El incendio que afecta desde hace una semana la región del Algarve al sur de Portugal, hoy fue declarado como controlado por las autoridades lusas, que mantienen la vigilancia para evitar reactivaciones en un perímetro superior a los 100 kilómetros.
Las llamas, que afectan especialmente a los municipios de Monchique y Silves, están ya dominadas y «no hay riesgo para que el incendio salga del área afectada», dijo a periodistas la portavoz de la Autoridad Nacional de Protección Civil lusa (ANPC), Patrícia Gaspar.
La ANPC que coordina las tareas de extinción, subrayó que pese a este avance «no se bajarán los brazos» y por ello continuarán sobre el terreno 435 vehículos terrestres, cuatro aviones y más de 1300 bomberos, que irán siendo relevados por una decena de pelotones del Ejército para poder descansar.
Para hoy, la previsión es de aumento de temperaturas, las que rondarán los 28 grados en la zona y baja de la humedad relativa con vientos no superiores a los 20 kilómetros por hora.
Por eso, subrayó Gaspar, «todo el cuidado es poco» en Monchique, donde tras una semana se estima que han ardido más de 20.000 hectáreas y han resultado heridas 41 personas, todas leve salvo una mujer de 72 años que sufrió quemaduras graves.
A ellos se suman los evacuados de forma preventiva, actualmente 49 personas, que se espera regresen a sus casas en las próximas horas.
«La gran victoria es tener cero víctimas» mortales, declaró a periodistas el ministro de Administración Interna (Interior), Eduardo Cabrita, repitiendo así la que ha sido prioridad máxima del Ejecutivo luso desde que se declararon las llamas en el Algarve.
Y es que el incendio de Monchique es el primero de gran envergadura este año en Portugal, donde está muy reciente el recuerdo de lo sucedido el año pasado, cuando murieron más de 100 personas en fuegos declarados en junio y octubre.
Por ello, la principal acción de las autoridades ha sido la evacuación preventiva llevada a cabo por la Guardia Nacional Republicana, cuyos agentes han tenido en muchas ocasiones que obligar a los vecinos a abandonar sus casas.
La situación fue en algunos momentos de esta semana tan tensa, que Protección Civil y el propio primer ministro, António Costa, realizaron varios llamamientos públicos a obedecer «escrupulosamente» las órdenes de los uniformados.
«Cuando las autoridades apelan a la evacuación no están violando la Constitución ni la ley. Están asegurando el bien más precioso que existe, que es la vida», llegó a advertir Costa.
El fuego de Monchique estuvo dominado en un 95 % el lunes pero después se descontroló, sembró el pánico durante este miércoles porque la nube de humo llegó a cubrir algunas de las playas más turísticas del Algarve.
Ese día, además, el veloz avance de las llamas obligó a evacuar a los 29 linces ibéricos que se encontraban en el Centro Nacional de Reproducción de Silves, los que fueron trasladados a varios centros de España.
De ellos, ocho permanecen en el centro de El Acebuche en Huelva (suroeste), doce están en el de La Olivilla, en Jaén (sur), y otros nueve en el de La Granadilla en Cáceres (oeste), informó hoy el español Ministerio para la Transición Ecológica en un comunicado.
Mientras los bomberos continúan las tareas para extinguir las llamas, se espera que esta tarde acuda a Monchique, António Costa acompañado de Cabrita y varios secretarios de Estado de las carteras de Desarrollo, Turismo, Vivienda y Agricultura, con los que se espera hacer un inventario de los daños.
Entre ellos destacan las viviendas destruidas, cuyo número no se conoce de forma oficial pero podría llegar al medio centenar, según dijo a la prensa local el alcalde de Monchique, Rui André.
A pesar de haber controlado hoy las llamas, la extinción total podría tardar aún varios días en completarse, según las previsiones del propio Gobierno, debido al montañoso terreno afectado, que dificulta el acceso de los bomberos.
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