Senador Ted Cruz condena al régimen chino por sus avances sobre la autonomía de Hong Kong

Por Mimi Nguyen Ly
22 de mayo de 2020 12:54 PM Actualizado: 22 de mayo de 2020 12:54 PM

El senador Ted Cruz (R-Texas) condenó el jueves al Partido Comunista Chino (PCCh) después de que anunciara sus planes de imponer una nueva ley de «seguridad nacional» en la antigua colonia británica de Hong Kong. El senador también pidió a los aliados de Estados Unidos que «mantengan la línea» contra la propagación del PCCh.

El Congreso Nacional Popular (NPC), principal legislatura del PCCh, anunció la tarde del jueves que propondría una ley de seguridad nacional para «establecer un sistema legal y un mecanismo de aplicación para defender la seguridad nacional» en Hong Kong. Se espera que el proyecto de ley se apruebe, dado el papel del NPC como un sello de goma ceremonial que aprueba las directivas del PCCh y por la postura favorable a Beijing de la directora ejecutiva de la ciudad, Carrie Lam.

Lam tendrá que publicar un aviso legal en la gaceta del Gobierno antes de que la ley del gobierno central pueda entrar en vigor.

«El Partido Comunista Chino se está moviendo con rapidez para acabar con lo que queda de la autonomía de Hong Kong, despojando a la población de Hong Kong de sus libertades esenciales», señaló Cruz en un comunicado, calificando la última medida del PCCh como una «escalada» para «profundizar su control sobre Hong Kong».

«Esto es inaceptable y requerirá una reevaluación de la política de Estados Unidos si no se revierte inmediatamente», añadió.

«Ahora Estados Unidos debe permanecer fuerte con nuestros aliados y mantener la línea contra la propagación del comunismo», escribió Cruz.

El primer ministro del régimen chino, Li Keqiang, dijo el viernes a la NPC en su informe anual, que el PCCh se está movilizando para establecer en la Región Administrativa Especial de Hong Kong un «sólido» sistema legal, para que el PCCh aplique los mecanismos para «salvaguardar» su «seguridad nacional».

La ley tiene como objetivo prohibir «la secesión, la sedición, el terrorismo y cualquier actividad de interferencia de países extranjeros e influencias externas», que el régimen chino ve como un desafío a su gobierno unipartidista.

Los críticos dicen que esa ley amenazaría aún más la autonomía de Hong Kong y permitiría al PCCh dirigirse a las voces disidentes bajo el pretexto de salvaguardar la «seguridad nacional» de China.

Según el proyecto de ley, la ley salvaguardará la «jurisdicción general» del gobierno central, así como la «alta autonomía» de Hong Kong.

«Las instituciones pertinentes del Gobierno Popular Central para salvaguardar la seguridad nacional establecerán instituciones en la Región Administrativa Especial de Hong Kong, según sea necesario y cumplirán sus obligaciones de salvaguardar la seguridad nacional de conformidad con la ley», dice el proyecto.

El presidente Donald Trump explicó el jueves que Estados Unidos reaccionará enérgicamente si el régimen chino sigue adelante con sus planes de imponer esa ley en Hong Kong.

«Si esto sucede, abordaremos el tema con mucha fuerza», aseguró Trump a los periodistas antes de dejar la Casa Blanca.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif), emitió un comunicado la misma tarde calificando de «alarmante» el último movimiento del PCCh.

«El anuncio de Beijing de otro intento de poner fin al marco de ‘un país, dos sistemas’ en #HongKong es profundamente alarmante», escribió Pelosi. «El intento de eludir la legislatura de Hong Kong, muestra una completa falta de respeto por el estado de derecho».

Dos senadores estadounidenses, Pat Toomey (R-Pa.) y Chris Van Hollen (D-Md.), pocas horas después de conocerse la propuesta de China, presentaron un proyecto de ley bipartidista llamado «Ley de Autonomía de Hong Kong», que busca sancionar a los funcionarios o entidades chinas cómplices de la «descarada interferencia» del régimen chino en Hong Kong. La legislación también penalizaría a los bancos que hacen negocios con esos funcionarios o entidades.

«Entre los ejemplos [de esas entidades] puede figurar una unidad policial que tome medidas enérgicas contra los manifestantes de Hong Kong o los funcionarios del Partido Comunista Chino responsables de imponer una ley de ‘seguridad nacional’ en Hong Kong», escribieron Toomey y Van Hollen.

Hong Kong fue devuelto del dominio colonial británico a la soberanía china en 1997, con la garantía expresa de que el alto grado de autonomía y las libertades esenciales de la ciudad se preservarían bajo el principio de «un país, dos sistemas» hasta 2047, en virtud de la Declaración Conjunta Sinobritánica.

En virtud de la Ley de derechos humanos y democracia de Hong Kong, promulgada el año pasado, el Departamento de Estado de Estados Unidos, debe determinar anualmente si Hong Kong ha conservado suficiente autonomía política respecto de China para preservar sus privilegios comerciales especiales actualmente Estados Unidos le concede. La legislación también permite la imposición de sanciones a los funcionarios chinos y de Hong Kong, responsables de violaciones graves de derechos humanos en Hong Kong.

El portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, instó el jueves a Beijing a «honrar sus compromisos y obligaciones en la Declaración Conjunta Sino-Británica».

«Cualquier esfuerzo por imponer una legislación de seguridad nacional que no refleje la voluntad del pueblo de Hong Kong sería altamente desestabilizador y se enfrentaría a una fuerte condena por parte de Estados Unidos y la comunidad internacional», dijo a The Epoch Times en un correo electrónico.

El Departamento de Estado comunicó que retrasó la publicación de un informe anual sobre la autonomía de Hong Kong, para dar cuenta de cualquier otra acción de Beijing por el NPC.

En junio del año pasado estallaron protestas en Hong Kong a gran escala a favor de la democracia y en contra del PCCh, por un proyecto de ley de extradición que ha sido desechado desde entonces, después de que los habitantes temieran que el proyecto amenazara la autonomía judicial de la ciudad. En los últimos meses, las protestas se han calmado debido a la pandemia.

La exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, señaló que el PCCh ha utilizado la pandemia del virus del PCCh como una oportunidad para reprimir a los disidentes.

«No es sorprendente que mientras los países se centran en un virus propagado por el descuido de China, el Partido Comunista Chino siga adelante con su plan estratégico aprobando una ley que aborda la disidencia política que estalló en las calles de Hong Kong el año pasado», escribió en Twitter.


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