Rusia saldrá «más fuerte» de la agitación causada por el motín abortado la semana pasada, declaró el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.
«Rusia siempre ha salido fortalecida de las dificultades», declaró el jefe de la diplomacia moscovita en una rueda de prensa online celebrada el 30 de junio.
«Este será el caso esta vez», añadió Lavrov. «Nosotros ya tenemos la sensación de que esto ha comenzado».
El 24 de junio, Yevgeny Prigozhin, líder del Grupo Wagner de Rusia, protagonizó una insurrección armada que por un breve momento pareció amenazar a Moscú.
Sin embargo, la rebelión no llegó a fructificar y, en menos de 24 horas, Prigozhin la suspendió y ordenó a sus combatientes que regresaran a sus campamentos base.
El Grupo Wagner de Prigozhin, una empresa militar privada vinculada al Kremlin, ha realizado gran parte de los combates en Ucrania desde que Rusia invadió el país en febrero de 2022.
A pesar de la rápida conclusión del motín, algunos líderes occidentales aprovecharon el incidente como prueba de que el control del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el poder se estaba deslizando.
«Nosotros hemos visto surgir más grietas en la fachada rusa», dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en declaraciones televisadas.
«¿Podría Putin perder el poder?», se preguntó recientemente el medio New York Times en un titular.
Los líderes europeos, por su parte, se han alineado para expresar sentimientos similares.
Incluso el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, que, si es reelegido, se ha comprometido a poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania, se pronunció sobre el tema.
Putin «sigue siendo fuerte», dijo Trump a Reuters en una entrevista telefónica el 29 de junio.
«Pero sin duda se ha visto algo debilitado [por el motín], al menos en la mente de mucha gente», añadió el expresidente.
Interpretaciones alternativas
Casi una semana después de la efímera rebelión de Prigozhin, ha empezado a surgir una interpretación alternativa —que ve el control de Putin sobre el poder más fuerte que nunca.
Ahora que el polvo se ha asentado, los comentaristas señalan que, a medida que se desarrollaba la rebelión, la oficialidad rusa condenaba unánimemente a los amotinados.
Incluso entre el propio Grupo Wagner, pocos oficiales —si es que hubo alguno— se unieron a Prighozin y a su desafortunada marcha sobre Moscú.
A Prigozhin, por su parte, se le permitió trasladarse a Minsk, donde evitará ser procesado gracias a un acuerdo negociado por el líder de Bielorrusia.
Pero él seguirá bajo la vigilancia del gobierno bielorruso, estrecho aliado de Moscú, para asegurarse de que no vuelve a causar problemas.
Entre tanto, su Grupo Wagner está en proceso de integrarse formalmente en el ejército ruso.
«La revuelta de Prigozhin, crónicamente inestable, se desvaneció en un día, al escapar a Bielorrusia, con la garantía de no ser procesado, y su ejército mercenario se mezcló con el ejército ruso», escribió el veterano periodista de investigación Seymour Hersh en Substack el 29 de junio.
«No hubo marcha hacia Moscú, ni una amenaza significativa al gobierno de Putin», añadió el periodista.
Hersh citó a continuación a una de sus fuentes de inteligencia estadounidenses: «Putin está ahora en una posición mucho más fuerte».
No es la primera vez que Hersh, de 86 años, desafía las narrativas dominantes sobre el actual enfrentamiento entre Moscú y Occidente.
En febrero, Hersh afirmó —basándose, como de costumbre, en fuentes anónimas— que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había ordenado el año pasado el ataque a los gasoductos Nord Stream.
La Casa Blanca, por su parte, ha calificado la afirmación de Hersh de «completamente falsa».
«Tozudamente fuerte»
Aunque Hersh fue el único en hacer esa afirmación, no ha sido el único en sugerir que el motín de la semana pasada puede haber fortalecido la mano de Putin.
En un artículo de opinión publicado el 29 de junio en el diario británico The Guardian, el autor Anatol Lieven sostiene que la rebelión demostró que Putin es «obstinadamente fuerte».
Según Lieven, Putin manejó la crisis con «determinación y resolución», lo que dio lugar a un resultado favorable y relativamente sin derramamiento de sangre.
El escritor también rechaza las afirmaciones occidentales de que el acuerdo de no enjuiciamiento de Prigozhin fue un signo de debilidad del líder ruso.
Como los rebeldes no encontraron apoyo entre el ejército regular ruso, escribe Lieven, Putin no tenía «nada que ganar buscando una venganza violenta (…) [y] todo que ganar mostrando magnanimidad».
«Después de todo, había ganado», añade Lieven, que ha escrito mucho sobre asuntos ruso-ucranianos y actualmente dirige el programa sobre Eurasia del Quincy Institute for Responsible Statecraft, con sede en Washington.
El motín tampoco ha tenido un efecto notable en la guerra que se está librando en Ucrania, donde la contraofensiva de Kiev, que dura ya varias semanas, no ha logrado avances significativos.
Un día después de la desventura de Prigozhin, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, declaró a Fox News que los objetivos de la contraofensiva habían sido «sobreestimados».
En su posteo de Substack, Hersh escribió: «Me han dicho que en los últimos 10 días las fuerzas ucranianas no se han abierto paso a través de las defensas rusas de forma significativa».
The Epoch Times no pudo verificar la declaración, que contrasta fuertemente con las recientes afirmaciones de Hanna Maliar, viceministra de Defensa de Ucrania.
«Si nosotros hablamos de toda la línea del frente, tanto al este como al sur, hemos tomado la iniciativa estratégica y estamos avanzando en todas las direcciones», declaró Maliar el 30 de junio.
Con información de Reuters.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
