YEKATERINBURGO, Rusia —Evan Gershkovich, con la cabeza rapada, fue juzgado a puerta cerrada el miércoles en una corte rusa donde el periodista estadounidense se enfrenta a acusaciones de espionaje.
Los fiscales afirman que el reportero del Wall Street Journal recopiló información secreta por orden de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos sobre una empresa que fabrica tanques para la guerra de Rusia en Ucrania. Si es declarado culpable, se enfrenta a una pena de hasta 20 años.
El Sr. Gershkovich, su periódico y el gobierno de Estados Unidos rechazan las acusaciones y afirman que solo estaba haciendo su trabajo como reportero acreditado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia para trabajar allí.
«Su caso no trata de pruebas, normas procesales o el Estado de derecho. Se trata de que el Kremlin utiliza a ciudadanos estadounidenses para lograr sus objetivos políticos», declaró la embajada de EE. UU. en Moscú, pidiendo la liberación inmediata de Gershkovich.
Tras varias horas de procedimientos a puerta cerrada, la corte declaró que la próxima sesión tendría lugar el 13 de agosto, lo que indica que el caso se prolongará durante meses. La razón del largo intervalo no estaba clara.
Se permitió brevemente a los periodistas filmar al Sr. Gershkovich, de 32 años, antes del comienzo del juicio, en el que los medios de comunicación tienen prohibida la entrada. Con una camisa de cuello abierto y de pie en un palco de cristal, sonrió débilmente y saludó con la cabeza a los colegas que reconoció.
El fiscal Mikael Ozdoyev resumió posteriormente los cargos a los periodistas.
«La investigación estableció y documentó que… Gershkovich, siguiendo instrucciones de la CIA, en septiembre de 2023, en la región de Sverdlovsk, recopiló información secreta sobre las actividades de una empresa de defensa en relación con la producción y reparación de equipos militares», dijo el Sr. Ozdoyev.
«Gershkovich llevó a cabo las acciones ilegales observando minuciosas medidas conspirativas», añadió.
Más tarde, Ozdoyev dijo a los periodistas que se había equivocado y que el presunto delito se había cometido en marzo de 2023, el mes de la detención del periodista.
Juicio a puerta cerrada
Los juicios a puerta cerrada son el procedimiento habitual en Rusia para los casos de presunta traición o espionaje relacionados con material clasificado del Estado, que normalmente pueden durar varios meses.
El Kremlin dice que el caso, y los preparativos del mismo, son competencia del tribunal, pero ha declarado que el Sr. Gershkovich fue atrapado «con las manos en la masa».
El presidente Vladimir Putin ha dicho que Rusia está abierta a la idea de un intercambio de prisioneros que implique al Sr. Gershkovich y que se han producido contactos con Estados Unidos, pero que deben permanecer en secreto.
Estados Unidos ha acusado a Rusia de llevar a cabo una «diplomacia de rehenes». Ha designado al Sr. Gershkovich y a otro estadounidense encarcelado, Paul Whelan, como «detenidos injustamente» y dice que está comprometido a traerlos a casa.
El comunicado de la embajada de Estados Unidos afirma que las autoridades rusas no han aportado pruebas que respalden los cargos contra Gershkovich ni han explicado por qué su trabajo como periodista constituye un delito.
El juicio se está celebrando en la ciudad de Ekaterimburgo, donde agentes del servicio de seguridad FSB detuvieron a Gershkovich el 29 de marzo de 2023, mientras comía en una churrería. Desde entonces ha pasado casi 16 meses en la prisión moscovita de Lefortovo.
The Wall Street Journal se ha negado a hacer comentarios sobre el propósito de su viaje informativo a la región rusa de los Urales o sobre la acusación específica de los fiscales de que Gershkovich estaba tratando de reunir información sobre Uralvagonzavod, un proveedor de tanques para la guerra de Rusia en Ucrania.
«Estaba allí como periodista acreditado, haciendo su trabajo», dijo a Reuters Almar Latour, editor del Wall Street Journal, en una entrevista telefónica antes del juicio.
Otra periodista, la ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva, fue detenida el año pasado y está a la espera de juicio acusada de violar la ley rusa sobre «agentes extranjeros» y difundir información falsa sobre las fuerzas armadas, acusaciones que ella niega.
A principios de este mes, un investigador francés, Laurent Vinatier, fue detenido y acusado de no haberse registrado como agente extranjero mientras recopilaba información sobre el ejército ruso.
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