Un tribunal de apelaciones de Texas confirmó el viernes la orden de un tribunal inferior, permitiendo a las familias que dejan a menores acceder a procedimientos que alteran la apariencia o función de sus órganos sexuales seguir adelante sin impedimentos por parte del Departamento de Servicios Familiares y de Protección.
En febrero de 2022, el gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó una directiva en la que ordenaba al departamento que investigara a los padres tejanos que permitieran a sus hijos con disforia de género someterse a este tipo de procedimientos, como cirugía y fármacos químicos.
Pero su administración se encontró con el rechazo de las familias LGBT y grupos de defensa cuando la directiva fue impugnada y una medida cautelar fue emitida por la jueza Amy Clark Meachum del Tribunal de Distrito 201 de Texas en el condado de Travis en marzo de 2022.
En una impugnación presentada ante el tribunal de apelaciones del 3er circuito, la oficina del fiscal general del estado argumentó que las investigaciones por maltrato infantil de los padres que apoyan dichos tratamientos podrían continuar en virtud de la ley estatal en cuestión mientras los tribunales de apelación determinan la constitucionalidad de la directiva.
Un año después, el 29 de marzo, los jueces de apelación confirmaron la medida cautelar del caso Abbott contra Doe contra el departamento y su comisaria, Stephanie Muth, que les impedía realizar más investigaciones (pdf).
Sin embargo, revocó todas las partes de la orden impuesta contra el gobernador por falta de legitimación sobre quién tiene la «autoridad estatutaria para controlar las decisiones de investigación [del Departamento]», citando una sentencia anterior del Tribunal Supremo de Texas según la cual el gobernador y el fiscal general son «libres de compartir sus opiniones jurídicas y políticas», y que el departamento «no estaba obligado por ley a seguirlas».
La directiva de febrero de 2022 de Abbott al Departamento de Familia y Servicios de Protección para llevar a cabo una revisión de los procedimientos médicos se produjo poco después de que su fiscal general, Ken Paxton, señalara que los procedimientos relacionados con el sexo de los niños «pueden constituir legalmente abuso infantil en virtud de varias disposiciones del capítulo 261 del Código de Familia de Texas».
Tras el anuncio de la directiva, un hospital de Dallas dejó de proporcionar tales procedimientos a menores, y el Texas Children’s Hospital dijo que también pondría fin al acceso de menores a la terapia de sustitución hormonal.
El Departamento de Servicios Familiares y de Protección también dictaminó de forma independiente que la mutilación genital de un niño mediante cirugía de transición de género constituye maltrato infantil.
«La mutilación genital de un niño mediante cirugía de reasignación es abuso infantil», escribió entonces el comisario del departamento, Jaime Masters (pdf). «Este procedimiento quirúrgico altera físicamente los genitales de un niño con fines no médicos infligiendo potencialmente un daño irreversible al cuerpo de los niños».
La ACLU, una de las partes demandantes en el caso, celebró la sentencia dictada el viernes por el Tribunal de Apelaciones número 3 del estado, con sede en Austin.
«Un juez de Texas confirmó las medidas cautelares que prohíben al Estado investigar a las familias con jóvenes transgénero únicamente porque accedieron a la atención médica de afirmación de género», dijo en un posteo en X. «Esta es una gran noticia para los jóvenes trans y sus familias en Texas».
«Estamos agradecidos de que el tribunal haya visto a través de esta acción peligrosa y transparentemente discriminatoria de los funcionarios de Texas», dijo Chase Strangio, subdirector de justicia transgénero en el Proyecto LGBTQ y VIH de la ACLU, en un comunicado.
«Nuestros clientes e innumerables familias como las suyas se guían por el amor y la compasión hacia sus jóvenes transexuales, siguiendo la orientación de sus médicos y luchando por el futuro que su familia merece», continúa el comunicado.
«Estas investigaciones infundadas e invasivas son un peligroso abuso del poder del estado y estamos agradecidos de que los tribunales de Texas hayan fallado consistentemente en contra».
Procedimientos ya prohibidos
Texas ya prohibió los procedimientos relacionados con el sexo para la transición de género en mayo del año pasado con el proyecto de ley 14 del Senado.
Prohíbe a los profesionales de la medicina realizar cirugías que esterilicen a los niños, como la extirpación de partes de su aparato reproductor, mastectomías, y recetar fármacos que induzcan a la infertilidad temporal o permanente, como las hormonas transgénero y los bloqueadores de la pubertad, o extirpar cualquier parte del cuerpo que por lo demás esté sana o no enferma.
Los infractores se arriesgan a perder la licencia. Sin embargo, existen excepciones para las personas intersexuales, así como para aquellas a las que sus médicos prescriban fármacos si la pubertad comienza demasiado pronto. Las personas que ya estén en tratamiento también pueden continuar, pero deben dejar la medicación con la ayuda de su médico.
En julio de 2023, la ACLU, junto con las partes que se identifican como LGBT, también impugnó la prohibición en nombre de cinco familias con niños que se identifican como transgénero y sus médicos, alegando que la ley viola la Constitución de Texas al permitir la discriminación de un grupo basada en el sexo y la identidad transgénero.
Una familia, con una adolescente de 16 años, fue investigada después de que los padres apoyaran el deseo de su hija de someterse a una mastectomía programada. La adolescente ya había recibido bloqueadores de la pubertad para interrumpir su maduración sexual antes de la intervención, que tuvo que ser cancelada a causa de la Ley 14 del Senado, que iba a entrar en vigor el 1 de septiembre para prohibir este tipo de procedimientos en menores.
Otra familia de un chico de 15 años dijo que la ley sería un inconveniente importante. La familia tenía que considerar si obtener tratamiento fuera del estado para su hijo, que se identificaba como una niña, y cómo hacerlo. Dijeron que separaría temporalmente a la familia y les supondría miles de dólares de su bolsillo en gastos médicos y de viaje. También argumentaron que si no seguían adelante con los procedimientos recomendados por su médico, podrían enfrentarse a cargos de negligencia infantil.
La prohibición sigue en vigor a la espera de que el Tribunal Supremo de Texas se pronuncie sobre el caso Loe contra Texas.
Más de 20 legislaturas estatales dirigidas por republicanos han aprobado leyes similares con la opinión de que puede constituir abuso infantil, y muchas de ellas se enfrentan a desafíos legales por parte de la ACLU y otros grupos de izquierda.
Creencias contrapuestas sobre la eficacia de los tratamientos
Las apelaciones a las leyes de Texas que regulan las intervenciones médicas para la disforia de género se producen en medio de desacuerdos entre padres y profesionales médicos sobre si dichas intervenciones en el caso de menores son éticas o pueden considerarse una forma de abuso infantil.
El representante estatal republicano Tom Oliverson, un médico que ayudó a aprobar el proyecto de ley en la Cámara, afirmó que cada vez hay más pruebas de los resultados adversos de este tipo de «tratamiento» en niños.
«Se sabe que estos tratamientos acompañan de por vida a riesgos como la desmineralización ósea, anomalías en el desarrollo cerebral y cardiovascular, derrames cerebrales, coágulos sanguíneos, dolor crónico, infertilidad e incontinencia», dijo, citando la experiencia de personas que se han sometido a detransición.
Los abogados demandantes afirman que «décadas de experiencia clínica y un gran cuerpo de literatura científica y médica» respaldan tales procedimientos en niños.
Los defensores de los procedimientos transgénero también han argumentado que la transición es segura y afecta positivamente a la salud mental de las personas con disforia de género. Algunos afirman que si los padres niegan a un niño la identidad que ha elegido, esto puede conducir al suicidio o al empeoramiento de la salud mental.
Pero los detractores creen que los niños no son lo bastante maduros para tomar decisiones tan trascendentales que podrían acarrearles graves problemas médicos y reproductivos sin mejorar su estabilidad mental.
Recientemente, el Servicio Nacional de Salud británico dijo que dejaría de recetar hormonas supresoras de la pubertad, citando la falta de pruebas que respalden las afirmaciones sobre su «seguridad o eficacia clínica».
Darlene McCormick Sanchez contribuyó a este artículo.
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