El senador Marco Rubio (R-FL) presentó una nueva legislación destinada a detener el suministro tecnología genética estadounidense a China debido a la preocupación de que pueda ser utilizada por el Partido Comunista Chino (PCCh) para violar los derechos humanos.
Rubio dijo que la Ley de Detención del Monitoreo Genético por parte de China impediría que el régimen chino use la tecnología genética estadounidense y «enviaría un mensaje claro de que no toleraremos el abuso de los derechos humanos por parte de China».
La iniciativa surge apenas un mes después de que Rubio introdujera la Ley de Mejora de la Seguridad Nacional y Gastos Genómicos (Ley GENE) para contrarrestar la amenaza del PCCh de recopilar datos genómicos de los estadounidenses.
“China no solo roba datos genéticos de los estadounidenses, sino que también realiza investigaciones biomédicas y reprime a su propio pueblo utilizando tecnología genética”, dijo Rubio en un comunicado de prensa el 26 de julio.
“Esto incluye tomar por la fuerza información genética de uigures, tibetanos y otros grupos étnicos como una medida de ‘lucha contra el crimen’. Beijing depende de las empresas estadounidenses para la tecnología genética”, agregó el senador.
La nueva legislación agregaría los kits de prueba (de detección de un virus) y el muestreo genético, la tecnología analítica y el software a la lista de Control de Comercio de la Oficina de Industria y Seguridad, dice su declaración.
“Estados Unidos no tiene por qué ayudar a los crímenes de lesa humanidad de China. Nosotros no podemos permitir que Beijing continúe usando nuestra tecnología para violar los derechos humanos de su propio pueblo”, agregó el legislador.
China ha utilizado el “combate contra el extremismo” como pretexto para encerrar a más de 1 millón de uigures en Xinjiang, donde los detenidos son sometidos a trabajos forzados, tortura, adoctrinamiento político, aborto forzado y otros tratos inhumanos de los campos de reclusión del régimen.
Algunos legisladores estadounidenses habían pedido la extensión de restricciones estadounidenses más estrictas a la exportación para evitar la venta de equipos que podrían usarse en las medidas drásticas de seguridad masivas de China contra las minorías de la región de Xinjiang.
En febrero de 2019, la empresa estadounidense Thermo Fisher Scientific dijo que dejaría de vender secuenciadores genéticos a Xinjiang en medio de las críticas de que se usaban para la vigilancia y que permitía los abusos contra los derechos humanos, informó The Wall Street Journal.
Thermo Fisher se enfrentó críticas de grupos de derechos humanos y de los legisladores por suministrar el equipo utilizado para identificar a las personas en Xinjiang.
China rechaza acusaciones de abuso de derechos
El PCCh se ha referido a los campos de reclusión como “centros de educación en habilidades vocacionales” y negó de estar operando el sistema de campamentos, a pesar de la extensa documentación de los internos y familiares, además de otras pruebas como fotos satelitales y documentos gubernamentales.
Durante una audiencia en la Oficina de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 15 de febrero, una delegación china rechazó todos los cargos de abusos contra los derechos humanos y dijo que el alambre de púas y las cámaras de vigilancia en los campos de “reeducación” de Xinjiang se instalaron por razones de seguridad.
“Los centros de formación no eran centros de detención. Las escuelas y oficinas también tenían alambre de púas y cercas; estas eran medidas de seguridad”, dijo la delegación, de acuerdo a una trascripción de la ONU.
En 2021, las administraciones de Trump y Biden declararon formalmente el trato de China al grupo étnico minoritario uigur como «genocidio» y «crímenes contra la humanidad». Varios países han seguido el ejemplo, incluidos Bélgica, Canadá, la República Checa, Lituania y los Países Bajos.
Con la colaboración de Frank Fang e información de The Associated Press
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