Todos sabemos que sentirse conectado con otras personas, nos hace bien, de hecho, estudios han vinculado las conexiones sociales con la felicidad, la salud y una vida más larga.
Pero un estudio sugiere que nuestros sentimientos de conexión no solo nos hacen sentir bien, sino que también nos hacen hacer el bien.
En el estudio, los investigadores probaron diferentes formas de lograr que las personas se sintieran conectadas con otras, comprobando si esos sentimientos de «relación» motivaban a esas personas a realizar actos bondadosos, útiles o «prosociales». Investigaciones anteriores han sugerido que este sentido de conexión es uno de los tres ingredientes que las personas necesitan para prosperar realmente en la vida; los otros dos son sentirse capaces de lograr sus objetivos, lo que se conoce como «competencia», y sentirse en control de sus propias acciones y decisiones, lo que se conoce como «autonomía».
En un experimento, los investigadores hicieron que los participantes leyeran palabras asociadas con la conexión social (por ejemplo, comunidad, conectado, relación) y luego les preguntaron cuánto pensaban ofrecerse como voluntarios para una organización benéfica. Los resultados muestran que las personas estaban más dispuestas a ofrecerse como voluntarias para una organización benéfica después de leer esas palabras que después de leer una serie de otras palabras neutras (por ejemplo, libro, lámpara, zapato).
También era más probable que quisieran ser voluntarios después de leer las palabras de conexión social que después de leer palabras que evocaban autonomía (por ejemplo, libertad, elección, preferencia) o competencia (por ejemplo, hábil, experto, competente).
En un segundo experimento, los investigadores hicieron que los participantes escribieran sobre un momento en que sintieron un vínculo estrecho con otra persona, lo que les hizo recordar ese sentimiento de conexión. Luego preguntaron cuán dispuestos estaban los participantes a realizar cinco acciones prosociales en las semanas siguientes, entre ellas, donar dinero a obras de caridad y hacer todo lo posible por ayudar a un desconocido necesitado.
El solo hecho de pensar en su estrecha conexión potenció los impulsos altruistas de la gente: después de escribir sobre su relación, mostraron un deseo más fuerte de ayudar a los demás que después de escribir sobre sentirse competentes, autónomos, o simplemente después de responder algunas preguntas banales (por ejemplo, «Creo que el color azul le queda muy bien a la mayoría de la gente»).
Al parece estos sentimientos de conexión hacen más que alentar las buenas intenciones; también estimulan las acciones positivas. En un tercer y último experimento, los participantes leen palabras que evocan la conexión social o leen palabras neutrales, como en el primer experimento. Después, se les dio la oportunidad de donar anónimamente parte del dinero que ganaron por participar en el estudio a la Cruz Roja Británica, que se les dijo que trabajaban con los investigadores.
Casi la mitad de los participantes a los que se les había recordado sus conexiones sociales donaron a la Cruz Roja, mientras que menos del 20 por ciento de los demás participantes lo hicieron.
Aunque estudios anteriores han sugerido un vínculo entre el altruismo y los sentimientos de parentesco, este estudio es el primero en descubrir que inducir esos sentimientos puede hacer que la gente sea directamente más amable y generosa.
Según los investigadores, sus hallazgos destacan la necesidad humana básica de pertenencia. En su artículo, publicado en el Boletín de Personalidad y Psicología Social, señalan otras investigaciones que muestran que el sentirse conectado socialmente reduce la agresividad mientras que el sentirse excluido aumenta la agresividad y reduce los comportamientos prosociales.
En conjunto, estos hallazgos sugieren que ayudar a la gente a conectarse con otros beneficia su propio bienestar y podría beneficiar a la sociedad en su conjunto. Solicitan más investigación para explorar precisamente cómo el fomentar las conexiones sociales puede impulsar el comportamiento prosocial.
«Tal investigación podría promover simultáneamente el bienestar individual y el bienestar de los demás», dicen, «de una manera que se cuestionaría la suposición de que hay algún tipo de conflicto entre dos».
Nadine Lueras Tramma es una asistente de investigación de Greater Good. Este artículo fue publicado originalmente en la revista online Greater Good.
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Vivió 15 años con dolor y ahora viaja compartiendo el hallazgo que le cambió la vida
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