La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, se reunió con el líder chino Xi Jinping el 18 de noviembre para discutir asuntos regionales y de cooperación en el Hotel Mandarin Oriental, de Bangkok, al margen del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Ardern dijo que fue «constructiva» la reunión, en la que Nueva Zelanda expresó su preocupación por los derechos humanos y las tensiones con Taiwán al tiempo que expresó su interés en una visita comercial a China.
La reunión bilateral entre los dos líderes duró cerca de 50 minutos, superando los 20 minutos programados. Esta reunión fue la primera reunión cara a cara entre los dos líderes desde 2019.
Una declaración del gobierno de Nueva Zelanda dijo que la mayor parte de la reunión trató sobre la fuerza de la conexión bilateral y las áreas importantes de cooperación, que incluyen comercio, agricultura, cambio climático y medio ambiente, según reportajes de los medios.
La declaración también dijo que “observando el interés de Nueva Zelanda en la paz y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico, la primer ministro reconoció las relaciones de larga data de China en el Pacífico, pero alentó que, donde los problemas o la cooperación afectaron a la región del Pacífico en general, el compromiso con la arquitectura regional, como el Foro de las Islas del Pacífico, ha sido clave”.
Este año marca el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Nueva Zelanda y China. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, este aniversario brinda una oportunidad entre los dos países para “mejorar los intercambios de alto nivel y profundizar la cooperación en áreas como la economía y el comercio, la educación y la respuesta climática”.
Ardern le planteó áreas de preocupación a Xi sobre cuestiones de derechos humanos en Xinjiang, la acumulación militar en el Mar Meridional de China, el manejo de Beijing al movimiento prodemocracia de Hong Kong y las tensiones en el Estrecho de Taiwán.
Recientemente, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas concluyó (pdf) que los uigures y otros grupos predominantemente musulmanes en Xinjiang enfrentan “detención arbitraria y discriminatoria”, con “privación más general de los derechos fundamentales disfrutados individual y colectivamente”, acciones que “pueden constituir crímenes internacionales, en particular crímenes de lesa humanidad”.
Mientras tanto, el ejército de China este mes voló 36 aviones de combate y bombarderos a través de la línea media en el Estrecho de Taiwán. El Ministerio de Defensa de Taiwán dijo que la provocación formaba parte de una larga campaña destinada a intimidar a la isla democrática autogobernada, la cual Beijing reclama como parte de su territorio.
Aunque Nueva Zelanda es parte de la alianza de intercambio de inteligencia, Fives Eyes, entre Australia, Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido, a menudo se la considera un miembro moderado cuando se trata de protestar por cuestiones relacionadas con China.
Sin embargo, después de que China firmó un acuerdo de seguridad con las Islas Salomón, a principios de este año, el tono de Nueva Zelanda tanto en seguridad como en la creciente presencia de China en el Pacífico Sur se ha endurecido.
Misiles norcoreanos
Corea del Norte disparó un supuesto misil balístico intercontinental (ICBM) el 18 de noviembre, que aterrizó a unos 200 kilómetros (130 millas) de la costa de Hokkaido, Japón.
La vicepresidente de EE.UU., Kamala Harris, convocó una reunión de emergencia en APEC con los líderes de Corea del Sur, Japón, Canadá, Australia y Nueva Zelanda para condenar a Corea del Norte después del presunto lanzamiento.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, les dijo a los periodistas, al margen del foro de la APEC, que se sospechaba que el misil era un arma de clase ICBM y que había caído dentro de la zona económica exclusiva (ZEE) de Japón. Las autoridades japonesas dijeron que el misil tenía el potencial de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos.
“Corea del Norte se ha involucrado repetidamente en acciones de provocación con una frecuencia sin precedentes, y me gustaría reiterar enérgicamente que estas acciones no pueden tolerarse”, dijo Kishida.
El lanzamiento se produjo un día después de que Corea del Norte disparara un misil de corto alcance hacia sus aguas orientales como advertencia a Estados Unidos por aumentar su presencia de seguridad en la región con sus aliados: Corea del Sur y Japón.
El ministro de Defensa de Japón, Yasukazu Hamada, declaró que el misil probablemente fue lanzado en una «trayectoria elevada» para que Corea del Norte lo pruebe y lo añada a su programa de misiles después de haber reanudado las pruebas de misiles balísticos intercontinentales, informó Japan Times.
Una trayectoria elevada es cuando un proyectil se lanza en un ángulo mucho mayor. Si el misil norcoreano hubiera sido lanzado en una trayectoria estándar no elevada, según los cálculos, el misil podría haber volado más de 15,000 kilómetros (9320 millas), dependiendo del peso de la ojiva que llevara, dijo Hamada. Esto pondría al territorio continental de EE.UU. al alcance de un ataque.
Después de la reunión de Ardern con Xi, Ardern les dijo a los periodistas: «Obviamente estamos en un punto de inflexión en la región donde se ve hoy la decisión de la RPDC (Corea del Norte) de lanzar otro misil, uno que supuestamente está dentro de la ZEE (Zona Económica Exclusiva) de Japón, obviamente, es otro paso adelante en la escalada en la región”.
Según el comunicado del gobierno neozelandés, Ardern ha animado a China a utilizar su influencia y acceso a Corea del Norte para ayudar a resolver los problemas de seguridad internacional que plantean las pruebas de misiles y para ayudar a detener la guerra en Ucrania, pero no le ha pedido a China que intervenga con ninguno de los dos países.
Ardern, sin embargo, se ha negado a comentar cuáles son las opiniones de Xi o lo que dijo durante la reunión sobre el misil balístico lanzado por Corea del Norte.
“A nadie le interesa que veamos una pérdida de paz y estabilidad en la región, y yo diría que esa es una opinión compartida, ahí es donde hay consenso”, agregó Ardern.
Xi pronunció un discurso en el foro de APEC y dijo que “Asia-Pacífico no es el patio trasero de nadie y no debería ser el área para una competencia por el poder”, y nunca se permitiría ningún intento de librar una nueva Guerra Fría.
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