Los altos mandos militares rusos se pusieron en contacto telefónico con el secretario de Defensa, Lloyd Austin, un día después de la conclusión de la cumbre de la OTAN en Washington.
Sobre la conversación, una portavoz del Pentágono destacó la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación, mientras que el ministerio de Defensa ruso dijo que la llamada se centró en reducir el riesgo de una «posible escalada».
El 12 de julio, a primera hora del día, el ministro de Defensa ruso, Andrey Belousov, inició una llamada telefónica con el Sr. Austin y los dos altos funcionarios hablaron durante un tiempo no revelado, dijo la subsecretaria del Departamento de Defensa (DOD), Sabrina Singh, en una rueda de prensa en el Pentágono.
«Durante la llamada, el secretario hizo hincapié en la importancia de mantener las líneas de comunicación en medio de la guerra en curso de Rusia contra Ucrania», dijo la Sra. Singh a los periodistas de la sesión informativa, sin dar más detalles, además de señalar que la llamada fue iniciada por la parte rusa y que la última vez que el Sr. Austin habló con el Sr. Belousov fue el 25 de junio.
Antes de la llamada de junio, la última vez que secretario Austin habló con su homólogo ruso fue en marzo de 2023.
A la pregunta de un periodista de si este tipo de llamadas podrían ser más regulares entre ambas partes, la Sra. Singh respondió: «En términos de futuras llamadas, por supuesto, nada que anunciar, pero como ha dicho el secretario y lo que también mencioné al principio es que mantener las líneas de comunicación es increíblemente importante en estos momentos».
El ministerio de Defensa ruso confirmó que había iniciado la llamada telefónica y ofreció algunos detalles sobre el contenido de la conversación.
«Se discutió el tema de la prevención de las amenazas a la seguridad y la reducción del riesgo de una posible escalada», dijo el ministerio ruso en un posteo en su canal de Telegram.
Su anterior llamada telefónica a finales de junio, que se produjo a petición del Sr. Austin, fue la primera después de que el Sr. Belousov reemplazara a Sergei Shoigu como ministro de Defensa de Rusia en mayo.
Por la parte estadounidense, el texto de la llamada del 25 de junio y la del 12 de julio fue prácticamente idéntico, con la única diferencia de que el Sr. Austin hizo hincapié en la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación.
Refiriéndose a la llamada del 25 de junio, los rusos dijeron que el Sr. Belousov advirtió a Austin de los peligros de que Estados Unidos siguiera suministrando armas a Ucrania en una guerra que dura ya 28 meses.
Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se han deteriorado notablemente desde que Moscú lanzó lo que denomina una «operación militar especial» en Ucrania en febrero de 2022.
La llamada se hizo poco después de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Washington, durante la cual el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, pidió a los miembros de la alianza militar que eliminaran las restricciones a la capacidad de la nación asediada para atacar objetivos dentro de Rusia.
El presidente ucraniano dijo que es una «locura» que las fuerzas del país no puedan tomar represalias libremente contra las instalaciones de misiles en Rusia que han lanzado ataques contra infraestructuras civiles en Ucrania, como el ataque ruso contra un hospital infantil el 8 de julio.
Varios Estados miembros de la OTAN, entre los que destaca Estados Unidos, impusieron restricciones al uso por parte de Ucrania de sistemas estadounidenses para atacar en el interior del territorio ruso.
Sin embargo, la última oleada de ataques rusos contra infraestructuras civiles parece haber provocado un cambio de actitud en la alianza, ya que el Reino Unido aprobó en la cumbre a que Kiev dirija los misiles que le ha proporcionado, en contra de objetivos dentro de Rusia.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró en una rueda de prensa en Moscú el 12 de julio que algunos misiles proporcionados por la OTAN ya se estaban utilizando para atacar objetivos dentro de Rusia. A la vez advirtió de que cualquier despliegue de disparos de mayor alcance podría conducir a una escalada.
«Lo importante es que estos misiles ya se están utilizando para atacar nuestras regiones», declaró el Sr. Peskov a la prensa, según el canal de noticias estatal ruso Tass. «En cuanto a los misiles de mayor alcance, se trata de una pura provocación y de una nueva y muy peligrosa ronda de escalada».
El Sr. Peskov se refería presumiblemente al hecho de que los gobiernos de Estados Unidos y Alemania emitieron una declaración conjunta durante la cumbre de la OTAN del 10 de julio en la que informaban de que Estados Unidos comenzaría a desplegar en Alemania armas de fuego de largo alcance con capacidad para alcanzar a Rusia.
Entre las armas de largo alcance se incluirán los misiles SM-6 y Tomahawk, además de armas hipersónicas en desarrollo.
«El ejercicio de estas capacidades avanzadas demostrará el compromiso de Estados Unidos con la OTAN y sus contribuciones a la disuasión integrada europea», se lee en la declaración conjunta.
A la subsecretaria de Defensa, se le preguntó en la conferencia de prensa del 12 de julio si Estados Unidos apoya el levantamiento de las restricciones a la capacidad de Ucrania para atacar objetivos más al interior de Rusia.
«Nuestra política no ha cambiado», dijo la Sra. Singh. «Permitimos esos ataques transfronterizos cuando Rusia ataca desde el otro lado de la frontera, y a medida que ha cambiado la guerra, hemos cambiado nosotros.
Nuestras políticas se han adaptado, y eso se ha visto en Járkiv y podría extenderse a otras zonas».
Ella añadió que el Pentágono no ha autorizado el uso de ATACMS para capacidades de ataque al interior de Rusia.
«Tengo que recordarle que ellos tienen otras capacidades de largo alcance que no son proporcionadas por Estados Unidos, pero en términos de nuestra política, eso no ha cambiado», declaró la Sra. Singh.
Las tensiones entre Rusia y la OTAN se han acentuado ante la perspectiva del despliegue de misiles estadounidenses en Alemania. El Kremlin prometió desarrollar una «respuesta militar» para contrarrestar la amenaza.
Con la contribución de Andrew Thornebrooke.
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