Shen Yun Performing Arts afirma que la información aparecida recientemente en los medios de comunicación en su contra está “plagada de graves distorsiones” y contribuye a la campaña mundial de Beijing para difamar a la compañía artística, fundada por inmigrantes y artistas de primera generación que huían de la persecución en China.
Con sede en el norte del estado de Nueva York, Shen Yun se fundó en 2006 con la misión de revivir la cultura tradicional y mostrar la China anterior al comunismo. Cada año, la compañía de danza y música clásica china actúa para un público de más de un millón de personas en todo el mundo.
El 15 de agosto, The New York Times publicó un artículo en inglés y chino en el que atacaba a Shen Yun basándose principalmente en entrevistas con antiguos empleados descontentos.
Según una declaración de Shen Yun, el reportaje “no se parece en nada a la experiencia vivida por nuestros artistas y personal” y más bien distorsiona la “cultura del lugar de trabajo de la compañía, la calidad de vida de nuestros artistas, así como las enseñanzas y creencias de nuestra fe, Falun Gong”.
Muchos artistas de Shen Yun son practicantes de Falun Gong, una disciplina espiritual tradicional que comprende ejercicios de meditación y enseñanzas basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Esta práctica, inmensamente popular en China durante la década de 1990, fue repentinamente perseguida por el Partido Comunista Chino (PCCh) en 1999. Desde entonces, se ha enfrentado a una implacable represión que incluye detenciones, propaganda de odio, torturas y, en el caso de los que viven en el extranjero, agresiones directas y chantaje a sus familias en China.
Las actuaciones de Shen Yun incluyen piezas de danza que representan la persecución. La compañía también experimentó directamente las campañas de represión del régimen.
Un informe de enero del Centro de Información de Falun Dafa (FDIC), registró más de 100 incidentes del régimen contra Shen Yun, incluyendo presión diplomática, anuncios contra Shen Yun en los principales periódicos, pinchazo de neumáticos de autobuses de gira, encarcelamiento de familiares de los artistas en China, y el envío de falsas amenazas de bomba a los teatros y al principal campo de entrenamiento de Shen Yun.
Recientemente, Beijing parece haber subido drásticamente la apuesta, dijo Shen Yun, citando un nuevo informe de la FDIC, según el cual el régimen está dando instrucciones a sus agentes para que transmitan información “maliciosa” y “negativa” sobre Falun Gong a personas influyentes en las redes sociales y a los medios de comunicación en Occidente.
El objetivo de esta nueva campaña, según el informe, es sembrar el odio entre el público y desencadenar una respuesta de las fuerzas de seguridad estadounidenses. Los informantes de dentro del régimen compartieron notas de una reunión celebrada en junio por funcionarios provinciales del Ministerio de Seguridad Pública, la principal agencia de policía secreta china, en las que se les decía a “todos los gobiernos provinciales” que “apoyaran plenamente” a dos influencers de YouTube que han estado produciendo activamente contenidos anti Falun Gong y anti Shen Yun.
El Departamento de Estado instó a Beijing a detener su persecución de Falun Gong a la luz del informe.
Los dos YouTubers han entrevistado a antiguos artistas de Shen Yun despedidos tras violar el código de conducta de la compañía o no alcanzar los niveles artísticos exigidos. Algunos de los mismos exartistas también fueron entrevistados por el New York Times, según el informe de la FDIC.
A principios de este mes, uno de los YouTubers, según la FDIC, enumeró “medios como el New York Times” como uno de los “campos de batalla” para ir tras Falun Gong y Shen Yun.
“No es de extrañar, entonces, que los informes de los medios de comunicación en cuestión estén plagados de graves distorsiones de las operaciones de nuestra empresa, y presenten interpretaciones crudas e insensibles de la fe de nuestros artistas”, dijo Shen Yun en el comunicado. “Para ser claros: la forma en que dirigimos nuestra empresa, la manera en que nos tratamos unos a otros y los valores que apreciamos están completamente ausentes de los relatos que aparecen en estos informes de los medios de comunicación”.
Aunque “puede que no sea un estilo de vida para todo el mundo”, según la empresa, trabajar en Shen Yun supone un reto para alcanzar la excelencia artística en un lugar de trabajo que, para muchos, se ha convertido en una “gran familia”.
“Shen Yun ha puesto el listón de la danza clásica china a nivel mundial. Para alcanzar este nivel se requiere una disciplina, una ética de trabajo y una dedicación extraordinarias por parte de los artistas. Somos también una compañía arraigada en la fe, que valora la vida moral y la superación personal como ingredientes clave para ofrecer a nuestro público una oferta artística y cultural de primer orden”, reza el comunicado.
Varios artistas actuales y antiguos que han hablado con The Epoch Times expresaron su profundo agradecimiento por formar parte de Shen Yun.
La forma en que se fundó Shen Yun fue “básicamente el sueño americano”, le dijo a The Epoch Times William Li, bailarín principal de Shen Yun que había sufrido el acoso de la policía china cuando era pequeño. “Eres un refugiado, vienes a Estados Unidos y empiezas sin nada. Y luego construyes tu propia compañía, construyes tu vida desde cero. Es realmente increíble que podamos hacer eso en Estados Unidos”.
Shen Yun dijo que su objetivo es llevar esperanza e inspiración a todo el mundo “mostrando la belleza, profundidad y espiritualidad de la cultura tradicional china”.
“Es triste ver cómo las empresas de medios de comunicación en Occidente, a sabiendas o no, se ven atrapadas en la campaña ilícita y global del PCCh para destruir la empresa estadounidense que construimos y, al hacerlo, privar a incontables millones de personas en todo el mundo de experimentar una visión de la China que una vez fue, así como una visión de un mundo más esperanzador y compasivo”.
Agentes chinos han intentado recientemente sabotear Shen Yun exactamente de la forma descrita en el informe de la FDIC.
A finales de julio, dos agentes chinos se declararon culpables de actuar como agentes no registrados del PCCh y de sobornar a un agente del IRS «en relación con un complot para atacar a los practicantes de Falun Gong radicados en Estados Unidos», según el FBI.
En la audiencia judicial, los fiscales identificaron a Shen Yun como el objetivo del complot. El objetivo era conseguir que Hacienda revocara su condición de organización sin ánimo de lucro.
En relación con la condena, el fiscal federal Damian Williams dijo en un comunicado: “No se tolerarán intentos como éste de reprimir la libertad de expresión atacando a los críticos de la República Popular China en Estados Unidos. Esta Fiscalía mantiene su compromiso de frustrar los intentos malintencionados de represión transnacional por influencias extranjeras en suelo estadounidense”.
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