El invierno tiene muchas asociaciones: largos paseos después de una nevada, chocolate caliente frente al fuego, las alegrías de la temporada navideña y, por desgracia, los resfriados y la gripe. Aunque no siempre podemos evitar un resfriado o una gripe, algunos miembros del reino vegetal han demostrado una poderosa capacidad para reforzar el sistema inmunitario y reducir los efectos de los desagradables virus.
El saúco negro contiene un tesoro de propiedades curativas y fue utilizado con fines medicinales por prácticamente todas las culturas desde hace miles de años. Los arqueólogos descubrieron que algunos de los primeros humanos enterraban a sus muertos con ramas de saúco, y los nativos americanos utilizaban las bayas, hojas y flores para protegerse de las infecciones víricas.
El saúco a lo largo de la historia
Hipócrates (460-375 a.C.), considerado por muchos el padre de la medicina, tenía una especial predilección por el saúco, al que llamaba su «gran botiquín«.
Plinio el Viejo, el naturalista y filósofo romano que vivió hasta el año 79 d.C., menciona varias veces la planta del saúco por sus usos como alimento, medicina y tinte para el cabello en su famosa obra «Historia Natural«. Esta obra enciclopédica, que contenía treinta y siete volúmenes, abarcaba todos los conocimientos conocidos del mundo natural de la época y fue una autoridad en materia científica hasta la Edad Media.
Dioscórides (40-90 d.C.), médico y farmacólogo griego, recomendaba un vino elaborado con raíces de saúco como remedio para las mordeduras de serpiente. Su obra, De Materia Médica, fue el texto farmacológico de referencia durante dieciséis siglos.
Las semillas de saúco halladas en viviendas neolíticas de Suiza sugieren que ya se cultivaba en Europa hacia el año 2000 a.C.
Conocidas en las culturas antiguas como potentes antivirales, los extractos de saúco están demostrando en estudios científicos que reducen el colesterol y efectivamente la tensión arterial.
Saúco negro- Sambucus nigra
El saúco negro, o Sambucus nigra, es la especie más utilizada por los pueblos antiguos por sus beneficios medicinales, aunque otras especies también tienen usos medicinales. Pertenece a la familia de las Adoxacaeae y crece en forma de arbusto o pequeño árbol de hasta 9 metros de altura. Le gustan los suelos ricos, húmedos y bien drenados, y prefiere la semisombra a pleno sol.
Otras especies de saúco son el saúco azul (Sambucus caerulea), el saúco enano europeo (Sambucus ebulus) y el saúco rojo (Sambucus racemosa).
El saúco crece como un arbusto leñoso y ancho, con tallos segmentados y una médula blanda y blanca (el tejido que se encuentra en los tallos de las plantas vasculares). Cuando es joven, la corteza es lisa y verde, y a medida que envejece se va volviendo lisa y marrón, y acaba desarrollando protuberancias redondas y surcos verticales. Las flores de saúco son un denso racimo de flores de color blanco o crema. Las bayas son de color negro a azul violáceo cuando están maduras y crecen en grupos. Las hojas van del verde al púrpura oscuro y tienen un olor desagradable, que se cree que actúa como repelente de insectos.
Identificación/diferenciación-precaución
A veces se confunde el saúco con la cicuta de agua, que es muy venenosa. A diferencia del saúco, la cicuta de agua es una planta herbácea y no tiene corteza. El tallo principal de la cicuta de agua es hueco, mientras que los tallos del saúco están rellenos de una médula blanda. Los tallos de la cicuta de agua suelen tener vetas o manchas moradas y nudos morados, y las plantas más viejas pueden ser completamente moradas. Si busca bayas, asegúrese de identificarlas correctamente y descarte la cicuta de agua antes de consumirlas.
Todas las partes de la planta de saúco fresca son ligeramente tóxicas, por lo que no se debe consumir ninguna parte de la planta fresca sin secarla o hervirla antes. Las hojas y la corteza se utilizan sobre todo externamente para contusiones, esguinces y heridas, y las bayas, flores y hojas se emplean con fines medicinales y deben hervirse o secarse completamente antes de consumirlas. La tintura de saúco puede tomarse de forma preventiva contra los resfriados y la gripe o cuando se sienten los primeros síntomas.
El saúco es seguro para los niños y puede tomarse como tintura o jarabe para reforzar la inmunidad y ayudar a aliviar la gravedad y duración de los resfriados y la gripe. Las bayas de saúco frescas y cocidas pueden utilizarse para elaborar jarabe y vino de saúco.
Saúco para la gripe
El uso de la baya del saúco negra se ha hecho muy popular en los últimos años por sus efectos para reforzar el sistema inmunológico y ayudar a aliviar la duración y los efectos secundarios de los resfriados y la gripe. Afortunadamente, también existen varios estudios que demuestran cómo la baya del saúco negro obra su magia.
Un estudio publicado en The Journal of International Medical Research se propuso estudiar los efectos del jarabe de saúco sobre la influenza A y B. Los participantes se dividieron en dos grupos. Los 60 participantes tuvieron síntomas tempranos de gripe (fatiga, dolores corporales, congestión y fiebre) durante menos de 48 horas. Los grupos de prueba recibieron 15 ml de saúco o un jarabe de placebo cuatro veces al día durante cinco días. Los participantes que recibieron jarabe de saúco se recuperaron cuatro días más rápido que el grupo de placebo.
Un estudio diferente de la Revista de Medicina Alternativa y Complementaria se centró en un grupo de personas durante un brote de influenza. Se registraron fiebre, sensación de mejoría y curación completa durante seis días. Se mostró una mejora significativa en los síntomas, incluida la fiebre, en el 93 por ciento de los participantes que tomaron la baya del saúco dentro de los dos días. Se logró una curación completa en dos o tres días en casi el 90 por ciento del grupo tratado con saúco en comparación con al menos seis días en el grupo placebo.
Saúco para el resfriado común
Un estudio publicado en Journal Nutrients en 2014 examinó la gravedad de los síntomas del resfriado en los viajeros aéreos. El estudio incluyó a 312 pasajeros de clase económica que viajaban desde Australia al extranjero. Los participantes tomaron un extracto de saúco o un placebo 10 días antes de su vuelo hasta cinco días después de llegar a su destino. Los participantes recibieron un diario donde registraron los episodios de resfriado, la duración y los síntomas.
El estudio descubrió que el grupo placebo tenía más episodios de resfriado que los que tomaban suplementos de saúco. También se observó que el grupo placebo tenía muchos más días de resfriado y más síntomas durante esos días. Basándose en estos resultados, los investigadores concluyeron que la suplementación con extracto de saúco podría reducir sustancialmente la duración y la gravedad de los resfriados entre los viajeros aéreos.
En 2020, una revisión publicada en Avances en Medicina Integral analizó cinco estudios sobre el saúco y concluyó que, si se toman en las 48 horas siguientes a la aparición de los síntomas iniciales, los suplementos de saúco pueden reducir la duración y la gravedad de la fiebre, el dolor de cabeza, la congestión y la secreción nasal asociados a los resfriados y la gripe.
El saúco negro y la inmunidad
El saúco también contiene pigmentos llamados antocianinas, que tienen propiedades antioxidantes y confieren a las bayas su color oscuro. Varios estudios han demostrado que las antocianinas son antivirales, antiinflamatorias, antioxidantes, antimicrobianas, anticancerígenas y neuroprotectoras, benefician la salud ocular y aumentan el colágeno.
Las pruebas de laboratorio descubrieron que las antocianinas pueden inhibir la neuraminidasa, que es la parte de un virus que le permite replicarse. Por ejemplo, el antiviral oseltamivir, que quizá conozca por la marca Tamiflu, también es un inhibidor de la neuraminidasa y reduce los síntomas de la gripe mediante el mismo mecanismo.
El saúco también contiene niveles muy altos de antioxidantes y flavonoides, que actúan como antiinflamatorios naturales y ayudan a nuestro organismo a combatir el daño celular que puede conducir a la formación de radicales libres. Algunos radicales libres son un subproducto normal de los procesos metabólicos, y algunos son incluso esenciales, pero también pueden desarrollarse por la exposición externa al humo del tabaco, el alcohol, los contaminantes atmosféricos, la radiación y los productos químicos industriales.
Las pruebas sugieren que las altas concentraciones de radicales libres (un estado inflamatorio que provoca estrés oxidativo) son la causa de algunas de nuestras enfermedades degenerativas más destructivas, como el Parkinson, el Alzheimer, la aterosclerosis, la diabetes y el cáncer.
Los estudios también han descubierto que el saúco tiene un efecto sobre las citoquinas. Las citoquinas son una parte esencial de nuestro sistema inmunitario. Son tipos especializados de moléculas que indican al organismo que aumente o disminuya la intensidad de una respuesta inmunitaria. Cuando existe una amenaza grave de un invasor, queremos que el cuerpo monte una respuesta inmune más agresiva. Las citocinas proinflamatorias ayudan a dirigir esta respuesta. Sin embargo, cuando el peligro desaparece, queremos que las citocinas antiinflamatorias le digan al sistema inmunitario que se lo tome con calma porque no hay moros en la costa. Un sistema inmunitario en continua sobrecarga provoca inflamación crónica, que puede dar lugar a diversos problemas, entre ellos muchas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y la esclerosis múltiple.
Necesitamos citocinas para comunicar a nuestro sistema inmunitario qué tipo de respuesta se requiere, por lo que mantenerlas en correcto funcionamiento es una parte importante del mantenimiento de nuestra salud general. Los estudios han demostrado que los extractos de baya del saúco negro aumentan y regulan los niveles de citocinas en el sistema inmunitario humano. Un estudio publicado en European Cytokine Network se propuso evaluar el efecto de la baya del saúco negro en la producción de citocinas. Los investigadores descubrieron que los extractos de baya del saúco negro activan el sistema inmunitario sano al aumentar significativamente la producción de citocinas inflamatorias.
Reflexiones finales
Las culturas tradicionales entendían que el saúco era una planta valiosa desde el punto de vista nutricional y medicinal, y ahora la ciencia está explicando cómo funciona. El saúco negro es ahora tan común que puede encontrarlo en forma de jarabe o gomitas en casi cualquier farmacia o tienda de dietética y en internet. Si se siente aventurero y quiere buscar bayas de saúco para usted mismo, asegúrese de que sus habilidades de identificación sean de primera y hierva bien todas las partes de la planta (bayas, hojas y flores) antes de consumirlas.
Le recomiendo que busque un buen manual de hierbas que le ayude a identificarlas y prepararlas. Saber un poco sobre plantas y hierbas siempre es útil y le reconectará con el hermoso planeta que todos llamamos hogar.
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