El senador Ted Cruz (R-Texas) presentó un proyecto de ley que le prohibiría al gobierno federal crear y mantener una base de datos de quiénes han recibido las vacunas anti-COVID. El anuncio del senador ocurre después que los funcionarios de la Casa Blanca anunciaron un plan para enviar equipos de divulgación de puerta en puerta en áreas con tasas de vacunación relativamente bajas.
Cruz, en un tuit, sugirió que las declaraciones del presidente Joe Biden y de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, son preocupantes.
«Cuando el gobierno de Biden pide un ‘alcance dirigido’ ‘puerta a puerta’ para que la gente se vacune, parece como si te estuvieran diciendo: ‘Sabemos que no estás vacunado, hablemos, camarada'», escribió Cruz el jueves. «Mi proyecto de ley para prohibir los pasaportes federales de vacunas le prohíbe a los federales mantener una base de datos de vacunas».
Biden anunció el martes la iniciativa de vacunación que busca ir puerta a puerta, diciendo: «Tenemos que ir comunidad por comunidad, barrio por barrio y, a menudo, puerta por puerta, literalmente tocando puertas para ayudar a las personas restantes». Biden y Psaki no proporcionaron muchos detalles sobre el plan, incluido dónde se enfocaría, cuánto duraría y qué harán los equipos de divulgación.
El secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), Xavier Becerra, rechazó las críticas al plan y dijo que «es absolutamente un asunto del gobierno» enviar funcionarios a tocar las puertas de la gente. «Llamar a una puerta nunca ha sido ilegal», y los ciudadanos estadounidenses «no tienen que responder. Pero esperamos que lo hagan”, dijo.
Más tarde el jueves, el secretario del HHS escribió en tuits que el gobierno federal no mantiene una base de datos de quién está o no está vacunado contra COVID-19.
En un tweet, Becerra dijo que sus comentarios a CNN fueron «sacados salvajemente de contexto», y agregó: «Estamos alentando a las personas a que den un paso adelante para protegerse a sí mismas y a otros, vacunándose. Es la mejor manera de salvar vidas y poner fin a esta pandemia».
El plan es parte de la estrategia del gobierno para combatir el COVID-19 después de que la Casa Blanca no cumplió con su fecha límite, autoimpuesta, del 4 de julio para que el 70 por ciento de los adultos estadounidenses recibieran, al menos, una vacuna. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., más del 67 por ciento de los adultos estadounidenses han recibido al menos una inyección y más de 157 millones de estadounidenses están completamente vacunados.
Los mensajes sobre los equipos de divulgación también provocaron reacciones contundentes de otros legisladores republicanos.
«¿Qué tal si no llamas a mi puerta? No son mis padres. Son el gobierno. Pongan las vacunas a disposición y dejen que la gente elija libremente. ¿Por qué ese concepto es tan difícil para la izquierda?», escribió en Twitter el representante Dan Crenshaw (R-Texas).
«En 2021, las nueve palabras más aterradoras son: ‘Soy del gobierno, ¿ya te han vacunado?'», escribió el representante Andy Biggs (R-Ariz.) en una plataforma de redes sociales.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
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