Biden».
Analizando los mensajes en torno a la inmigración, Roberta Jacobson, la coordinadora de la Administración Biden para la frontera sur, dijo durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca la semana pasada que «a veces es difícil transmitir tanto la esperanza en el futuro como el peligro que hay ahora».
«Estamos tratando de transmitir a todo el mundo en la región que tendremos procesos legales para la gente en el futuro, y los estamos poniendo en marcha lo más rápido posible», dijo Jacobson. «Pero al mismo tiempo, no pueden venir por medios irregulares. (…) La mayoría de la gente será enviada fuera de los Estados Unidos».
Babin representa al sureste del Condado de Harris, un distrito de Texas que, aunque está a cientos de kilómetros de la frontera entre Estados Unidos y México, se ve cada vez más afectado por la afluencia de la inmigración ilegal, dijo.
«Tenemos un importante tráfico de personas. Houston es un gran foco», dijo. «Hemos tenido varios incidentes allí, asesinatos, desapariciones, cosas así», añadió.
«Estoy a favor de la inmigración, creo que la inmigración ha enriquecido mucho a nuestra nación, nuestra gran nación. Y cada nueva ola de inmigrantes que llega aporta algo nuevo a la diversidad y a la grandeza de nuestro país», dijo Babin. «Sin embargo, creo en la ley y el orden».
Con información de Associated Press.
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