El Sol alcanzó la fase de máximo solar de su ciclo de 11 años, lo que provocó un aumento de la actividad solar, y los expertos prevén que esta fase podría continuar durante el próximo año.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) declaró que se espera que la fase de máximo solar provoque un aumento de las tormentas solares y geomagnéticas, lo que podría ofrecer más oportunidades de ver auroras en los próximos meses, así como riesgos de interrupciones en la tecnología.
Según la NASA, el Sol pasa de una actividad magnética baja a una alta cada ciclo de 11 años, y estas fases se conocen como mínimo y máximo solar, respectivamente.
La NASA y la NOAA afirmaron que el pico exacto de la fase actual sigue siendo incierto, ya que solo puede determinarse cuando se produce un descenso constante de la actividad solar.
«Este anuncio no significa que este sea el pico de actividad solar que veremos este ciclo solar», dijo Elsayed Talaat, director de operaciones de meteorología espacial de la NOAA, en un comunicado del 15 de octubre. «Aunque el sol alcanzó el período de máximo solar, el mes en que la actividad solar alcance su punto máximo no se identificará hasta dentro de meses o años».
La NASA y la NOAA vigilan las manchas solares para determinar el progreso del ciclo solar y evaluar la actividad solar. Las manchas solares son regiones más frías del sol formadas por líneas de campo magnético concentradas.
Jamie Favors, director del Programa de Meteorología Espacial en la sede de la NASA, dijo que el número de manchas solares aumenta durante la fase de máximo solar, lo que en consecuencia conduce a un aumento de la actividad solar.
«Este aumento de la actividad proporciona una oportunidad emocionante para aprender acerca de nuestra estrella más cercana, pero también causa efectos reales en la Tierra y en todo nuestro sistema solar», dijo Favors en un comunicado.
La actividad solar puede afectar las comunicaciones por radio, las redes eléctricas y las señales de navegación. La NASA declaró que la actividad solar también puede afectar los satélites y a los astronautas en el espacio.
A principios de este mes, el Centro de Predicción Meteorológica Espacial emitió una alerta de tormenta geomagnética después que la NASA detectara una potente llamarada solar X9.0 el 3 de octubre.
Las erupciones solares son estallidos de energía que pueden durar desde varios minutos hasta varias horas. La potencia de estas erupciones se clasifica en una escala que va de la clase B a la clase C, pasando por la clase M y, por último, la clase X. Cada letra representa un aumento de diez veces en la producción de energía.
La erupción del 3 de octubre fue la segunda más potente del ciclo solar 25, tras la de clase X8.7 del 14 de mayo. También fue la más fuerte desde 2017, cuando el Sol emitió dos potentes llamaradas de X13,3 y X11,8, según Space Weather Watch.
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