Mientras los estados levantan las restricciones de emergencia establecidas hace más de un año, y empezamos a salir de esta hibernación y regresar a la «normalidad», es posible que queramos reconocer que puede ser necesario un periodo de transición, para nosotros mismos y para nuestros familiares. Aquí tenemos algunas ideas que pueden ser útiles para los padres.
Tómese su tiempo
Estamos a punto de llegar al verano. Aproveche el momento oportuno para disfrutar de un verano sencillo y a la antigua, con comidas al aire libre, carreras por el aspersor, tiempo en la piscina o en la playa, viajes a la biblioteca, cantidades abundantes de helado, acampadas en el patio trasero y cualquier otra cosa que haga que el verano sea divertido para usted y su familia.
Permita que sus hijos se desintoxiquen de lo que probablemente fue demasiado tiempo frente a las pantallas de los computadores este año escolar y de las presiones de las mascarillas, el miedo, el aislamiento y un entorno de aprendizaje que pudo no haber sido el ideal.
Sea amable consigo mismo
Hablando de presiones, puede que se sorprenda, después de todo este tiempo, de lo difícil que resulta socializar y llevar una vida cotidiana más agitada después de «quedarse en casa» tanto tiempo. Al igual que los músculos atrofiados necesitan recuperarse gradualmente, los músculos de la vida social también necesitan tiempo para volver a estar en forma. Así que tenga paciencia consigo mismo, concédase gracia y dé pequeños pasos para volver a ser la mariposa social que era.
Lleve las lecciones con usted
No cabe duda que hay lecciones que se pueden extraer de lo que todos hemos vivido. Tómese el tiempo necesario para procesarlas y llévelas con usted en el futuro. Tal vez sus prioridades en la vida hayan quedado más claras, o sus aspiraciones profesionales hayan cambiado, o haya reflexionado sobre dónde debería formar su familia. Tal vez haya mejorado su comprensión de las necesidades educativas de sus hijos. Los momentos difíciles como estos pueden proporcionar valiosas lecciones sobre las que querrá reflexionar y llevar con usted.
Practique la gratitud
La perspectiva adquirida después de este tiempo también puede dejarle un sentido de gratitud más profundo, o una necesidad de reavivar su sentido de gratitud. Escribir un diario sobre las cosas por las que está agradecido cada mañana o justo antes de irse a la cama puede tener un impacto sorprendentemente positivo en su perspectiva de la vida.
Renueve la vida
Cada vez que la vida da un giro, es una oportunidad para verlo como una renovación. Vea este nuevo capítulo como un nuevo comienzo. Cuando empieza de nuevo, normalmente querrá conservar lo bueno, eliminar lo que no lo es y empezar con buen pie. Suelte todo lo que le pesa y disfrute de la vida renovada.
Reconsidere el juicio
A medida que el mundo se mezcla más y más, mantenga la empatía por los demás y la compasión en su corazón. Todos han pasado por esta situación a su manera y tendrán distintas ideas sobre la mejor manera de avanzar, distintas perspectivas sobre lo que depara el futuro y distintos sentimientos de miedo y esperanza. Piénselo dos veces antes de juzgar a los demás y haga todo lo posible por ser la persona amable que quiere que los demás sean.
Aproveche el día
Por último, reconozca lo valioso que es el tiempo que tiene y aproveche el día. Aprovecha al máximo la infancia de sus hijos, el tiempo que pasan juntos en familia y la oportunidad de hacer lo que siempre se ha sentido obligado a hacer. Aproveche al máximo cada día. Apunte a la visión más alta posible que pueda evocar.
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