Los tiempos que vivimos pueden sentirse pesados. Si ha estado cargando el peso del mundo sobre sus hombros, es hora de dejarlo y aliviar las cosas. Aquí hay algunas ideas sencillas que puede tener en cuenta.
Deshágase de todo
¿Qué cosas lo agobian? Ya sea que esté preocupado por el futuro de la humanidad o por esa pila de papeles que tiene en su escritorio, tome un bolígrafo y un papel y escríbalo todo. Continúe escribiendo, desde lo más tonto hasta lo más profundo. Escriba en la página todas las ideas que ocupan espacio en su mente. Cuando sienta que ha plasmado todo, habrá terminado.
Respire profundo, sírvase una bebida calmante y relájese. Reconozca la sensación de alivio que le produce esta sencilla acción que se conoce como “volcado de cerebro”. Deje a un lado su lista. Si le apetece, dé un paseo al aire libre o incluso una siesta.
Deje ir todo lo que no puede controlar
Más tarde —horas o días después— regrese a su lista de ideas. Si ha surgido algo más, agréguelo. Mientras revisa su colección de preocupaciones, comience a buscar aquellas sobre las que no tiene control. Algunos ejemplos de cosas que no puede controlar son el tiempo, el pasado y el futuro, los pensamientos, sentimientos y acciones de los demás, y las limitaciones de espacio y tiempo.
Tache todos los elementos de su lista que crea que no puede controlar. A medida que vaya tachando, imagine que las preocupaciones por estas cosas se desintegran de su mente y de su ámbito de responsabilidad. Déjelas ir.
Deje ir las cosas irrelevantes
Ahora, regrese a su lista. Es posible que encuentre cosas que no son muy importantes según su propio criterio, cosas en las que no quiere pasar más tiempo pensando o gastando energía. Búsquelos y táchelos. Déjelos ir.
Haga la mejor lista posible
Puede que esté pensando: “¿Hago otra lista?”. Permanezca conmigo. Ésta es una idea del gurú de la productividad David Allen, descrita en su libro clásico “Hacer las cosas”. Esta lista se llama “Algún día/Tal vez”, y es una lista que querrá mantener.
Al repasar su lista de tareas, elija los elementos que quiera hacer en el futuro o los que simplemente quiera recordar, pero que no son prioritarios para usted en este momento. Agregue estos elementos a su lista “Algún día/tal vez” y táchelos de su lista actualizada.
Cuando termine, puede estar seguro que has capturado estas ideas y puede verlas en cualquier momento. Conserve su lista de Algún día/Tal vez en un lugar accesible y añádala siempre que lo desee. Probablemente descubrirá que, ahora que registrado estos elementos, ya no necesita gastar energía mental preocupándose por ellos.
Es más, si ahora observa el resumen de su cerebro, lo que queda deberían ser solo aquellas cosas que considere prioritarias y sobre las que puede hacer algo. Ha aligerado la carga. “Hacer las cosas” es un excelente recurso para sistematizar su productividad a partir de este punto.
Declute
La cantidad de posesiones con las que vive y mantiene en casa pueden llegar a agobiarlo. ¿Qué objetos ya no le sirven? Empiece a desprenderse de ellos y aligere la carga.
Puede que se sienta obligado a abordar esta iniciativa, revisando cada rincón de su casa y quedándose solo con los objetos que “despiertan la alegría”, como diría Marie Kondo. Si tiene tiempo y motivación, hágalo. Se sentirá más ligero en un instante.
Si prefiere un enfoque más gradual, coloque unos cuantos recipientes junto a la puerta de entrada, listos para recoger los objetos de los que decida desprenderse a medida que avanza el día. Cuando uno de ellos esté lleno, llévelo directamente al lugar donde pueda donar los objetos, o al menos al maletero de su auto. Reemplace la caja o bolsa llena por una nueva y convierta este hábito en parte de su vida. Se sentirá cada vez más ligero con el paso del tiempo.
Reduzca el ruido
Al igual que el desorden material afecta a su entorno físico, considere el impacto mental, emocional y espiritual del entretenimiento y los medios de comunicación que consume. ¿Puede reducir el ruido y encontrar más quietud, tranquilidad y paz?
Todos somos plenamente conscientes de que las diversas formas de consumo de medios de comunicación disponibles son en gran medida adictivas, por lo que esto puede ser un reto, pero posiblemente lo más beneficioso.
Algunas estrategias que puede tener en cuenta son utilizar el seguimiento del tiempo de pantalla de su teléfono para fijar nuevos objetivos, reduciendo continuamente el compromiso.
También puede establecer reglas para usted y su familia, como por ejemplo: La televisión solo puede estar encendida durante ciertas horas; cuando está en casa, todos los dispositivos digitales deben permanecer con sus cargadores en una zona común de la casa; o cada domingo, todos se toman un descanso de todas las formas de medios de comunicación.
Reflexione sobre cómo se siente después al pasar tiempo en las redes sociales o viendo las noticias. ¿Qué pasaría si se alejara de ellos durante un tiempo o los consultara solo en momentos breves y determinados?
Reducir los mensajes que inundan su mente e influyen en sus pensamientos y emociones es una forma segura de aligerar las cosas.
Tenga en cuenta su espíritu
Aunque se considere una persona espiritual o no, permítase indagar sobre lo que significa una vida espiritual. Si el mundo material lo ha agobiado, quizá el antídoto esté más allá de eso. Aproveche su nueva ligereza para explorar esas grandes ideas que se han transmitido a lo largo de los siglos. Puede que experimentes la luz, o la iluminación, que realmente ha estado buscando.
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