EKATERINBURGO (Rusia) —Un tribunal ruso condenó el jueves a 12 años de prisión a Ksenia Karelina, ciudadana rusa con doble nacionalidad y estadounidense, tras declararla culpable de traición por donar dinero a una organización benéfica de apoyo a Ucrania.
La residente en Los Ángeles, trabajadora de un spa, se declaró culpable en su juicio a puerta cerrada celebrado en la ciudad de Ekaterimburgo, en los Urales, donde su caso fue juzgado por el mismo tribunal y el mismo juez que condenaron por espionaje al periodista del Wall Street Journal Evan Gershkovich en julio.
La corte declaró que los investigadores descubrieron que el 24 de febrero de 2022 —primer día de la invasión rusa de Ucrania— Karelina había «transferido fondos en interés de una organización ucraniana, que posteriormente se utilizaron para la compra de artículos de medicina táctica, equipos, medios de derrota y municiones por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania».
Sus partidarios afirman que había donado 51.80 dólares a Razom for Ukraine, una organización benéfica con sede en Nueva York que proporciona ayuda humanitaria a niños y ancianos de Ucrania. La organización ha negado que proporcione apoyo militar a Kiev.
Karelina, de 33 años, compareció ante la corte el jueves vestida con una sudadera blanca y vaqueros azules.
No fue incluida en un importante canje de prisioneros entre Rusia y Occidente hace dos semanas, que liberó a Gershkovich y a otras 15 personas de cárceles rusas y bielorrusas a cambio de ocho prisioneros detenidos en Occidente.
En declaraciones a los periodistas a la salida de la corte, el abogado de Karelina, Mikhail Mushailov, dijo que estaba trabajando para incluirla en un futuro intercambio.
«Sin duda realizaremos acciones jurídicamente significativas para iniciar el procedimiento de intercambio y finalizarlo lo antes posible», declaró, añadiendo que Karelina tenía previsto recurrir.
Mushailov dijo que, aunque Karelina admitió que había donado el dinero, «no previó que los fondos que transfirió se utilizarían para estas actividades antirrusas».
Interrogatorios en el aeropuerto
Evgeniy Smirnov, abogado especializado en casos de traición y espionaje en Rusia, pero que no participó en el caso de Karelina, dijo que era poco probable que recibiera una pena menor.
«Últimamente rara vez se ha aplicado una pena inferior a la (condena) más baja y, por regla general, una declaración de culpabilidad no basta (para reducir una condena)», dijo Smirnov a Reuters.
Karelina nació en Rusia y emigró a Estados Unidos en 2012 a través de un programa de trabajo y estudio, recibiendo la ciudadanía estadounidense en 2021. Fue detenida por el servicio de seguridad FSB tras volar a Rusia para visitar a su familia en Ekaterimburgo a principios de año.
Los problemas empezaron para Karelina a su llegada a Rusia, cuando las autoridades se enteraron de que tenía pasaporte estadounidense. Los agentes la interrogaron y se llevaron su teléfono móvil, en el que encontraron la donación de 2022 a la organización benéfica Razom en su cuenta de Venmo, según el sitio web
Tres días antes de regresar a Los Ángeles, Karelina fue detenida por vandalismo y encarcelada durante 15 días.
Justo antes de su puesta en libertad, fue acusada de traición al Estado.
Su novio, Christopher van Heerden, declaró a Reuters este mes que ha estado en contacto tanto con el Departamento de Estado como con la embajada estadounidense en Moscú para conseguir su puesta en libertad.
A diferencia de los casos de Gershkovich y del exmarine estadounidense Paul Whelan, que también fue liberado en el canje de este mes, Karelina no ha sido designada por Washington como «detenida injustamente», una etiqueta que abriría vías diplomáticas para negociar un intercambio de prisioneros.
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