Los investigadores identificaron 14 biomarcadores que, si son atípicos en el momento del nacimiento, aumentarían el riesgo de que un bebé sufra el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), un trastorno que desconcierta a los médicos desde hace mucho tiempo.
El estudio evaluó a más de 350 bebés que murieron de SMSL y los comparó con más de 1400 bebés que no murieron de SMSL.
«Es posible que podamos identificar a los bebés con mayor predisposición al SMSL poco después de nacer», escribieron en su estudio los investigadores de la Universidad de California en San Francisco. Esto ayudaría a prevenirlo».
También descubrieron que los bebés de madres hispanas y asiáticas son los que presentan menor riesgo de SMSL.
El SMSL es la muerte súbita e inexplicable de un recién nacido menor de un año. Suele ocurrir durante el sueño. Aunque se desconoce la causa del SMSL, se cree que los bebés que mueren a raíz de esto tienen problemas en la forma de responder al estrés y en la regulación de su ritmo cardíaco, respiración y temperatura.
Según declaró a The Epoch Times el Dr. Joel «Gator» Warsh, pediatra titulado que no participó en el estudio, los bebés varones, prematuros y con antecedentes genéticos de SMSL tienden a correr un mayor riesgo de padecer esta enfermedad.
14 metabolitos identificados
Los 14 biomarcadores identificados son metabolitos, es decir, sustancias químicas producidas durante el metabolismo. Los metabolitos se detectan en el cribado neonatal, que se realiza antes que el bebé abandone el hospital.
Los bebés que desarrollaron SMSL tienden a producir niveles más bajos de estos metabolitos que los bebés que no desarrollaron SMSL.
Estos metabolitos incluyen:
– 17-hidroxiprogesterona, una hormona y precursor del cortisol, la hormona del estrés.
– Cinco aminoácidos, necesarios para fabricar proteínas.
– Ocho acilcarnitinas, clave en el metabolismo energético celular.
«Estos metabolitos pueden apuntar a anomalías metabólicas, endocrinas y neurológicas que harían a los bebés más vulnerables al SMSL», declaró Warsh a The Epoch Times.
«El patrón metabólico más notable revelado por nuestro estudio fue la importancia de las acilcarnitinas para la identificación de la probabilidad de SMSL», escribieron los autores.
Las acilcarnitinas participan en el transporte de ácidos grasos para el metabolismo energético. Según los autores, unos niveles atípicos de acilcarnitinas pueden indicar una «disfunción sistémica» del metabolismo de los ácidos grasos.
«Las anomalías en el metabolismo energético conducirían a una falta de energía en tejidos críticos, incluidos el cerebro y el corazón, lo que podría contribuir a la muerte súbita», señaló Walsh.
Warsh dijo que le llamó la atención otros par de metabolitos. Uno era la hormona 17-hidroxiprogesterona y el otro el aminoácido tirosina. Según Warsh, unos niveles anormales de 17-hidroxiprogesterona en el SMSL pueden indicar una alteración del sistema endocrino, que puede afectar la respiración y las respuestas al estrés.
La tirosina interviene en la producción de neurotransmisores como la dopamina y la norepinefrina, que regulan el estrés y las respuestas emocionales.
«Las alteraciones en la producción de neurotransmisores darían lugar a respuestas inadecuadas al estrés o a un desajuste autonómico, ambos factores asociados al SMSL», afirmó Warsh.
Prevención del síndrome de muerte súbita del lactante
«No existe un método infalible para eliminar por completo el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante», afirmó Warsh.
Sin embargo, hay algunas formas de reducir el riesgo de SMSL:
– Colocación adecuada para dormir: Los bebés deben estar boca arriba mientras duermen, ya sea durante la siesta o por la noche, explica Warsh. Esta práctica favorece la apertura de las vías respiratorias y reduce las probabilidades de asfixia.
– Utilizar colchones firmes: Deben evitarse los colchones blandos, las almohadas o los peluches, ya que pueden impedir la respiración.
– Compartir habitación con los padres: Los bebés deben dormir en la misma habitación que sus padres durante los primeros seis meses, pero deben colocarse en su propia cuna o moisés para evitar asfixias accidentales por compartir la cama.
– Lactancia materna: Las investigaciones demuestran que la lactancia materna reduce las probabilidades de SMSL. Un estudio demostró que dos meses de lactancia materna reducen casi a la mitad las probabilidades de SMSL. Los bebés amamantados se despiertan más fácilmente del sueño profundo que los alimentados con leche artificial.
– Control de la temperatura: Los bebés deben vestirse con ropa ligera y la temperatura ambiente debe mantenerse en un nivel confortable. El sobrecalentamiento provocado por el exceso de capas de ropa o las altas temperaturas ambientales pueden aumentar el riesgo de SMSL.
– Evitar el humo del tabaco: El humo del tabaco durante el embarazo y después del parto aumenta los riesgos de SMSL.
– Introducir el chupete: Proporcionar un chupete a la hora de la siesta y de acostarse se relaciona con un menor riesgo de SMSL. Sin embargo, no se debe imponer el uso del chupete si el bebé lo rechaza.
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