¿Sólo inestabilidad económica o guerra mundial fragmentada?

Por Gerardo De la Concha
06 de enero de 2024 6:20 PM Actualizado: 06 de enero de 2024 6:20 PM

Opinión

Ya en 2024 el escenario internacional se convierte claramente en un escenario de riesgo. Todas las alarmas comienzan a prenderse porque una circunstancia de inestabilidad en distintas regiones del mundo puede convertirse en la peor circunstancia que trastoque la economía de los países, consolide dictaduras y haga proliferar guerras localizadas hasta un incendio más general.

El tipo de guerra mundial sería una guerra fragmentada, aunque los bloques están definidos muy específicamente: Estados Unidos y sus aliados europeos y asiáticos por un lado, y por el otro China/Rusia ligados a un conjunto de países parias, que van de Venezuela a Irán, junto a entidades terroristas quienes van de Hamás a los yemeníes muy activos últimamente.

Un elemento a considerar para mantener esos focos rojos en alerta, es que las grandes potencias y bloques se encuentran en dificultades económicas. Un breve repaso es para poner de punta los pelos a cualquiera.

Estados Unidos tuvo un boom de recuperación después de la crisis financiera de 2008 gracias al gobierno de Donald Trump, aunque no logró superar los efectos dañinos de la pandemia. Pero su enorme déficit fiscal y endeudamiento amenaza con estallar: la caída de ingresos duplicó el déficit público, lo que a cualquier otro país habría hecho trizas ya. El Departamento del Tesoro declaró que el déficit era más grande desde una brecha de 2.78 billones de dólares, lo que fue impulsado por el Covid en 2021.

Por su parte en China, la declaración en Año Nuevo por parte de Xi Xiping es realmente desalentadora cuando el representante de la gran dictadura asiática reconoce abiertamente que “la economía china se encuentra en problemas”. Pero estos problemas no son cualquier cosa, pues van desde la burbuja inmobiliaria siempre a punto de estallar hasta el freno al crecimiento constante en la anterior década, de los elevados niveles de corrupción gubernamental a la inversión por razones políticas en África o Latinoamérica que se encuentra sin retorno y sin un mayor beneficio concreto para el régimen del Partido Comunista Chino (PCCH).

Rusia se encuentra en un estancamiento militar en Ucrania y aunque la dictadura de Putin se mantiene estable en el ámbito político, la realidad es que una guerra estancada se refleja en una economía que lleva en 15 años cuatro crisis, lo que alimenta la idea de que la invasión de Ucrania fue decidida para evitar la quinta crisis que podría ser demoledora.

Pero puede suceder lo contrario, pues al no obtener un triunfo rápido junto con su botín de guerra, la invasión a Ucrania se está convirtiendo en una pesadilla económica en un país cuya productividad es muy baja, como ha señalado Alexandra Kopropenko, del Centro de Estudios de Europa Internacional (ZOIS) de Berlín, quien para señalar lo grave del asunto dice que la “economía rusa está trabajando al límite” a pesar de los bajos índices de desempleo, lo que significa que “cuando no hay nadie para trabajar [productivamente], significa que las capacidades de producción están cargadas hasta los topes”. Esta anomia económica puede tener efectos devastadores.

El Banco Mundial ha señalado por su parte: “La economía mundial se encuentra en una situación precaria en un contexto de tasas de interés elevadas”. Esto significa que en cualquier momento la economía mundial comenzaría a navegar en aguas turbulentas al derrumbarse la producción junto con el crédito; si el dinero no se relaciona con el dinamismo económico, va perdiendo valor.

¿Esto significa que el PIB mundial puede decrecer hasta niveles de quiebra como en la Gran Depresión? Las salvaguardas de estabilización bancaria parecerían indicar que no. Sin embargo, el ambiente político internacional proclive a una guerra mundial fragmentada parecería señalar que la guerra es una salida a una economía crítica. Cuando se estudia que la Segunda Guerra Mundial fue la salida real de la Gran Depresión, no deja uno de estremecerse.

México, aunque por razones distintas, se encamina a una crisis fiscal de grandes proporciones, que seguramente va a coincidir con la de Estados Unidos, su principal socio comercial. En este panorama, no resulta buena idea mantener en el poder al partido responsable de esta crisis fiscal mexicana, que representa además un cambio en el posicionamiento geopolítico mexicano.

Mientras la candidata opositora Xóchitl Gálvez ha declarado abiertamente que su interés internacional principal es la alianza con Estados Unidos, Claudia Sheinbaum, la candidata del partido oficial Morena, es proclive a privilegiar por razones ideológicas la alianza comercial y política con China.

Ante las posibilidades de una guerra mundial fragmentada, más vale preparar al país para soluciones económicas propias y pragmáticas, siendo además parte actora de una política regional estable. Cuando hay tormentas no se puede jugar en el timón del barco.

Las opiniones expresadas en este artículo son opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times. 


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