TRUSKAVETS, Ucrania—Funcionarios rusos y ucranianos han ofrecido versiones opuestas sobre las víctimas causadas por el ataque con misiles contra una instalación de entrenamiento militar en Yavoriv, Ucrania, el 13 de marzo.
Horas después del ataque aéreo, el gobernador de la región dijo que 35 personas habían muerto y 134 habían resultado heridas. Un portavoz de la Administración Regional de Lviv dijo a The Epoch Times el 14 de marzo que, según el Ministerio de Defensa de Ucrania, no había muerto ningún extranjero en el ataque.
El Ministerio de Defensa ruso ofreció una versión completamente diferente aproximadamente 13 horas después del ataque, afirmando que un «arma de largo alcance de alta precisión» había matado «hasta 180 mercenarios extranjeros».
«Varios países occidentales a nivel estatal alientan la participación de sus ciudadanos como mercenarios de Ucrania en las hostilidades contra unidades de las tropas rusas. Toda la responsabilidad por la muerte de esta categoría de ciudadanos extranjeros en Ucrania recae justamente en el liderazgo de estos países», dijo el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado. «Conocemos todas las ubicaciones de los mercenarios extranjeros en Ucrania. Seguirán siendo el objetivo».
Un soldado voluntario extranjero que prestaba servicio en la base en el momento del ataque dijo a The Epoch Times que las instalaciones albergaban a reclutas de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Polonia, Francia y otros países.
La Embajada de EE. UU. en Varsovia, Polonia, dijo a The Epoch Times que no tenía conocimiento de que hubiera ciudadanos estadounidenses muertos en el ataque. Las embajadas alemana, polaca y británica no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Jesper Soder, un ciudadano sueco que se encontraba en las instalaciones de Yavoriv al momento del ataque, sobrevivió.
«Después del bombardeo de anoche, nuestra base quedó totalmente destruida. Hubo varios muertos y un caos total. Mi misión era defender y proteger a los soldados occidentales en el lugar para ir a Kiev hoy. Misión cancelada, como pueden imaginar», escribió Soder en Facebook el 13 de marzo.
Alekcandra Sassa Haydari, de nacionalidad sueca, aún no ha tenido noticias de su hijo. Ella cree que él estaba en la base de Yaroriv en el momento del atentado. En un comentario de Facebook, Soder dijo que había visto a su hijo en la base.
Los voluntarios en el cruce fronterizo de Medyka entre Ucrania y Polonia dijeron a The Epoch Times que conocieron a un hombre del Reino Unido que dijo que había sobrevivido, pero que dos de sus amigos habían muerto en el ataque.
Misiles rusos impactaron en la instalación, formalmente conocida como Centro Internacional de Seguridad y Mantenimiento de la Paz (IPSC, por sus siglas en inglés) aproximadamente a las 6 a.m. del 13 de marzo, arrasando el cuartel, que albergaba a unos 300 hombres, según relatos de testigos de primera mano. Maksym Kozytskyy, gobernador de la Administración Estatal Regional de Lviv, dijo que un total de 30 misiles apuntaron a la base, algunos de los cuales fueron interceptados.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, condenó el ataque en una declaración del 13 de marzo.
«Condenamos el ataque con misiles de la Federación Rusa contra el Centro Internacional de Seguridad y Mantenimiento de la Paz en Yavoriv, cerca de la frontera de Ucrania con Polonia. La brutalidad debe cesar», escribió Blinken en Twitter.
Antes de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero, el IPSC sirvió como centro de entrenamiento para los soldados ucranianos. El centro ha albergado simulacros de la OTAN y a funcionarios occidentales, incluido el presidente del Comité Militar de la OTAN, el almirante Rob Bauer.
Si bien las cifras exactas son difíciles de confirmar, se cree que miles de ciudadanos extranjeros se encuentran en Ucrania como voluntarios en la guerra.
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