Este lunes se reanuda el juicio a Nikolas Cruz, autor del tiroteo en una secundaria de Parkland, Florida, de febrero del 2018, que dejó un saldo de 17 personas muertas, según The Associated Press.
El juicio es para determinar si Cruz, de 23 años, es sentenciado a muerte o a cadena perpetua, sin derecho a libertad condicional. El juicio en el caso penal se reanuda tras una semana de receso, informó la agencia.
Cruz se había declarado culpable—en octubre del año pasado—de matar a 17 personas y herir a otras 17 en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas el 14 de febrero de 2018, a la que entró disparando indiscriminadamente con un rifle semiautomático.
Ahora la defensa de Cruz intenta destacar la historia de vida del inculpado como factor mitigante para evitar al menos una votación en contra de la pena de muerte para el joven. La votación para llevar a cabo la pena de muerte debe ser unánime.
La defensa de Cruz, a cargo de la defensora pública, Melisa McNeill, intenta demostrar que desde su nacimiento, el joven no recibió la ayuda que necesitó, aún y cuando crecía y se desenvolvía cada vez más fuera de control. La defensa argumentó en agosto que su madre biológica había sido una prostituta de Fort Lauderdale que fumaba crack y bebía alcohol durante su embarazo.
Los testigos dijeron, según AP, que tanto Nikolas como su medio hermano Zachary solían atormentar a su madre adoptiva, Lynda. Su madre murió meses antes del tiroteo. Además señalaron que su hermano y él hacían distintos destrozos en la escuela desde que Cruz ingresó en la escuela secundaria, a inicios de la década de 2010.
El testimonio de una persona en el caso del juicio penal intentó dejar ver el caos que reinó desde su infancia en la vida de Cruz.
«Nikolas se enfurecía con mucha facilidad y creo que Zachary obtenía cierto placer haciendo sacar de quicio a Nikolas», dijo Frederick Kravitz, uno de los psicólogos infantiles de Cruz quien testificó, según AP. Y a su vez, “ambos eran muy buenos haciendo sacar de quicio [a su madre]».
En agosto pasado, las familias de algunas de las víctimas mortales de Cruz testificaron en emotivas declaraciones sobre cómo la matanza ha impactado en sus hogares. Las declaraciones provocaron lágrimas en algunos miembros del jurado e incluso hasta en integrantes de la defensa de Cruz, quien, por el contrario, se mantuvo inmutable.
“Siempre viviremos con un dolor insoportable. Tenemos un dormitorio vacío en nuestra casa. Hay una silla vacía en nuestra mesa de comedor”, dijo entre lágrimas Annika Dworet, madre de Nicholas Dworet, una estrella de natación.
En el caso de Cruz, el jurado debe decidir sobre la pena de muerte o cadena perpetua. Para la pena de muerte se necesitan los 12 votos del jurado.
De acuerdo a la Fiscalía, Cruz realizó cerca de 150 disparos durante la matanza que hasta este año había sido la más mortal ocurrida en una escuela de EE.UU.
La masacre de mayo pasado en una escuela primaria en Uvalde, Texas, donde murieron 19 niños y dos maestras, se posicionó como la peor en un centro educativo, según el FBI.
Con información de EFE.
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