Sudáfrica anunció que detendrá el rastreo de contactos y pondrá fin a la cuarentena de los casos asintomáticos de COVID-19 ya que la dinámica del brote justifica un cambio hacia la mitigación y el alejamiento de las estrategias de contención que «ya no son apropiadas».
Solo las personas que hayan desarrollado síntomas deben someterse a pruebas y aislarse, declaró el director general de Salud del país, el Dr. Sandile Buthelezi, en una circular del 23 de diciembre dirigida a los jefes de los departamentos provinciales de salud. El período de cuarentena para los casos con síntomas leves quedó fijado en ocho días y el de los casos graves de COVID-19 en diez días.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
«Las estrategias de contención ya no son apropiadas; la mitigación es la única estrategia viable», afirma Buthelezi en el documento. «La cuarentena ha sido costosa para los servicios esenciales y la sociedad ya que muchas personas se alejan de su trabajo y por lo tanto pierden sus ingresos y los niños pierden su escolarización».
El cambio hacia la mitigación es especialmente válido ante las nuevas variantes más transmisibles como ómicron, añade el director de salud. También indica que los nuevos conocimientos sobre el virus muestran una alta proporción de enfermedad asintomática, un alto grado de propagación asintomática y presintomática donde solo una pequeña proporción de casos son diagnosticados.
«Nunca identificamos a la mayoría de los pacientes de alto riesgo», dice Buthelezi, añadiendo que las pruebas están sesgadas hacia una minoría sintomática y que la definición de «alto riesgo» probablemente «ya no tiene sentido», ya que no tiene en cuenta las variantes más nuevas y altamente transmisibles como ómicron, no tiene en cuenta la propagación por aerosol y no tiene en cuenta la inmunidad preexistente.
El médico afirmó que la proporción de sudafricanos con cierta inmunidad por vacunación o infección anterior es alta, y citó varios estudios que muestran que entre el 60 por ciento y el 80 por ciento de las personas tienen inmunidad natural por infección anterior.
Sudáfrica ha liderado el continente en términos de casos y muertes por COVID-19, así como de vacunaciones, y su experiencia ha sido observada de cerca en todo el mundo después de que fuera uno de los primeros países en identificar la variante ómicron.
Aunque ómicron ha provocado un fuerte aumento de las infecciones en el país, éstas no han ido acompañadas de incrementos en las hospitalizaciones o más muertes que las observadas durante los brotes anteriores.
Mientras tanto, la Casa Blanca informó el viernes que el gobierno de Estados Unidos levantará las restricciones de viaje a Sudáfrica y a otros siete países del sur de África, las que se impusieron el mes pasado en un intento de frenar la propagación de la variante ómicron.
Los primeros estudios de los fabricantes de medicamentos indican que algunos de los tratamientos actuales para COVID-19 parecen ser eficaces contra ómicron. A su vez los primeros datos de Sudáfrica sugieren que se trata de una variante mucho menos grave.
Aun así, aunque la infección por ómicron tenga consecuencias menos graves, su rápida tasa de crecimiento —que se cree se debe a una combinación de mayor transmisibilidad y mayor evasión inmunitaria— probablemente signifique más infecciones y, por lo tanto, «el número absoluto de personas con resultados graves podría ser considerable», dijeron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en una declaración.
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