El primer ministro de Sri Lankan, Ranil Wickremesignhe, informó este lunes que los ataques suicidas con bombas que devastaron el país el domingo de Pascua podría tener relación con el ISIS, quienes se atribuyeron la responsabilidad.
Otro oficial indicó que las bombas fueron en represalia por el ataque el mes pasado en mezquitas de Nueva Zelanda. El martes, Sri Lanka tuvo un día nacional de luto mientras el número de muertos llegaba a 321.
Las explosiones arrasaron con cuatro hoteles y tres prominentes iglesias, atacando a turistas y cristianos.
«Vamos a darle seguimiento a la atribución de ISIS. Creemos que puede tener relación», indicó Wickremesignhe en conferencia de prensa.
En medio de escenas de intenso dolor y recitando oraciones, el primer funeral masivo se llevó a cabo en la iglesia de San Sebastián en la ciudad de Negombo, que sufrió la peor devastación.
Ataúdes de jóvenes y personas mayores fueron bajados a las tumbas, mientras banderas blancas ondeaban y soldados vigilaban un recinto lleno de personas que habían perdido seres queridos. Más de 100 personas que habían asistidos por el domingo de Pascua, incluyendo niños, murieron en el popular santuario.
Personas en todo el país bajaron la cabeza y observaron los tres minutos de silencio a las 8:30 p.m., hora local, marcando la hora que la primera explosión sacudió al país. Las banderas en edificios gubernamentales estaban a media asta, y dolientes sostenían velas a las afueras de otra de las iglesias que fue atacada en Colombo, la capital.
40 personas, todos ciudadanos de Sri Lanka, han sido arrestados hasta el momento en relación con los ataques. A los policías y militares se les dio amplios poderes de búsqueda y detención bajo la ley de emergencia. El toque de queda a media noche continua.
«La investigación inicial ha revelado que este ataque fue en represalia por los ataques en las mezquitas en Nueva Zelanda», indicó el Ministro de Defensa, Ruwan Wijewardene, al Parlamento el martes. 15 personas fueron asesinadas en una mezquita el 15 de marzo en Christchurch, Nueva Zelanda, por un hombre australiano. El ministro no ofreció detalles sobre la relación con esos ataques.
Mientras el gobierno de Sri Lanka enfrenta preguntas sobre fallas masivas de seguridad para prevenir los ataques con bomba, Wickremesinghe confirmó que había inteligencia específica sobre los ataques desde India.
Reportes indican que la agencia de inteligencia india envió varias advertencias a Sri Lanka, y que la agencia de seguridad india ha reunido detalles sobre el grupo islámico National Thowfeek Jamaath (NTJ), el cual se sospecha de llevar a cabo los ataques.
El gobierno también enfrenta escrutinio sobre si la disputa política entre el presidente Maithripala Sirisena y Wickremesignhe contribuyó a la falla de responder a las advertencias acerca de los ataques. Wickremesinghe dijo que había habido una «ruptura en la comunicación».
Sin embargo, indicó que las diferencias con Sirisena han sido resueltas.
«Tenemos diferencias de opinión, pero eso ha sido superado. Y de alguna forma, tenemos que sacar al país del problema», indicó.
En las secuelas de los ataques, varios oficiales han señalado que el primer ministro fue bloqueado de reuniones de seguridad por el presidente, quien tiene el portafolio de defensa.
Al ser cuestionado sobre si había una amenaza activa en el país, Wickremesinghe dijo que todavía hay «personas con explosivos huyendo».
Entretanto, las preguntas continúan continúan sobre cómo el NTJ pudo haber realizado una operación de la sofisticación y magnitud involucradas en la serie de explosiones.
«Esta es la primera vez que hemos visto un grupo salir prácticamente de la nada y ejecutar un ataque terrorista de esta escala», indicó Ajai Sahni, del Instituto de Manejo de Conflicto de Nueva Delhi. «Nunca habíamos escuchado de ellos antes de este incidente. Me encontré con una referencia de ellos en 2018».
El grupo primero fue asociado con algunos videos de discurso de odio y la desfiguración de estatuas budistas.
Los musulmanes representan cerca del 10% de la población de Sri Lanka, de mayoría budista. Militantes islámicos no han representado ninguna amenaza, aunque ha habido animosidad y choques entre la línea dura de budistas cingaleses y musulmanes.
La comunidad cristiana del país, quienes estaban entre los principales objetivos de los ataques, no han enfrentado ninguna violencia significativa tampoco.
Wickremesinghe dijo que Sri Lanka, que estuvo envuelta por insurgencia de separatistas étnicos por dos décadas, no enfrenta mayor tensión religiosa.
«El gobierno continuará su política de tener unidad en el país y de tener grupos religiosos reuniéndose, mientras se acaba con el terrorismo mundial», indicó.
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