Una sustancia desarrollada por investigadores brasileños se mostró eficaz en laboratorio para reducir los severos efectos colaterales de la quimioterapia en las pacientes de cáncer de mama y también para reducir el costo del tratamiento de la enfermedad.
El inédito compuesto para atenuar la agresividad del tratamiento fue desarrollado por investigadores del Instituto de Química de Sao Carlos (IQSC), una de las unidades de la Universidad de Sao Paulo (USP), informó este martes el centro académico más prestigioso de Brasil.
Según la USP, los primeros experimentos mostraron que al ser mezclada con la Doxorrubicina, uno de los químicos más usados en la quimioterapia contra el cáncer de mama pero el que más efectos colaterales provoca, la sustancia permite que la medicina mantenga su mismo efecto terapéutico con menor cantidad del principio activo.
El compuesto, desarrollado mediante la modificación química de aminoácidos, permite reducir en hasta un 95 % el contenido de Doxorrubicina en la medicina sin alterar sus efectos terapéuticos.
Los experimentos fueron realizados hasta ahora con éxito en cultivos de células en laboratorio pero los investigadores pretenden iniciar en las próximas semanas las pruebas con animales, antes de la verificación clínica (con humanos).
«Disminuyendo la concentración del fármaco es posible evitar una serie de efectos colaterales, como la caída del pelo, náuseas, pérdida de peso, problemas cardíacos y otros», explicó el investigador Andrei Leitao, investigador del IQSC que orientó el proyecto, en declaraciones citadas hoy por el «Jornal da USP».
«Muchas veces esos efectos son tan fuertes que el paciente necesita tomar otros remedios para atenuar los síntomas», agregó.
Según Leitao, por permitir una significativa reducción del contenido del principio activo, la sustancia igualmente reduce el costo de producción de la medicina y posibilita el acceso de más personas a la terapia.
Para la investigadora Talita Alvarenga, estudiante del programa de posgraduación del IQSC y responsable por el proyecto, la nueva sustancia también se mostró eficaz para reducir la metástasis del cáncer.
Alvarenga explicó que, al mezclar un químico utilizado para eliminar las células cancerosas con una sustancia que inhibe la expansión de la enfermedad, fue posible obtener una medicina que actúa de forma más selectiva, es decir que ataca mayoritariamente las células cancerígenas y preserva las saludables.
«Usando nuestra sustancia en conjunto con la medicina fue posible obtener la misma eficacia que el químico tendría si fuera aplicado solo, pero con una concentración del quimioterápico 33 veces menor, lo que equivale a una reducción de su contenido en un 95 %», agregó la investigadora.
Según el Instituto Nacional del Cáncer (INCA), el cáncer de mama es el segundo más común en Brasil después del de piel.
La entidad proyecta que Brasil registrará entre 2020 y 2022 unos 170.000 nuevos casos al año de cáncer de piel de tipo no melanoma y que enseguida se ubicarán los casos de cáncer de mama y de próstata, con 66.000 nuevos pacientes al año cada uno.
Los datos también indican que el cáncer de mama afecta a 61 de cada 100.000 mujeres en Brasil.
Brasil registró en 2017 un total de 16.724 muertes por cáncer de mama pese a que el Gobierno fomenta campañas para incentivar el diagnóstico precoz y a que el sistema público ofrece el tratamiento gratuito a las mujeres que se les diagnostique la enfermedad.
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