Un campamento de protesta de cuatro días en el campus de New Brunswick de la Universidad de Rutgers concluyó pacíficamente después de que los administradores de la universidad cedieran a todas menos dos de las demandas de los manifestantes pro-Palestina, advirtiéndoles al mismo tiempo que una nueva ocupación de los terrenos del campus sería respondida con la fuerza.
En un correo electrónico enviado a toda la universidad, el presidente de Rutgers, Jonathan Holloway, dijo que su administración se había visto obligada a reprogramar y reubicar docenas de exámenes finales tras la convocatoria de la sección de Estudiantes por la Justicia en Palestina de la universidad para organizar una concentración a primera hora de la mañana del 2 de mayo «con la intención específica de interrumpir los exámenes finales».
«Los estudiantes están preocupados, y con razón, por su capacidad para realizar los exámenes en este entorno», escribió l Sr. Holloway, añadiendo que se reunió con los estudiantes que representaban la protesta y les dio de plazo hasta las 4 de la tarde del 2 de mayo para desalojar el campamento que habían montado en el corazón del campus.
«Si los manifestantes no cumplen y se dispersan, despejando la zona de sus tiendas y pertenencias, se considerará que han entrado ilegalmente y no nos quedará otra opción que, con la ayuda de las fuerzas del orden, desalojar a los manifestantes y sus pertenencias», advirtió el presidente.
Rutgers cede a las demandas
Como parte del acuerdo, Rutgers dijo que seguirá ocho de las 10 demandas planteadas por los manifestantes.
Según un documento del Consejo Asesor sobre la Vida Árabe, Musulmana y Palestina de la universidad, se acordó acoger en régimen de beca a «al menos 10 estudiantes desplazados de Gaza», crear un «Centro Cultural Árabe» para el semestre de otoño en todos los campus de Rutgers y establecer una «asociación educativa a largo plazo» con la Universidad de Birzeit, en Cisjordania.
En todas sus comunicaciones oficiales, Rutgers se compromete a utilizar los términos «Palestina», «palestinos» y «agresiones israelíes en Palestina» en lugar de los más neutros «Medio Oriente» o «región de Gaza». También se compromete a formar al personal de la universidad sobre el «racismo antipalestino, antiárabe y antimusulmán», y a exhibir banderas de «Palestina, Kurdistán, Cachemira y otros territorios en disputa» en el campus.
Además, lo que es más importante, Rutgers concederá una amnistía general a todas las personas y grupos que participaron en las recientes protestas pro-Palestina.
«Ningún miembro de la comunidad de Rutgers-New Brunswick —incluido el profesorado, el personal, los estudiantes de posgrado, los estudiantes universitarios o los exalumnos— que haya participado en el campamento en actividades relacionadas se enfrentará a represalias por parte de la Universidad, incluido el despido o la reducción de la remuneración», dice el documento.
Los dos puntos principales de la lista de demandas no se acordaron al momento. Uno de ellos exige la desinversión en empresas que hagan negocios con Israel. Rutgers prometió que el presidente y el director de inversiones se reunirían con los representantes de los estudiantes para tratar este asunto.
El otro punto, aparentemente negado por la administración, exige poner fin a la asociación de Rutgers con la Universidad israelí de Tel Aviv, incluido el HELIX Innovation Hub, un centro de investigación médica e incubadora de empresas cuyo costo se estima en 567 millones de dólares, según la escuela. Rutgers dijo que se trata de «una cuestión de investigación académica».
En una actualización del 2 de mayo, Rutgers se congratuló de que la protesta, a diferencia de las que tuvieron lugar en otras prestigiosas instituciones estadounidenses, no acabara con detenciones. También agradeció especialmente a los miembros del profesorado que actuaron como mediadores y ayudaron a distender la situación en el campus.
«Esta resolución se logró gracias a un diálogo constructivo entre los estudiantes que protestaban y nuestros equipos directivos», declaró la canciller de Rutgers, Francine Conway. «Agradezco el papel de nuestro profesorado a la hora de guiar y apoyar a los estudiantes hacia esta resolución pacífica».
La resolución suscita críticas bipartidistas
No todo el mundo quedó satisfecho con el resultado. Varios funcionarios electos criticaron a la escuela, argumentando que el comportamiento disruptivo de los manifestantes no debería ser recompensado.
«Cualquier capitulación ante los manifestantes antisemitas, anti-israelíes y pro-Hamás es absolutamente vergonzosa», dijo el representante Chris Smith (R-N.J.), quien visitó el campamento el 2 de mayo.
«En lugar de recompensar el odio desenfrenado contra los judíos y la nación de Israel, Rutgers debería estar trabajando para combatir las amenazas violentas y antisemitas que han ido en aumento contra los estudiantes judíos en el campus», dijo el Sr. Smith en una declaración.
El senador estatal Owen Henry, republicano que representa al condado de Middlesex, donde se encuentra el campus insignia de Rutgers, denunció a la dirección de la escuela por «ceder a las demandas de los manifestantes antisemitas».
«Condeno enérgicamente a Rutgers por su fracaso a la hora de abordar eficazmente las perturbaciones académicas que se han producido en su campus», escribió el Sr. Henry en una declaración. «Es imperativo que Rutgers garantice la seguridad y el bienestar de todos sus estudiantes haciendo que los estudiantes y el personal que perpetuaron mensajes de odio en su campus rindan cuentas».
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