El Kremlin se defiende de las acusaciones que dicen que las fuerzas de defensa aérea rusas fueron responsables del derribo del vuelo 8243 de Azerbaijan Airlines, el 25 de diciembre.
El avión Embraer 190 de Azerbaijan Airlines se dirigía el miércoles de Bakú (Azerbaiyán) a la ciudad rusa de Grozny cuando una emergencia hizo que la aeronave desviara su rumbo y realizara un aterrizaje forzoso cerca de Aktau (Kazajstán). En el accidente murieron 38 de las 67 personas que viajaban en el avión.
Las autoridades azerbaiyanas, kazajas y rusas siguen investigando los factores que provocaron el accidente. Fotos y vídeos publicados en Internet tras el accidente mostraban marcas de metralla en la cola del avión, lo que llevó a algunos a acusar a las fuerzas de defensa antiaérea rusas de Grozny de atacar el avión con un misil de defensa antiaérea mientras rechazaban un ataque de un dron ucraniano.
En una declaración que compartió con la agencia de noticias estatal rusa TASS el 26 de diciembre, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la investigación del accidente debería llevarse a cabo antes de que la gente saque conclusiones precipitadas sobre lo que derribó el avión.
«Sería un error formular hipótesis antes de que el grupo de investigación presente sus conclusiones. Por supuesto, no podemos hacerlo. Nadie debería hacerlo», dijo Peskov.
El 25 de diciembre, Andriy Kovalenko, funcionario de Defensa ucraniano, acusó a Rusia de no haber cerrado su espacio aéreo sobre Grozny. Kovalenko alegó además que, después de que las fuerzas rusas dañaran el avión azerbaiyano, le ordenaron desviarse a Kazajstán en lugar de permitirle aterrizar en Grozny.
Kovalenko dijo que las imágenes captadas antes del accidente mostraban daños por metralla en el interior del avión.
De los 62 pasajeros a bordo del vuelo 8243, Azerbaijan Airlines dijo que 37 eran ciudadanos azerbaiyanos, 16 eran ciudadanos rusos, seis eran ciudadanos de Kazajstán y tres eran ciudadanos de Kirguistán.
Las supuestas imágenes del vuelo de Azerbaijan Airlines en sus últimos momentos en el aire mostraban un avión descendiendo en un ángulo pronunciado. Al chocar contra el suelo, el avión derrapó y rodó antes de verse envuelto en una bola de fuego.
La portavoz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Farah Dakhlallah, expresó las condolencias de la alianza a las familias y víctimas del accidente aéreo en un comunicado difundido el 26 de diciembre,
«Deseamos una pronta recuperación a los heridos en el accidente y pedimos una investigación exhaustiva», declaró Dakhlallah.
Las autoridades rusas de aviación civil, en sus primeras declaraciones tras el accidente, atribuyeron el percance al impacto de un pájaro.
En su propia declaración tras el accidente, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, dijo que había recibido información que indicaba que el avión se había desviado de su ruta a Grozny debido al empeoramiento de las condiciones meteorológicas.
Flightradar24, un servicio de seguimiento de vuelos comerciales, dijo que el avión sufrió interferencias o suplantación del GPS al acercarse al espacio aéreo ruso. El servicio detectó múltiples lagunas en los datos GPS de la aeronave durante el vuelo. El servicio también captó cambios rápidos en la altitud de la aeronave a medida que se acercaba a Aktau.
En un comunicado de prensa difundido el 26 de diciembre por los medios de comunicación estatales kazajos, el ministro de Transportes de Kazajstán, Marat Karabayev, dijo que los controladores aéreos de su país habían sido notificados de una posible explosión del tanque de oxígeno del vuelo 8243 de Azerbaijan Airlines antes del accidente. Karabayev declaró que el avión experimentó cambios drásticos en su altitud y trayectoria de vuelo cuando intentó aterrizar dos veces en el aeródromo de Aktau, antes de estrellarse finalmente en la costa kazaja.
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