Durante más de una década se han presentado propuestas para actualizar los centros de llamadas al 911, de sistemas analógicos a digitales, lo que les permitiría a las personas que llaman la recepción y el envío de mensajes de texto, videos, geolocalización y otros datos desde y hacia los despachadores de emergencia.
El progreso en este sentido ha sido lento, pero podría recibir un gran impulso con la última versión del proyecto de ley de infraestructuras de la Cámara. El proyecto de ley de reconciliación Build Back Better de USD 1.75 billones, publicado el 28 de octubre, incluiría unos USD 500 millones en fondos para digitalizar los sistemas de llamadas de emergencia, transformándolos en lo que se conoce como «911 de próxima generación».
El 2 de noviembre, en una audiencia del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes sobre comunicaciones de emergencia, el subdirector de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA), Billy Bob Brown Jr., promocionó los beneficios del 911 de próxima generación, incluida la capacidad de responder a las llamadas al 911 más rápido y con mayor precisión, mayor conciencia de la situación, mayor resiliencia y con una calidad más consistente».
“Además, la interconectividad y la interoperabilidad entre los sistemas 911 le permitirá a la nación obtener una mejor conciencia de las necesidades de la comunidad, identificar tendencias y evaluar la eficacia con la que se atiende a los residentes y visitantes de EE.UU.”, dijo.
La tecnología del 911 de próxima generación ha existido durante más de una década y se ha adoptado en algunas áreas del país. La ciudad de Alejandría, por ejemplo, está lanzando esta semana un sistema 911 basado en la nube que, según los funcionarios de la ciudad, puede localizar a las personas que llaman con precisión milimétrica.
Pero en la mayoría de las áreas del país, los despachadores de emergencia aún operan con sistemas telefónicos analógicos tradicionales.
Citando estadísticas de su propia agencia, Brown Jr., de CISA, les dijo a los miembros del comité el 2 de noviembre que alrededor del 75 por ciento de las organizaciones locales de seguridad pública carecen de fondos para inversiones de capital en sistemas de redes de comunicaciones de emergencia. Si bien áreas como la Región de la Capital Nacional han recibido cientos de millones de dólares para actualizaciones desde el 11 de septiembre, las comunidades rurales han continuado financiando sus sistemas localmente.
Un estudio realizado en 2018 por la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información (NTIA) estimó que costaría entre USD 9500 millones y USD 12,700 millones implementar el 911 de próxima generación en todo el país.
Los funcionarios de la industria y la seguridad pública han hecho un esfuerzo concertado para asegurar estos fondos en la Ley Build Back Better.
La Coalición de seguridad pública para el 911 de próxima generación, un consorcio de departamentos de policía y bomberos de todo el país, presionó para obtener una inversión federal única de USD 15,000 millones durante todo el año. En septiembre, los miembros del Comité de Comercio de la Cámara de Representantes aprobaron una versión de la Ley Build Back Better que habría incluido USD 10,000 millones en fondos para el 911 de próxima generación.
Sin embargo, la última versión de la semana pasada recortó esos fondos a poco menos de USD 500 millones, incluidos USD 470 millones en subvenciones para que las jurisdicciones locales implementen la tecnología, así como USD 9 millones para establecer un centro de ciberseguridad 911 de próxima generación.
Los USD 9 millones para un centro de ciberseguridad dedicado podrían ser particularmente importantes para el éxito de un sistema a nivel nacional, dados los riesgos de seguridad que presenta el 911 de próxima generación, según Brown Jr.
«Uno de los desafíos para los que hemos estado trabajando con nuestros socios del 911 en todo el país es la idea que entendemos, que la provisión de texto, videos o imágenes a los centros de llamadas brinda la oportunidad para la introducción de malware», dijo.
«Si el malware se introduce desde el principio en un vídeo, en una imagen, en un texto a un centro del 911, tiene la posibilidad de proporcionar ese malware a los sistemas gubernamentales interconectados».
A pesar del recorte, las partes interesadas de la industria notaron que los casi USD 500 millones serían la asignación federal más grande para centros de llamadas de emergencia.
«Mientras que algunos se centrarán en la significativa caída de la financiación, yo conozco el tipo de personas que trabajan en la comunidad del 911», dijo el consultor de la industria, John Chiaramonte, en un comunicado publicado por el Consejo de la Industria para las Tecnologías de Respuesta a Emergencias (iCERT). “No encontrará un grupo de personas más ingeniosas y parecidas a ‘MacGyver’ que los despachadores de emergencia”.
«Soy optimista de que todos los fondos funcionarán y pronto veremos un futuro con un sistema 911 de próxima generación a nivel nacional, capaz de mejorar y potenciar los resultados de la respuesta a emergencias».
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