Alrededor del 2% de todos los estadounidenses han recibido la vacuna de refuerzo actualizada contra el COVID-19 después de que fuera autorizada y recomendada por las autoridades sanitarias federales hace varias semanas, según los datos actualizados proporcionados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés).
Más de 7 millones de estadounidenses se han puesto la vacuna actualizada, que está autorizada para personas de 6 meses en adelante, dijo un portavoz del HHS. Eso supone aproximadamente el 2% de todos los estadounidenses.
«La distribución de la vacuna contra el COVID-19, que ha pasado al mercado privado, es muy diferente a la del año pasado, cuando las distribuía el gobierno», dijo un portavoz del HHS sobre los datos de vacunación. Añadió que la agencia está «directamente con los fabricantes y distribuidores para asegurarse de que las vacunas están llegando» a los distintos lugares.
El comunicado añadió que el 91 por ciento de los estadounidenses de 12 años o más «pueden acceder a la vacuna en un radio de 5 millas de su lugar de residencia», y añadió que se han enviado 14 millones de dosis de refuerzo actualizadas contra el COVID-19 a farmacias y otros lugares. La vacuna fue aprobada hace aproximadamente un mes por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) antes de ser recomendada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) poco después.
Esto se produjo cuando algunas personas informaron que es difícil encontrar dosis de las nuevas vacunas en las farmacias y con médicos locales. Jen Kates, vicepresidenta senior de la Kaiser Family Foundation, dijo en X en septiembre que su cita para vacunarse fue cancelada por falta de suministro.
La cifra de 7 millones ha aumentado desde el 6 de octubre, cuando la doctora Mandy Cohen, directora de los CDC, dijo a los periodistas que 4 millones habían recibido las nuevas vacunas.
El HHS dijo el jueves que la última tasa de vacunación actualizada es aproximadamente la misma que la de la vacuna de refuerzo bivalente inicial cuando se puso en marcha en 2022. Sin embargo, la demanda de la vacuna de refuerzo de 2022 fue igualmente baja, según los datos de los CDC.
Los datos han demostrado que alrededor del 17% de la población estadounidense se puso esa vacuna actualizada anterior, es decir, unos 56.5 millones de personas.
Las vacunas actualizadas tenían como objetivo la variante XBB.1.5 del COVID-19, que se estaba extendiendo por Estados Unidos cuando empresas como Moderna y Pfizer presentaron la nueva versión.
Los datos de observación de las vacunas bivalentes, o las versiones anteriores, encontraron una eficacia inicial débil que disminuyó rápidamente.
Los funcionarios de los CDC hicieron afirmaciones sin fundamento durante la sesión informativa, parte de una tendencia de la agencia. «Estas vacunas prevendrán la enfermedad grave del COVID-19», dijo a los periodistas el Dr. Demetre Daskalakis, director del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los CDC. No hay pruebas de que eso sea cierto.
Los únicos datos de estudios clínicos de las nuevas vacunas proceden de un estudio que Moderna llevó a cabo en el que se inyectó a 50 humanos la formación actualizada de la empresa. El resultado fue un mayor nivel de anticuerpos neutralizantes. Los funcionarios creen que los anticuerpos protegen contra el COVID-19.
Moderna no proporcionó ninguna estimación de eficacia clínica para la infección, la enfermedad grave o la muerte. Pfizer dijo que estaba realizando un ensayo pero no ha comunicado ningún resultado.
La vacuna de Novavax se autorizó más tarde sin nuevos datos de ensayos, ya que los funcionarios de los CDC han dicho que recomiendan esa vacuna. A diferencia de las vacunas de Moderna y Pfizer, Novavax no utiliza la tecnología del ARNm y está basada en proteínas.
Bajan las hospitalizaciones
A pesar del reciente empuje de las últimas vacunas, los datos proporcionados por los CDC muestran que las hospitalizaciones por COVID-19 han descendido durante unas tres semanas consecutivas.
Para el periodo que finaliza el 30 de septiembre, la tasa de hospitalizaciones ha descendido un 6 por ciento, mientras que las visitas a los servicios de urgencias han bajado un 14.5 por ciento y los casos de COVID-19 han descendido un 1.2 por ciento, según muestran las cifras. Las muertes han aumentado un 3.8 por ciento, aunque las autoridades sanitarias han dicho anteriormente que los fallecimientos suelen estar por detrás de las hospitalizaciones y el número de casos.
En julio, las hospitalizaciones por COVID-19 habían aumentado durante varias semanas consecutivas. Los datos históricos de los CDC sugieren que las muertes han sido relativamente bajas en comparación con años anteriores.
Pero con la publicación de los datos del 30 de septiembre, las hospitalizaciones han descendido durante varias semanas consecutivas.
La doctora Shira Doron, jefa de control de infecciones de Tufts Medicine, declaró a ABC News que el reciente «repunte no es una oleada; ni siquiera es una ola». La doctora añadió: «Lo que estamos viendo es una trayectoria ascendente muy gradual y pequeña de casos y hospitalizaciones, sin que se produzcan realmente muertes, lo que es una gran noticia».
El 6 de octubre, los CDC publicaron un informe en el que intentaban empujar a los estadounidenses de más edad a ponerse las vacunas más recientes afirmando que el COVID-19 sigue siendo una «amenaza para la salud pública», concretamente para las personas de 65 años o más. La mayoría de las hospitalizaciones, decía, se están produciendo entre ese grupo demográfico de mayor edad, según el documento.
Mientras tanto, un puñado de hospitales de California, el estado de Nueva York, Massachusetts y Nueva Jersey han vuelto a implementar el uso de mascarillas obligatorio, al menos para el personal.
Varios condados del norte de California emitieron un mandato de mascarilla para todo el personal sanitario a partir del próximo mes y hasta finales de abril de 2024. Entre ellos se encuentran los condados de Contra Costa, Sonoma, Alameda y San Mateo. Los funcionarios del condado de San Luis Obispo, en el sur de California, también emitieron un mandato de vacuna o mascarilla a principios de este mes.
Con información de Zachary Stieber.
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