El Gobierno sudanés celebró este jueves la histórica decisión de Estados Unidos de nombrar a un embajador en Jartum después de 23 años de ausencia debido a la designación de Sudán como país patrocinador del terrorismo en 1993.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores destacó que la decisión del Gobierno estadounidense muestra «la intención de fortalecer las relaciones bilaterales», ya que Washington recibirá también a un embajador sudanés.
Además, el paso representa «un apoyo» al Gobierno transitorio sudanés y «sus amplias reformas para establecer la paz, la justicia y la democracia», después del derrocamiento del presidente Omar al Bashir el pasado abril tras 30 años en el poder.
El Ministerio de Exteriores señaló que espera que el intercambio de embajadores entre los dos Estados contribuya al «acercamiento» y «la cooperación constructiva» entre ambos.
Por su parte, el primer ministro sudanés, Abdallá Hamdok, dijo en su cuenta oficial de Twitter que «la consolidación de las relaciones internacionales es un hito muy importante en el camino de cualquier país hacia el desarrollo».
«Después de 23 años es estupendo ver finalmente el inicio del proceso de intercambio de embajadores entre Sudán y Estados Unidos. Este es un paso sólido hacia la reconstrucción de Sudán», agregó Hamdok, que está realizando su primera visita oficial a Washington.
Desde que Al Bashir llegó al poder 1989 a través de un golpe de Estado, las relaciones de Sudán con Estados Unidos se fueron deteriorando y en 1993 Jartum fue puesto en la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo, y en 1997 se le impusieron sanciones económicas.
En 2017, la administración estadounidense levantó las sanciones y un embargo comercial impuesto a Sudán dos décadas antes, pero aún no lo ha eliminado de la lista de patrocinadores del terrorismo.
Un año después, las Fuerzas Armadas sudanesas retomaron las relaciones y cooperación militares con las de Estados Unidos.
Las nuevas autoridades están trabajando desde la formación del Gobierno transitorio en agosto para que el país sea borrado de esa lista, para retomar así las relaciones plenas no sólo con Washington sino para poder tratar con instituciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
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