Probablemente, las grandes reuniones familiares ayudaron a difundir COVID-19 en Chicago, según los investigadores.
COVID-19, la nueva enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), o SARS-CoV-2, se detectó en más de 6000 residentes de Chicago, causando la muerte de 177, de los cuales la mayoría tenía condiciones crónicas subyacentes.
Los investigadores federales que sondearon los casos en la ciudad encontraron un conjunto de 16 casos confirmados o probables, incluyendo tres muertes, que posiblemente fueron el resultado de un solo evento.
«Las reuniones familiares numerosas, incluyendo un funeral y una fiesta de cumpleaños, probablemente facilitaron la transmisión del SARS-CoV-2 en dicho grupo», escribieron los investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en un informe publicado esta semana.
El funeral se realizó en febrero para una persona que murió por una causa distinta al COVID-19. Un amigo cercano de la familia en duelo asistió al funeral. Esa persona había viajado recientemente fuera de Illinois y estaba experimentando síntomas respiratorios leves. Más tarde dio positivo para COVID-19.
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La noche antes del funeral, el paciente compartió una comida para llevar, en platos compartidos, con dos parientes de la persona que murió. El funeral también incluyó una comida al estilo «potluck», donde todos los asistentes suelen compartir la comida de manera comunal.
Los investigadores también encontraron que el paciente abrazó a algunos de los miembros de la familia en el funeral.
Dos familiares que compartieron la comida con el paciente desarrollaron posteriormente los casos confirmados del virus del PCCh, mientras que otros dos parientes que lo abrazaron desarrollaron posteriormente síntomas probables, que son similares a los de la gripe. Uno de los cuatro murió.
El hombre, que todavía experimentaba síntomas leves, asistió a una fiesta de cumpleaños a la que asistieron nueve de sus familiares tres días después del funeral. El hombre estuvo en contacto cercano, definido como dentro de un radio de dos metros, con todos los parientes, quienes compartieron la comida.
Siete de los asistentes a la fiesta desarrollaron más tarde casos confirmados o posibles de COVID-19, todos entre tres y siete días después del evento. Dos de ellos murieron después de colocarles los respiradores.
Dos personas que cuidaron a uno de esos dos pacientes —un familiar y un cuidador profesional a domicilio— pero sin usar equipo de protección personal como guantes, también desarrollaron un probable COVID-19.
La cadena de transmisión parecía continuar con tres de las personas que asistieron a la fiesta de cumpleaños que fueron a la iglesia seis días después de desarrollar los síntomas. Un participante de la iglesia contrajo COVID-19 después de un contacto cercano con el trío, incluyendo conversaciones directas y sentado a una fila de distancia de ellos durante 90 minutos.
La investigación ilustra «la importancia del distanciamiento social para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2, incluso dentro de las familias», dijeron los investigadores de los CDC.
El mes pasado, la agencia (pdf) recomendó la cancelación de las grandes reuniones y, si la transmisión comunitaria del virus del PCCh era sustancial en cierta área, la cancelación de todas las reuniones comunitarias y religiosas.
Se cree que la transmisión del nuevo virus se produce principalmente entre personas que están en estrecho contacto a través de las gotas respiratorias que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda. Las autoridades estadounidenses dijeron la semana pasada que hasta uno de cada cuatro pacientes nunca mostrará síntomas y que pueden transmitir el virus, junto con los pacientes presintomáticos, o aquellos que en definitiva muestran síntomas.
Se estima que los síntomas aparecen entre 2 y 14 días después de contraer el virus del PCCh. Los síntomas incluyen fiebre, fatiga, tos, dolores y molestias y dificultad para respirar.
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