Los teléfonos inteligentes fabricados por la compañía china Huawei se están vendiendo a soldados de las bases militares estadounidenses en Alemania. Estas ventas plantean preocupaciones de seguridad nacional ya que los funcionarios de inteligencia y los legisladores estadounidenses han acusado repetidamente a Huawei de espiar para el régimen chino, con el que tiene estrechos vínculos.
Stars and Stripes, un periódico afiliado a Estados Unidos, informó por primera vez que los teléfonos Huawei fabricados en China se venden por TKS, una filial de Vodaphone, a los miembros de servicios estadounidenses a través de las tiendas del Servicio de Intercambio del Ejército y la Fuerza Aérea (AADES en inglés) en varias bases alemanas.
Se supone que los miembros del servicio que compran estos teléfonos Huawei solo deben usarlos en privado, ya que no se encuentran entre los dispositivos de comunicación seguros aprobados por el Pentágono para uso oficial. Al llevar estos teléfonos, los soldados, incluso si solo usan los teléfonos para sus comunicaciones privadas, corren el riesgo de una posible vigilancia.
Un portavoz de AAFES dijo que continuaría permitiendo que los teléfonos Huawei se vendan en las tiendas hasta que el Pentágono explícitamente les diga que no lo hagan, ya que actualmente no hay ninguna regulación que impida su compra.
Un proyecto de ley presentado en enero por el congresista republicano de Texas, Mike Conaway, prohibiría explícitamente a los contratistas gubernamentales el uso de equipos Huawei y ZTE.
Muchos funcionarios de inteligencia de los EE. UU. y legisladores del Congreso consideran que los dispositivos Huawei representan una amenaza a la seguridad nacional para los estadounidenses que los usan. En febrero, los jefes de la CIA, el FBI, la Agencia de Seguridad Nacional y otros testificaron ante una audiencia en el Senado; todos coincidieron que los estadounidenses no deberían usar teléfonos inteligentes chinos fabricados por Huawei y ZTE debido a los riesgos de seguridad que plantean.
«Estamos profundamente preocupados por los riesgos de permitir que cualquier empresa o entidad que esté en deuda con gobiernos extranjeros y que no comparten nuestros valores, adquieran posiciones de poder dentro de nuestras redes de telecomunicaciones», dijo el director del FBI, Chris Wray. «Proporciona la capacidad de modificar o robar información maliciosamente, y proporciona capacidad para realizar espionaje no detectado».
La semana pasada, un nuevo informe de la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos-China dijo que, en promedio, el 51 por ciento de las piezas de suministros de equipos electrónicos suministrados al gobierno de EE. UU. provienen de China. El informe dice que esta dependencia de partes chinas constituye un gran riesgo para la seguridad nacional de Estados Unidos, la competitividad económica y la privacidad de los ciudadanos estadounidenses.
Huawei fue el objetivo principal del informe, que dijo que la compañía tiene vínculos extensos con el régimen chino. Ren Zhengfei, el fundador de la compañía, es un exoficial del Ejército de Liberación del Pueblo (PLA). Él continúa dirigiendo la compañía hoy.
Huawei ha negado sistemáticamente la afirmación de que sus dispositivos podrían ser utilizados por el régimen chino para espiar, y siempre ha mantenido que la compañía es propiedad de sus empleados. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses han continuado con su advertencia de no usar teléfonos Huawei.
En 2016 se descubrió que Adups, una compañía con sede en Shanghai que vende firmware a fabricantes de teléfonos inteligentes como Huawei y ZTE, había insertado una puerta trasera en el firmware proporcionado al fabricante estadounidense de teléfonos BLU Products con una opción que enviaba los mensajes de texto personales a un servidor en China cada 72 horas. Huawei insiste en que sus teléfonos no se vieron afectados por el firmware Adups defectuoso.
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