Los precios al consumidor de Estados Unidos registraron en junio su mayor suba mensual desde 2012 luego de tres meses de caídas marcadas por una caída casi récord en abril, cuando la pandemia disminuyó la demanda.
El índice de precios al consumidor (IPC-U) subió un 0.6 por ciento en junio desde el mes anterior, luego de una caída del 0.8 por ciento en abril y una caída del 0.1 por ciento en mayo, de acuerdo con las cifras del Departamento de Trabajo publicadas el martes (pdf). La caída mensual de abril fue la más profunda desde diciembre de 2008, el apogeo de la crisis financiera.
Así como la caída de los precios al consumidor de abril se vio afectada por una caída del 20.6 por ciento en los precios de la gasolina, el repunte de junio fue impulsado por un aumento en los precios del gas, el cual aumentó un 12.3 por ciento. Aun así, incluso con ese aumento, los precios en los surtidores de gasolina son un 23.4 por ciento inferiores a los de hace un año.
Las categorías de «alimentos en el hogar» y servicios de atención médica encabezaron el aumento de los precios año tras año, con los precios de «alimentos en el hogar» aumentando un 5.6 por ciento en los últimos 12 meses, el mayor aumento anual de la categoría desde 2011. Los precios de los servicios de atención médica aumentaron un 6 por ciento en los últimos 12 meses y un 0.5 por ciento más que en mayo.
Es probable que los cambios en estas dos categorías reflejen una tendencia de aumento del gasto relacionado con la salud durante la pandemia y un cambio hacia la compra de comestibles vía online.
Las ventas online de comestibles en Estados Unidos aumentaron un 9 por ciento en junio respecto del mes anterior, alcanzando un récord de USD 7200 millones, según la encuesta de comestibles Brick Meets Click/Mercatus. Esto sigue a un récord de mayo, en el que las ventas de comestibles online crecieron en más del 24 por ciento mes a mes a USD 5300 millones.
«Muchas métricas clave de rendimiento relacionadas con la entrega de comestibles online y la actividad de pedidos para llevar, aumentaron constantemente en junio, ya que las preocupaciones sobre COVID-19 continuaron impactando la forma en que las personas compran comestibles y la mayor capacidad de cumplimiento ahora permite el crecimiento», dijeron los investigadores en el informe de junio.
El índice básico de precios al consumidor, que excluye los costos volátiles de alimentos y combustible, subió un 0.2 por ciento en junio, luego de su mayor caída en abril del 0.4 por ciento. El índice de inflación subyacente aumentó solo un 1.2 por ciento desde junio pasado, lo que refleja un nivel moderado de inflación general de precios en Estados Unidos.
La cifra de inflación subyacente está muy por debajo del objetivo del 2 por ciento de la Reserva Federal para las subas anuales de inflación. Los economistas creen que dada la incierta perspectiva económica con los casos de COVID-19 subiendo nuevamente en muchas partes del país, es probable que las presiones inflacionarias sigan siendo bajas durante algún tiempo.
La baja inflación significa que la Fed tendrá el margen de maniobra para seguir brindando un apoyo significativo a la economía a través de tasas de interés bajas récord y compras considerables de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas.
The Associated Press contribuyó a este informe.
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