¿Es posible que a través de la historia un tipo diferente de personas, personas pequeñas como los elfos o los enanos conocidos, alguna vez poblaran la tierra?
A lo largo de los años surgieron algunas evidencias que sugieren que tales personas pueden haber vivido en varias regiones del mundo. A menudo se describen como de unos 3 pies (90 centímetros) de altura y prefieren evitar el contacto con los humanos.
Kenia, Hawái e Indonesia son algunos de los lugares donde se encontraron tales evidencias.
El ‘Hobbit’ de Indonesia
En 2003 los restos de una mujer de un metro de altura de unos 30 años fueron desenterrados en la cueva de Liang Bua en la isla Flores de Indonesia. Debido a su estatura fue apodada «el hobbit».
Fue desenterrada con otros individuos, pero el suyo era el único esqueleto completo. Otros ocho estaban con ella, aunque solo encontraron fragmentos de sus huesos. Su especie fue nombrada Homo floresiensis, una especie más pequeña de humanos, que se considera se extinguió hace mucho.
«Se encontró un esqueleto femenino casi completo y se le apodó el hobbit debido a su tamaño particularmente pequeño», escribió Selene Cannelli, arqueobióloga del Instituto Espacial Blue Marble.
“De acuerdo con el tamaño y el desgaste de sus dientes, parece que LB1 (nombre de registro del esqueleto) era un adulto en el momento de la muerte, y según la anatomía pélvica, es posible afirmar que era una mujer”, agregó la Sra. Cannelli.
Pero, ¿cómo sabemos que ella era en realidad una especie diferente y no solo un ser humano de estatura baja? Los estudios subsiguientes del esqueleto mostraron que su cerebro tenía aproximadamente un tercio del tamaño de un cerebro humano.
“Investigaciones recientes muestran que el cerebro de H. floresiensis tenía 426 centímetros cúbicos”, escribió la Sra. Cannelli.
“Este descubrimiento proporciona una fuerte evidencia de la existencia de personas pequeñas como informan documentaciones escritas a lo largo de los siglos, tanto en el mundo occidental como en el oriental”, dijo Yok Man Khei, un investigador independiente, en un artículo publicado en el International Journal of Comparative Literature & Translation Studies.
El Homo floresiensis tenía un cerebro pequeño y una barbilla poco pronunciada, y aunque en los últimos tiempos nadie vio a alguno, es imposible decir con certeza que se hayan extinguido.
“Simplemente no sabemos cuándo se extinguió esta especie o, de hecho, me atrevo a decir, ni siquiera sabemos si se extinguió, por lo que existe alguna posibilidad de que todavía esté viva”, dijo Gregory Forth, un profesor jubilado de Antropología, en una entrevista con Live Science en 2022.
Los Agumba de Kenia
Se descubrió otra evidencia de personas pequeñas en Kenia, África. Se llamaban los Agumba y se desconoce adónde fueron en los últimos años. Solo sabemos que no existieron más reportes de sus avistamientos.
“Debido a que vivían en el bosque, pocos forasteros tuvieron la oportunidad de conocer en persona a la gente de baja estatura, y las interrogantes sobre su tamaño aún están en discusión”, escribió Angela W. Kabiru, una investigadora del Instituto Británico en África Oriental, en un artículo publicado por la Sociedad de Museos de Kenia.
“Las evaluaciones de su altura oscilaron entre dos pies y aproximadamente 4.5 pies (60 centímetros y 1.37 metros) de altura”, dijo, y luego citó varias fuentes que llamaron a los Agumba “fornidos e inteligentes”, “generosos, feroces e irritables”, con “rasgos horribles”, “cabezas grandes, piel morena clara” y barbas largas. Se dice que hablaban un idioma “como el canto de los pájaros”.
La mayor parte de la historia de este pequeño pueblo se transmitió oralmente, pero existen pruebas concretas de su existencia en los restos de sus viviendas. Se dice que vivían en fosas excavadas en mesetas. Muchos de estos pozos fueron destruidos por la expansión agrícola. Otras se encuentran en el bosque de Aberdeen, que actualmente es una reserva protegida.
Dentro de estas viviendas subterráneas se encontraron cerámica y diferentes herramientas. La profundidad de las oquedades es menor a cinco pies (1.52 metros) y algunas tienen solo un pie (30 centímetros) de profundidad.
“Las oquedades mostraban signos de haber tenido algún tipo de entrada, con todas las entradas mirando al Monte Kenia, y estas pueden haber sido de naturaleza similar a un túnel …existen sugerencias de que las oquedades pueden haber sido utilizadas para otros fines, como la caza con trampas, la evidencia existente respalda el conocimiento popular de que en realidad estaban habitadas”, escribió la Sra. Kabiru.
Cada tribu en el Monte Kenia tiene folclore sobre ellos, dice Jeffrey Fadiman en su libro «When We Began, There Were Witchmen: An Oral History from Mount Kenya” (Cuando comenzamos, había brujos: una historia oral del Monte Kenia).
Se describen en los saberes populares como «personas pequeñas» o «enanos peludos y huraños». El Sr. Fadiman notó, sin embargo, que algunas versiones contradictorias ubican a personas altas, delgadas y criadoras de ganado que habitan en el área de las oquedades o cuevas.
Los hombres del conocido pueblo pigmeo que aún hoy en día vive en África tienen una altura promedio de aproximadamente 4 pies y 11 pulgadas (casi 1.50 metros). Aunque este tamaño puede ser similar a algunos relatos de la altura de los Agumba, las otras descripciones de los Agumba no se aplican a los pigmeos.
Los Menehune de Hawái
Si bien muchos pueden reconocer a los Menehune, el nombre de la gente pequeña de Hawái, también continúan siendo un misterio.
Un australiano llamado Thomas George Thrum emigró a Hawái en 1853 y acopió relatos orales de la gente Menehune de Kauai y Oahu.
Las leyendas dicen que los Menehune medían alrededor de 3 pies (cerca de un metro) de altura, tenían actividad durante la noche y al amanecer se refugiaban rápidamente. Son conocidos por sus increíbles hazañas de trabajo, especialmente para personas tan pequeñas.
La World History Encyclopedia afirma sobre los Menehune que “se pensaba eran constructores hábiles que se aventuraban a salir después del crepúsculo para construir canoas, caminos, estanques y muros o para cantar y tocar instrumentos musicales. Rehuían la luz del sol y sus hercúleos esfuerzos de construcción, ya sea que los completaran o no, siempre cesaban antes del amanecer, cuando desaparecían”.
A ellos se les atribuye la construcción del Kīkīaola, un histórico canal de riego de 24 pies (7.3 metros) de altura.
“Es considerado una maravilla de la ingeniería debido a los 120 bloques de basalto limpiamente cortados, que habrían requerido herramientas y técnicas de precisión para el corte, que bordean unos 200 pies (61 metros) de la zanja, transportando agua para regar estanques para el cultivo de taro. También difiere de las típicas construcciones de muros de roca hawaianos, a pesar de que los hawaianos eran muy hábiles en la mampostería”, afirma la enciclopedia.
Elfos de Islandia
En Islandia los duendes y sus hábitats están protegidos por la ley. En 2014 un juez dictaminó que se cancelara la construcción de la autopista porque los elfos podrían estar viviendo en el área, informó la publicación local Ice News.
La Guide to Iceland también menciona que los elfos o la «gente oculta» interfirieron con la construcción en su tierra.
“Después de muchos intentos fallidos, donde la maquinaria pesada se descompuso continuamente sin razón aparente y numerosos trabajadores sufrieron accidentes extraños, la empresa constructora se vio obligada a mover la carretera para evitar por completo a la comunidad de elfos”, dice la guía.
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