El Servicio Secreto de Estados Unidos confirmó que investiga acusaciones de mala conducta contra uno de sus agentes. Esto en respuesta a una investigación sobre un informe que alega que el agente especial en cuestión manoseó a una empleada de la campaña presidencial de la vicepresidenta Kamala Harris tras una borrachera.
Un portavoz del Servicio Secreto informó a The Epoch Times por correo electrónico que uno de sus agentes fue suspendido mientras se lo investiga por mala conducta. La respuesta se dio tras ser consultados sobre un informe de Real Clear Politics, en el que se alega que el agente, visiblemente ebrio, habría acosado a una colaboradora de la campaña de Kamala Harris en su habitación de hotel, tocándola inapropiadamente frente a testigos.
«La Oficina de Responsabilidad Profesional del Servicio Secreto de EE.UU. investiga una acusación de mala conducta que involucra a un empleado», dijo el portavoz en respuesta a la investigación. «El Servicio Secreto exige a su personal los más altos estándares. El empleado fue puesto en licencia administrativa en espera del resultado de la investigación».
El portavoz no confirmó los detalles de las acusaciones. Estas afirman que el agente especial en cuestión y varios miembros del personal de la campaña de Harris cenaron y bebieron alcohol en un restaurante de un lugar no revelado de Wisconsin la semana pasada. El grupo regresó después a la habitación de hotel de la empleada. Según el informe, el agente estaba tan ebrio que sus compañeros lo echaron de la habitación del hotel y posteriormente se desmayó en el pasillo.
La campaña de Harris no respondió a una solicitud de comentarios y más detalles sobre el asunto.
El Servicio Secreto está bajo mayor escrutinio desde el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump en un mitin en Pensilvania. Esto llevó a cuestionar la capacidad de la agencia para proteger eficazmente a los funcionarios de alto perfil. Un informe provisional de la Cámara sobre las acciones del Servicio Secreto durante el mitin del 13 de julio en Butler encontró que los fallos de planificación y los roles poco claros entre el personal del Servicio Secreto contribuyeron a una cobertura de seguridad inadecuada.
El director en funciones del Servicio Secreto, Ronald Rowe, declaró recientemente que algunos agentes que participaron en la seguridad del mitin del 13 de julio enfrentarán medidas disciplinarias por parte de la oficina interna de integridad de la agencia, de acuerdo con su «tabla de sanciones». Rowe hizo estas declaraciones a los periodistas en una rueda de prensa celebrada el 20 de septiembre en Washington.
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