Sullivan defiende aranceles de EE.UU. a China indicando que las políticas anteriores fallaron

Por Emel Akan
24 de octubre de 2024 9:26 AM Actualizado: 24 de octubre de 2024 9:26 AM

WASHINGTON— El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, defendió el 23 de octubre los aranceles estadounidenses a las importaciones chinas, afirmando que ayudaron a evitar otro «shock chino».

En mayo, la administración Biden declaró que mantendría los aranceles existentes de la era Trump sobre los productos chinos, a la vez que impondría nuevos aranceles sobre 18,000 millones de dólares de importaciones en sectores estratégicos, incluidos los vehículos eléctricos.

En un discurso en la Brookings Institution en Washington, Sullivan explicó el razonamiento detrás de esta decisión.

«La República Popular China está produciendo mucho más que la demanda interna, vertiendo el exceso en los mercados mundiales a precios artificialmente bajos, expulsando del negocio a los fabricantes de todo el mundo y creando un cuello de botella en las cadenas de suministro», dijo Sullivan.

«Para evitar una segunda crisis china, hemos tenido que actuar. Eso es lo que impulsó las decisiones sobre nuestros aranceles del 301 de principios de este año», agregó el asesor, refiriéndose a la decisión del presidente Joe Biden de imponer nuevos aranceles en virtud de la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974.

El Sr. Sullivan señaló que el problema del exceso de oferta es una tendencia más amplia, que se observa en múltiples sectores vitales para la seguridad económica de Estados Unidos, como los minerales críticos, las células solares, las baterías de iones de litio y los vehículos eléctricos.

«Los esfuerzos anteriores para construir una política hacia China basada en el cambio de China no han tenido éxito», añadió Sullivan.

Por lo tanto, agregó, Estados Unidos necesita adoptar un nuevo conjunto de estrategias basadas en las actuales realidades geopolíticas y económicas.

Sobre ello, Sullivan destacó, por ejemplo, los retos a los que se enfrenta el sector de los minerales críticos y cómo Washington está trabajando con sus socios para abordarlos. Al respecto, dijo que el sector se caracteriza por fluctuaciones extremas en los precios, una corrupción generalizada, protecciones laborales y medioambientales inadecuadas y una alta concentración en China.

También añadió que Beijing está reduciendo artificialmente los precios para mantener a los competidores extranjeros fuera del mercado.

«Si nosotros y nuestros socios no invertimos, el dominio de la RPC sobre estas y otras cadenas de suministro no hará, sino crecer, y eso nos dejará cada vez más dependientes de un país que ha demostrado su voluntad de convertir tales dependencias en un arma».

Estados Unidos y sus socios están trabajando en una solución para crear «un mercado de minerales críticos de alto nivel», dijo Sullivan.

«Nosotros nos estamos dirigiendo hacia un progreso tangible basado en esa idea en apenas las próximas semanas».

El expresidente Donald Trump impuso aranceles a productos chinos por valor de más de 300,000 millones de dólares para responder a una serie de prácticas comerciales desleales, incluido el robo de propiedad intelectual.

El gobierno de Biden optó por mantenerlos todos y anunció más aranceles sobre productos como vehículos eléctricos, paneles solares, equipos médicos, baterías de iones de litio, acero y aluminio.

Ambas administraciones han utilizado los aranceles para igualar las condiciones de los fabricantes nacionales y proteger a los trabajadores estadounidenses. Una encuesta realizada en agosto por el Instituto CATO, un centro de estudios con sede en Washington, reveló que la mayoría de los republicanos y demócratas apoyan los impuestos arancelarios aplicados por su partido, pero no por el partido contrario.

Aunque las políticas arancelarias de Biden reflejan las de Trump, hay una diferencia notable en la estrategia de Biden, argumentó Sullivan.

La administración de Biden utilizó los aranceles de una «manera inteligente y estratégica», dijo el asesor, señalando que están dirigidos a industrias de alto impacto, como los vehículos eléctricos y los semiconductores.

Trump declaró en repetidas ocasiones durante la campaña electoral que elevaría los aranceles a China al 60 por ciento y aplicaría al menos un 10 por ciento de aranceles a los bienes importados de otros países.

De otra parte, la posición de la vicepresidenta Kamala Harris sobre los aranceles es menos clara. Ella se opuso al plan de Trump de aumentar los aranceles a China y se abstuvo de hacer comentarios sobre la continuación de los aranceles a los productos chinos por parte de la actual administración. Sin embargo, se comprometió a evitar las prácticas comerciales desleales que permiten al régimen chino socavar los empleos y la fabricación estadounidenses.

A partir del 27 de septiembre, el arancel sobre los vehículos eléctricos chinos se cuadruplicó del 25% al 100%.

Además, la Oficina del Representante de Comercio de EE. UU. (USTR) anunció un arancel del 100 por ciento sobre agujas y jeringas, un arancel del 50 por ciento sobre semiconductores, células solares, mascarillas y guantes quirúrgicos, y aranceles del 25 por ciento sobre EV y otras baterías, piezas de baterías, minerales críticos, productos de acero y aluminio, y grúas de barco a tierra.

Algunos de los aumentos entraron en vigor el 27 de septiembre, mientras que otros lo harán el 1 de enero de los dos próximos años.

Con la contribución de Terri Wu y Lily Zhou.


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