El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, mantendrán una reunión virtual la noche del lunes, hora de Estados Unidos, y la Casa Blanca ve el compromiso como una oportunidad para expresar las preocupaciones de la nación sobre algunos comportamientos del régimen comunista.
«Esta es una oportunidad para que el presidente Biden le diga directamente al presidente Xi que espera que se atenga a las reglas de juego, que es lo que hacen otras naciones responsables en todo, desde la tecnología hasta el comercio, pasando por las instituciones internacionales y las vías de navegación internacional», dijo un alto funcionario de la administración durante una llamada con los periodistas el 14 de noviembre.
Se espera que Biden plantee su preocupación por las prácticas económicas desleales de China, las violaciones de los derechos humanos, las amenazas al orden internacional basado en normas y el «comportamiento coercitivo y provocador del régimen con respecto a Taiwán», entre otras cosas, añadió.
«Él seguirá dejando en claro al presidente Xi su preocupación por los abusos de los derechos humanos por parte de China», dijo el funcionario.
«No espero que los aranceles sean algo que esté en la agenda», agregó refiriéndose al comercio bilateral.
Dado que China y Estados Unidos mantienen una «dura competencia», es necesario un «compromiso de alto nivel» para asegurarse de que «la competencia no conduzca al conflicto», indicó.
«Esta reunión trata de nuestros esfuerzos en curso para gestionar de forma responsable la competencia, no de acordar un resultado o producto específico», explicó el funcionario.
La reunión bilateral se produce menos de una semana después de que Xi cimentara aún más su autoridad dentro del Partido Comunista Chino (PCCh), después que el 11 de noviembre el poderoso Comité Central del régimen adoptara una resolución histórica, la tercera de este tipo en el siglo de existencia del Partido.
La resolución, que sitúa a Xi en un pedestal similar al de sus dos poderosos predecesores, Mao Zedong y Deng Xiaoping, permite a Xi obtener un nuevo mandato de cinco años el próximo año, extendiendo su gobierno hasta al menos 2027. Xi se convirtió en el líder supremo del régimen en 2012.
Desde que Biden asumió el cargo en enero, antes de la reunión del lunes los dos líderes hablaron por teléfono dos veces este año. Aún no se reúnen en persona.
Es probable que Xi sitúe a Taiwán en lo más alto de su agenda cuando hable con Biden, dado que los medios estatales chinos Global Times y China Daily publicaron editoriales comentando la importancia de que la isla fuera tratada en la reunión.
Global Times escribió que Estados Unidos «debe dar un paso atrás en la cuestión de Taiwán y mostrar su moderación», ya que la «cuestión de Taiwán es la última línea roja de China». China «ha estado intensificando sus preparativos para un conflicto militar a través del Estrecho de Taiwán en los últimos años», añadió.
Con respecto a Taiwán, China Daily declaró que esperaba que Biden salga de la reunión comprendiendo que «Beijing está resuelto a realizar la reunificación nacional en un futuro previsible sin importar el costo».
Pese a que Taiwán es un país independiente de facto con su propio gobierno y ejército, el régimen chino lo considera como parte de su territorio que debe ser unido al continente, por la fuerza si es necesario. En octubre, el ministro de Defensa de Taiwán advirtió que el régimen chino será capaz de organizar una invasión a gran escala de la isla autogobernada desde 2025.
El alto funcionario de la administración Biden advirtió a su vez que la reunión también se trata de «dejar claro a Beijing, que no se malinterprete nuestra propia posición, lo que hemos visto que ha sucedido algunas veces». Al respecto no dio más detalles.
También descartó la posibilidad de que cuestiones como el cambio climático y la seguridad sanitaria se interpongan entre los lazos bilaterales. En los últimos meses, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, y el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, insinuaron que la cooperación chino-estadounidense en materia de cambio climático estaría condicionada a que Washington cambie algunas de sus políticas sobre China.
«Que China tome medidas audaces en una crisis existencial como el cambio climático va en su interés y es lo que hacen las naciones responsables; esto no es un favor para nosotros», dijo el funcionario de la Casa Blanca, antes de decir que trabajar juntos en temas como el cambio climático no «alteraría la naturaleza de la relación bilateral».
«Rechazamos de plano la vinculación entre la cooperación en cuestiones transnacionales y las relaciones bilaterales».
Se espera que la reunión dure varias horas, según el funcionario.
«La administración Biden no está tratando de cambiar a China a través del compromiso bilateral. No creemos que eso sea realista. Más bien, estamos tratando de dar forma al entorno internacional de una manera que sea favorable para nosotros y nuestros aliados y socios”.
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