El desafío del agua, recurso básico para los ecosistemas, la vida y el progreso, exige diálogo entre ciencia y gestores además de un consenso sólido, porque las soluciones innovadoras requieren una base «solvente» de apoyo social para aplicarse, ha dicho hoy la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Las decisiones de los científicos para llevarse a la práctica con éxito necesitan del conocimiento y entendimiento por parte de «todos los ciudadanos» y el consenso, lo que refuerza el papel de la divulgación en este ámbito, que genera de siempre tensiones territoriales por la escasez del recurso, ha explicado Ribera en la jornada científica «Retos sobre el futuro del agua».
Durante el acto organizado por la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) y la Fundación Ramón Areces, la ministra ha destacado el desafío del agua frente a situaciones de escasez del recurso, un problema «fruto de tensiones a lo largo de los tiempos de historia» entre países y que se ha visto agravado en la actualidad por problemas como el cambio climático o la contaminación.
Entre los participantes en la jornada con presencia internacional destaca Ishai Dror, científico del Departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra del Instituto Weizmann de Ciencias.
También Berta Grau-Pujol, epidemióloga del programa europeo de epidemiología de intervención (EPIET) del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) en el Centro de Operaciones en Emergencia de Salud Pública en Portugal.
Asimismo, Alberto Garrido, catedrático de Política Agrícola y Economía de Recursos Naturales y vicerrector de Calidad y Eficiencia de la Universidad Politécnica de Madrid, y Sara García Linares, del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense, entre otros.
En la jornada se ha hecho hincapié por parte de los organizadores en la necesidad de recursos económicos añadidos por parte de las administraciones para hacer frente a los desafíos científicos frente al problema de la escasez de agua.
Los expertos reclaman medidas urgentes para evitar que 4.800 millones de personas queden sin acceso al agua salubre para 2030.
La ministra Ribera ha advertido de los impactos del cambio climático en forma no solo de escasez hídrica sino también de aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos.
Ello plantea un gran desafío frente al que «necesitamos estar preparados», lo que exige «reforzar la capacidad de gestión anticipatoria y fortalecer sistemas de alerta temprana» con modelos que permitan aprender de tendencias y adelantarse a posibles escenarios futuros.
El contexto requiere además diseñar medidas de prevención para preparar a la población ante riesgos y adaptar las infraestructuras a situaciones extremas, además de facilitar nuevas tecnologías para aplicar medidas de seguridad en zonas inundables hoy ocupadas.
Ademas, se necesitan «servicios climáticos más inteligentes y mejor adaptados al usuario», con una especial relevancia al tema de la digitalización del ciclo del agua, que son aspectos en los que está apostando el Gobierno, según la ministra.
Para hacer frente a todos esos retos «necesitamos más investigación, más desarrollo tecnológico, mayor visibilidad del agua en las políticas públicas», ha dicho.
«El agua es algo de lo que nadie puede prescindir y España es una referencia internacional en la gestión hídrica», ha destacado.
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