El 8 de marzo, la secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, advirtió sin rodeos a las empresas chinas que no contravengan las sanciones comerciales contra Rusia suministrando a la nación beligerante chips y otros suministros necesarios para sostener el esfuerzo de guerra contra Ucrania. Las empresas que no cumplan con las sanciones pueden ser “básicamente cerradas”, dijo.
Raimondo, en una entrevista con el New York Times, dijo que Rusia “ciertamente va a cortejar a otros países para que pongan fin a nuestras sanciones y controles de exportación”, pero lanzó un duro ultimátum a las empresas para que no cooperen con tal elusión.
La secretaria de Comercio enfatizó la facilidad con la que la administración Biden podría cerrar el fabricante de chips más grande de China, la Corporación Internacional de Fabricación de Semiconductores (SMIC) o cualquier otra empresa que ponga su tecnología a disposición de Rusia, y agregó que no tiene sentido, desde el punto de vista de las empresas, burlar las sanciones estadounidenses.
“Tienen su propio interés en no suministrar estas cosas a Rusia. Así que no lo están haciendo por la bondad de su corazón. Sería devastador para la producción china de estos chips”, dijo Raimondo.
En respuesta a la invasión de Rusia, Estados Unidos, junto con sus aliados, impuso una serie de controles de exportación a Moscú con el objetivo de cortar el flujo de tecnología avanzada que ayuda a las fuerzas armadas del país. Se impusieron restricciones no solo a la tecnología, como los chips, sino también a los productos extranjeros utilizados para fabricar software, planos y equipos electrónicos.
“Las acciones de Rusia son un peligro inmediato para quienes viven en Ucrania, pero también representan una amenaza real para las democracias en todo el mundo. Al actuar con decisión y en estrecha coordinación con nuestros aliados y socios, hoy enviamos un mensaje claro de que Estados Unidos de América no tolerará la agresión de Rusia contra un gobierno elegido democráticamente”, dijo Raimondo en un comunicado del 24 de febrero anunciando las restricciones.
El gigante chino de las telecomunicaciones Huawei se llevó la peor parte de las sanciones estadounidenses impuestas en 2020 por motivos de seguridad nacional. Las restricciones, que privaron a la empresa de semiconductores avanzados fabricados con tecnología estadounidense, paralizaron su negocio de teléfonos inteligentes y la empresa ahora está prácticamente excluida del mercado mundial de teléfonos inteligentes.
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