El Departamento de Policía de Seattle (SPD) ha perdido casi el 20 por ciento de su fuerza policial en el último año y medio, según un agente de las fuerzas de seguridad.
El oficial del SPD Clayton Powell, que lleva casi 27 años en el departamento, dijo a CBS News que unos 260 agentes se han marchado en ese periodo de tiempo, y que él también se va a jubilar anticipadamente aunque ya había planeado marcharse cuando alcanzara las tres décadas en el cuerpo.
«El apoyo que teníamos en mi generación de policías ya no existe», dijo al medio de comunicación.
La muerte de George Floyd en mayo de 2020 y las protestas y disturbios que le siguieron provocaron una ola de reformas policiales en decenas de estados, desde cambios en las políticas de uso de la fuerza hasta una mayor responsabilidad de los agentes.
«Cuando ves que se destruyen negocios y que las familias pierden su sustento a causa de esa destrucción, y no podemos hacer nada al respecto. No se nos permite interceder», dijo Powell.
Powell dijo que durante los disturbios del año pasado, a algunos agentes les lanzaron objetos, incluidas piedras y botellas, y tuvieron que «quedarse ahí y aguantarlo».
En otros lugares, como Nueva York, más de 5300 agentes de policía dimitieron o se retiraron el año pasado —un fuerte aumento del 75 por ciento con respecto al año anterior—, ya que la moral cayó tras los disturbios generalizados y los llamamientos para desfinanciar a la policía.
Los agentes que dimitieron en el estado representaron el 15 por ciento del total de agentes que abandonaron sus puestos.
Según la página web Law Officer, entre el 25 de mayo y el 24 de junio de 2020, 272 agentes de policía renunciaron al Departamento de Policía de Nueva York.
El 25 de marzo de 2021, el Consejo de la Ciudad de Nueva York votó a favor de la aprobación de varios proyectos de ley de reforma para abolir la disposición de inmunidad cualificada para la policía, abriendo el camino para que los ciudadanos demanden a la policía por reclamaciones de uso excesivo de la fuerza y registros e incautaciones irrazonables.
La inmunidad cualificada es una doctrina judicial creada hace 50 años que protege a los funcionarios del gobierno de ser considerados personalmente responsables de violaciones constitucionales como el derecho a no ser sometido a una fuerza policial excesiva según la ley federal, siempre que los funcionarios no hayan violado una ley «claramente establecida».
En Nueva York se produjo un aumento de los asesinatos en 2020, un incremento que algunos expertos atribuyen al movimiento de desfinanciación. A fecha del 9 de mayo, el número de asesinatos en la ciudad había aumentado un 27 por ciento con respecto a 2020.
Y en el estado de Washington, esta semana, el gobernador demócrata Jay Inslee firmó una docena de medidas de reforma de las fuerzas de seguridad para convertirlas en ley, afirmando que impulsarán la responsabilidad en la labor policial y abordarán el «racismo sistémico» en el estado. Lo calificó de «mandato moral».
El paquete de proyectos de ley firmados por Inslee incluye la prohibición total del uso policial de las llaves de estrangulamiento, de las sujeciones en el cuello y de las órdenes de alejamiento, y también exige a los agentes de policía que intervengan si un colega hace uso excesivo de la fuerza.
También exige la creación de una oficina independiente que revise el uso de la fuerza letal por parte de las fuerzas de seguridad. La policía también debe utilizar un «cuidado razonable», como las tácticas de desescalada, en el desempeño de sus funciones.
La legislación restringe el uso de gases lacrimógenos y las persecuciones en coche, y facilita la posibilidad de demandar a los agentes cuando causen lesiones.
Según una encuesta de Rasmussen Reports publicada el mes pasado, al 63 por ciento de unos 1000 probables votantes estadounidenses les preocupa que la retórica antipolicial, que suelen impulsar los demócratas progresistas, provoque una escasez de agentes de seguridad y ponga en peligro la seguridad pública.
Hannah Cai contribuyó a la elaboración de este artículo.
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