El mandatario chino Xi Jinping regresó a la capital poco después de pronunciar un discurso en el sur de China el 14 de octubre, durante el cual tosía continuamente.
La tos de Xi, junto con su inusual partida, desencadenó especulaciones en los medios de comunicación chinos en el extranjero sobre su estado de salud y sobre si podría haber tenido COVID-19.
Salida silenciosa
Xi visitó la provincia de Guangdong del 12 al 14 de octubre.
En los viajes oficiales, los altos dirigentes del Partido Comunista Chino (PCCh) normalmente no anuncian sus itinerarios por adelantado.
Pero es típico que los altos dirigentes visiten a los funcionarios locales y reciban un informe de ellos en persona el último día del viaje.
El 12 de octubre, temprano en la mañana, la agencia estatal Xinhua anunció que Xi visitaría la ciudad sureña de Shenzhen, en la provincia de Guangdong, el miércoles.
La prensa estatal china informó inicialmente sobre las actividades de Xi en el momento en que ocurrieron.
Citando a personas con información privilegiada, el periódico de Hong Kong Apple Daily informó que Xi planeaba visitar la cercana ciudad de Guangzhou después de dar el discurso de Shenzhen, para visitar las oficinas y fábricas de las principales empresas de tecnología.
Pero después del discurso de Xi el miércoles por la mañana, la prensa estatal guardó silencio. Al día siguiente, los artículos de los medios hablaron sobre el viaje de Xi a Guangdong. Como los medios no informaron que Xi había escuchado el informe de los funcionarios locales, parecía que Xi ya había regresado a Beijing.
Durante las tres visitas anteriores de Xi a Guangdong desde que se convirtió en líder del Partido, se reunió con los funcionarios locales para recibir su informe el último día de su viaje.
Análisis
Yang Wei, un tertuliano que trata asuntos de China con sede en los Estados Unidos, señaló que esas reuniones con funcionarios locales son políticamente importantes, porque suelen ser una oportunidad para que los funcionarios expresen su lealtad a Xi en persona.
«No solo los funcionarios de Guangzhou y Shenzhen, sino también los jefes del partido y los gobernadores de las provincias cercanas, como las provincias de Fujian, Guangxi y Jiangxi, probablemente se sumen a la reunión», dijo Yang.
El Partido celebrará su quinto pleno el 26 de octubre, que es una conferencia clave para discutir el sucesor del líder del Partido, el próximo plan quinquenal, así como los ascensos de los funcionarios.
Debido a estas circunstancias, Xi probablemente hubiera querido solidificar la lealtad de sus subordinados con una reunión de este tipo. Por lo tanto, es muy inusual que Xi no haya tenido tal reunión en su último viaje a Guangdong.
Muchos medios de comunicación y personalidades chinas de internet con sede fuera de China comenzaron a especular si la salida temprana tenía que ver con el estado de salud de Xi.
Otros especularon que Xi podría haber tenido miedo de contraer la COVID-19 debido a un brote local. En Guangzhou, la Comisión de Salud del Distrito de Huadu anunció el 16 de octubre que uno de sus residentes se había infectado con la enfermedad el 15 de octubre.
Tal especulación parece haber provocado una respuesta por parte de Beijing.
También el 16 de octubre, la prensa estatal informó que Xi organizó una reunión en Beijing con el Politburó, el organismo de los 25 funcionarios más poderosos del Partido.
Según Xinhua, el Politburó discutió un plan de desarrollo de la ciudad dual de Chengdu-Chongqing y la tecnología cuántica.
El tertuliano Yang escribió en un comentario que, debido al carácter poco importante de la reunión desde el punto de vista político, era probable que el evento mostrara al público que Xi no tiene problemas de salud.
«De esta manera, parecerá que su viaje a Guangdong fue interrumpido para asistir a una reunión más importante en Beijing. Sin embargo, [si partirmos de la cobertura de los medios de comunicación,] la reunión no discutió temas claves o tomó decisiones importantes», escribió Yang.
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