Un estudio publicado esta semana sugiere que un somnífero común, el zolpidem, puede alterar la capacidad del cerebro para «limpiarse» durante el sueño, lo que podría aumentar el riesgo de Alzheimer y otros trastornos neurológicos.
En una investigación publicada en la revista Cell, científicos daneses afirman haber obtenido más información sobre el sistema glinfático, que permite limpiar el cerebro de materiales tóxicos durante el sueño.
«No se sabe qué impulsa la eliminación de sustancias tóxicas del cerebro durante el sueño», explican en un resumen de su estudio. «Aquí empleamos una serie de tecnologías e identificamos oscilaciones estrechamente sincronizadas en la norepinefrina, el volumen sanguíneo cerebral y el líquido cefalorraquídeo (LCR) como los predictores más fuertes del aclaramiento glinfático durante el sueño NREM (movimiento ocular no rápido)».
La molécula norepinefrina, dijeron, desempeña un papel clave en el proceso de limpieza del cerebro de los ratones, que fueron analizados en el estudio.
La norepinefrina, también conocida como noradrenalina, actúa como hormona y neurotransmisor. Transmite señales nerviosas a las células nerviosas, musculares y glandulares, al tiempo que interviene en la respuesta de «lucha o huida» del organismo, aumentando el ritmo cardíaco, la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre.
Según las autoridades de salud, esta molécula también interviene en la estabilización de la memoria, el estado de ánimo y el ciclo del sueño y la vigilia.
Cuando está sumido en un sueño profundo, el tronco encefálico libera norepinefrina una vez cada 50 segundos aproximadamente, lo que provoca contracciones en los vasos sanguíneos y «genera pulsaciones lentas que crean un flujo rítmico en el fluido circundante para arrastrar los desechos», según un comunicado de Cell del 8 de enero.
Tras estudiar a ratones, los investigadores descubrieron que las ondas de norepinefrina se correlacionan con «variaciones en el volumen sanguíneo cerebral» y descubrieron que puede causar la «pulsación rítmica en los vasos sanguíneos». Posteriormente, los autores descubrieron que el flujo de fluido cerebral fluctúa en conexión con los cambios del volumen sanguíneo, lo que significa que los vasos pueden impulsar el fluido cerebral para eliminar los desechos del órgano.
A continuación, los investigadores también evaluaron los efectos que la medicación para dormir puede tener en los niveles de norepinefrina del cerebro. En concreto, al suministrar a los ratones el fármaco zolpidem, comúnmente vendido como Ambien, las ondas de norepinefrina que se liberaban durante los ciclos de sueño profundo eran un 50 por ciento más bajas que en los ratones a los que no se administró el fármaco.
Según el estudio, mientras que los ratones a los que se administró zolpidem se durmieron a un ritmo más rápido, los niveles de transporte de fluido cerebral se redujeron en más de un 30 por ciento, señalando que sus hallazgos sugieren que el medicamento podría interrumpir la liberación del proceso de limpieza de residuos impulsado por la norepinefrina durante el sueño.
«Cada vez más personas utilizan medicación para dormir, y es realmente importante saber si se trata de un sueño saludable», señaló en un comunicado Natalie Hauglund, investigadora de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Oxford. «Si las personas no están obteniendo todos los beneficios del sueño, deberían ser conscientes de ello para poder tomar decisiones informadas».
Aunque los investigadores sólo llevaron a cabo su estudio en ratones, es probable que las conclusiones se apliquen a los seres humanos porque éstos «también tienen un sistema glinfático», añadió.
«Los investigadores han observado ondas de norepinefrina, patrones de flujo sanguíneo y flujo de fluido cerebral similares en humanos», concluyeron. «Sus hallazgos pueden ofrecer pistas sobre cómo un sueño deficiente puede contribuir a trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer».
Aparte de Ambien, el zolpidem con receta también se vende bajo las marcas Edluar, Zolpimist, Intermezzo y Ambien CR. Se calcula que en 2022 se expidieron unos 10 millones de recetas de este medicamento, según un sitio web de seguimiento.
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